Los invitó a volver al PJ. Dijo que los esperaba con los brazos abiertos. Y luego el diputado kirchnerista Carlos Kunkel les prometió, no sin ironía, que era la última oportunidad para “una amnistía general”. Su declaración desató un maremoto de respuestas del malherido peronismo opositor. “No me asusta ir a una interna. Lo hice cuando no lo hacía nadie. Me parece genial que podamos competir en la próxima elección”, le salió al cruce la diputada Graciela Camaño. “Ya veremos”, dijo Carlos Brown, ex jefe de campaña de Eduardo Duhalde. “Es una bravuconada recubierta con miel”, opinó Luis Lusquiños, cercano a los Rodríguez Saá. “El PJ tiene que organizarse como la ley manda, pero no porque lo diga Kunkel”, afirmó Daniel Germano, del espacio de Carlos Reutemann.

El extinto Peronismo Federal quedó dividido en fragmentos tras el magro resultado que tuvieron en las elecciones sus candidatos. Las diversas corrientes todavía no se reagruparon: algunas parecen apuntar a un retorno al kirchnerismo, otras se imaginan un futuro con el PRO o bajo el ala de alguno de los gobernadores peronistas, como José Manuel de la Sota. Para aprovechar la dispersión que se empieza a ver en la Cámara de Diputados –en donde ayer Felipe Solá formalizó su salida del bloque–, Kunkel invitó a los disidentes a participar de las internas del año próximo. Con tono socarrón, dijo que “sería una excelente oportunidad para que hubiera una amnistía general”. Luego, el dirigente aclaró que él no tiene “el peronómetro” y que están todos invitados a participar.

“Las amnistías son para los delincuentes. No creo que sea un delito pensar diferente a los kirchneristas”, le contestó Eduardo Amadeo, ex candidato a gobernador de Duhalde. “¿Es el mismo Kunkel que le fue a levantar la mano de Ivoskus? ¿No le ganó el peronismo en San Martín? Todos colaboramos para que gane el peronismo, menos él. ¿Ese nos da la amnistía a los que nos fuimos del partido? Tendrá que amnistiar a los de Florencio Randazzo, que tuvieron que armar otro partido”, ironizó Camaño, quien recordó que preside el PJ de San Martín. “Cuando quise ser, fui, me presenté y gané una elección. No sabés qué va a pasar dentro de un año”, le retrucó.

“El de ‘amnistía’ es un término para la guerra, no para usar en política. Para la democracia es bueno que haya otras voces, no es bueno el pensamiento único”, remarcó Gustavo Ferrari, la mano derecha de Francisco de Narváez. “Hoy no hay nadie que esté sancionado en el PJ, así que una amnistía como dice Kunkel no tiene ningún sentido. Nosotros no nos fuimos del partido, como tampoco ellos se fueron cuando en 2005 compitieron con Cristina en el Frente para la Victoria y nosotros con Chiche Duhalde en el PJ”, recordó Brown, quien –de todas formas– no desestimó la propuesta de Kunkel. “Ahora, volver en términos de retomar la vida partidaria es otra cosa, que se tendrá que ver en el futuro. Tal vez crear una línea interna, pero no sé. Hoy no puedo emitir una opinión. Ya veremos”, indicó el diputado electo del duhaldismo.

“Le agradezco la invitación, pero creí que tenía derecho a participar en las primarias justicialistas. Yo sigo siendo peronista”, se ofendió el santafesino Germano, quien remarcó que la frase de Kunkel “puede ser interpretada como la soberbia del ganador”. Germano, de todas formas, dejó en claro que los santafesinos abandonarán el bloque del peronismo opositor. “Seguramente terminemos concretando un bloque que agrupe a Santa Fe Federal, seremos cuatro”, dijo. “No soy del Frente para la Victoria y no vislumbro que lo vaya a ser”, definió Germano.

“Este es un gesto seudomagnánimo”, se quejó Lusquiños, por la “supuesta apertura del libro de pases”. De todas formas, reconoció que “hay gente que al decirse esto, corre para entrar, por caso Felipe Solá”.