EL PAíS › EL CANCILLER PIDIO AYUDA URGENTE PARA LOS IRAQUIES
Ruckauf se puso muy humano
“Los chicos iraquíes han aprendido una sola palabra en inglés: water”, aseguró ayer el canciller Carlos Ruckauf para resumir la situación de los miles de niños que viven en Basora y otras ciudades de Irak. Con esa frase, Ruckauf insistió con su reclamo de acelerar la ayuda humanitaria a Bagdad a través de las Naciones Unidas. “Es una preocupación humana por los millones de hombres, mujeres, y sobre todo niños que hoy están en riesgo”, argumentó en nombre del Gobierno. En una conferencia de prensa, el ministro exteriorizó su inquietud ante una catástrofe humanitaria. Pero dedicó más tiempo a desmentir que la posición argentina de brindar ayuda urgente a la población iraquí esté vinculada a un supuesto interés por encontrar compradores para los productos argentinos.
“De ninguna manera”, negó Ruckauf casi con indignación luego de citar notas periodísticas que consignaban que la Cancillería veía a la guerra como una oportunidad para que las empresas del país participen en la ayuda a Irak. Después de desmentir esa especie, el canciller aseguró que la iniciativa del Gobierno responde a “una preocupación humana”. “En la posición argentina de búsqueda inmediata de ayuda humanitaria en Irak, de ninguna manera estamos trabajando para que empresas argentinas ingresen a ese territorio a hacer ningún tipo de operación”, subrayó el ministro de Relaciones Exteriores.
Después de hacer la desmentida, Ruckauf cargó contra Estados Unidos, a quienes sí consideró interesados en buscar un rédito económico para sus empresas. “Nosotros no hemos pedido nunca la presencia de una empresa argentina”, insistió, y luego agregó que “está muy claro que se han hecho licitaciones con empresas norteamericanas antes de haber empezado la guerra”. “A la empresa que le dieron el manejo del puerto (Um Qasr) que han tomado se lo dieron 48 horas después de la toma. Eso es porque la licitación se hizo por lo menos dos meses antes”, precisó. Y ya con cierto tono de denuncia, confirmó que “Estados Unidos y sus aliados están manejando el tema de las empresas”.
Ruckauf insistió una y otra vez con la desmentida. “Están realmente a punto de morir de sed –dijo sobre la población civil, de mayoría chiíta, que vive en Basora–. Entonces no se pueden hacer ni especulaciones económicas ni políticas con esto.” Enseguida, el canciller precisó que su gestión ofreció “personal técnico, expertos en desminado, en tareas de curación de heridas de guerra, gente que pueda reconocer enfermedades (sic)”. Finalmente, Ruckauf persistió con su reclamo humanitario: de paso, aprovechó para mantenerse en el medio del debate entre Francia y los socios anglonorteamericanos. “El Consejo de Seguridad vuelve a encerrarse en discusiones de política internacional, otra vez las discusiones entre Gran Bretaña y Francia. Pero acá hay que pasar por encima de esta discusión política y exigirle a ambas partes en conflicto un corredor humanitario donde entren la Cruz Roja y la Media Luna Roja.”