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El diputado Luis Zamora, que en las elecciones del 2001 sorprendió con casi un once por ciento de los votos, decidió presentarse como candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad para los comicios del 8 de junio. “No fue una decisión mía sino del movimiento. Y creemos que se puede articular esta decisión con la pelea que venimos dando para que se vayan todos a nivel nacional, y que podemos estimular procesos autogestivos y participativos en la Capital”, explicó Zamora a Página/12.
Luego de décadas de miltancia en el troskismo ortodoxo del MAS, Zamora se había retirado de la política para dedicarse a la actividad privada, hasta que un grupo de amigos lo tentó para que se presentara como candidato a diputado en las elecciones del 2001. Modestamente, Zamora formó un pequeño partido, Autodeterminación y Libertad, y anotó su candidatura: obtuvo un 10,7 por ciento de los votos.
Fue un preámbulo del vasto movimiento de protesta que estalló el 19 y el 20 de diciembre del 2001. En medio de la ebullición social y el clima antipolítico, la imagen de Zamora comenzó a crecer, hasta convertirse en uno de los dirigentes con mayor intención de voto. Más tarde, sin embargo, el diputado anunció no que se presentaría a las elecciones presidenciales, a las que calificó de fraudulentas, y que se dedicaría de lleno a luchar por el “que se vayan todos”.
Ayer, luego de meditarlo mucho, Zamora aceptó postularse en la Capital. Consultado por este diario, el legislador no cree que se trate de una contradicción. “La diferencia es que creemos que esta decisión puede servir para estimular procesos de autogestión, de participación. En la Ciudad hay mucho protagonismo social, los porteños fueron los actores centrales del 19 de diciembre, y ahora se ven asambleas, fábricas recuperadas, comedores, cooperativas. Si bien existen en todo el país, en la Capital todo esto está más extendido. Además, en las elecciones de la Capital se renueva la totalidad de le Legislatura y se votan los diputados, por lo que la gente, si quiere que se vayan todos, va a poder expresarlo. Entre el protagonismo social y los espacios institucionales más amplios creemos que se abre un espacio muy atractivo, muy estimulante, y por eso decidimos presentarnos”, explica.
Pero no es el único motivo por el que decidió postularse en la Capital. “La Constitución de la Ciudad tiene algunas cosas que hay que aprovechar, aunque los políticos han hecho todo lo posible para que no funcionen: mecanismos de democracia directa, revocatoria de mandatos, presupuesto participativo. Nosotros queremos aprovechar esas ventajas institucionales para estimular la participación”, sostiene el legislador.
Con la decisión de Zamora, el espacio de izquierda y centroizquierda incorpora un nuevo candidato, que suma al actual jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, al socialista Norberto La Porta, al kirchnerista Rafael Bielsa, al candidato radical y a los posibles postulantes del ARI y la CTA.
Zamora, sin embargo, no teme fracturar el espacio que se enfrentará a un Mauricio Macri en ascenso. “No tienen nada que ver con nosotros, pertenecemos a lugares diferentes. Aquí se trata de instalar una polarización entre Macri e Ibarra, que yo creo que es falsa. Yo digo que si Macri es el empresario que vive del Estado, entonces Ibarra es el político que se lo permite. Ellos representan en la Ciudad lo que Menem o Kirchner representan a nivel nacional”, asegura Zamora, que también ha decidido no articular ninguna alianza con los partidos de la izquierda tradicional. “Los respetamos, pero estamos transitando caminos distintos”, añade.
En cuanto al programa de gobierno, Zamora aspira a la participación ciudadana. “Nosotros no decimos que nos voten porque le vamos a arreglar todo sino que queremos que la gente se involucre. Nuestro objetivo no es bajar un programa cocinado: ‘respuestas’, como dice Macri sino alentar la participación de los vecinos. Vamos a tratar de enmarcar nuestra lucha en un proceso más amplio, de lucha contra la barbarie capitalista en Latinoamérica”, agrega. No es la primera vez que Zamora se presenta para un cargo ejecutivo, pero sí es la primera en la que su candidatura tiene chances de obtener un buen resultado. “Hasta ahora el objetivo de presentarnos a las elecciones era difundir ideas, explicar nuestras propuestas. Ahora no sabemos si podemos ganar, pero estamos convencidos de que vamos a influir en serio para que nuestras ideas se tengan en cuenta”, concluye.