Luis Beder Herrera asumió ayer su segundo mandato como gobernador de La Rioja. Acompañado por el ministro de Salud, Juan Manzur, el mandatario defendió su política minera y aseguró que cerró acuerdos de exploración y explotación con “el 30 por ciento” de regalías para tener “autonomía definitiva y generar trabajo bien pago”. Su discurso fue abucheado por miembros de los movimientos que se oponen al avance de la megaminería, que se concentraron en la plaza central de La Rioja, a 150 metros del paseo cultural donde se desarrolló el acto, y también en Famatina, los pagos de Beder Herrera, a 230 kilómetros de la capital provincial. Beder Herrera ya había festejado a fines de mayo, cuando ganó con el 67 por ciento de los votos. El mandatario tendrá otro vice en su segunda gestión: desde ayer lo secunda Sergio Casas, quien reemplazará a la flamante senadora Teresa Luna. Después de sacar casi 50 puntos de diferencia con su segundo, en las elecciones de octubre el oficialismo perdió en los distritos de Chilecito y Famatina luego de firmar un convenio de exploración con la empresa canadiense Osisko. El gobernador reivindicó ayer a “nuestra Presidenta”, reiteró que La Rioja es “la provincia que tiene menos posibilidades” de desarrollo y que su gobierno luchará “por la promoción industrial, porque hay 9000 trabajadores” en riesgo de perder su trabajo. Al margen de los 2500 riojanos invitados al acto, también participaron personas de a pie y cientos de manifestantes que se congregaron en la plaza y marcharon para ratificar que “no habrá licencia social para los proyectos megamineros”.