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El piquete que mantenían organizaciones de desocupados desde hace seis días en la salida del polo petroquímico de Avellaneda fue disuelto ayer a la tarde por la policía bonaerense y la Prefectura Naval.
Los manifestantes, que pertenecen al Polo Obrero y al Movimiento Teresa Rodríguez, impedían la circulación de los camiones cisterna transportadores de combustible, en reclamo de 50 mil puestos de trabajo. En consecuencia, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, había manifestado ayer que podría haber problemas de desabastecimiento. “Estábamos en tratativas de reunirnos con todas las petroleras, pero sólo nos reunimos con Dapsa”, aseguró Néstor Pitrola, representante del Polo Obrero.
El dirigente piquetero relató a Página/12 que el miércoles a la noche, la dirección del Bloque Piquetero Nacional se reunió con el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, y con el ministro del Interior, Rodolfo Gabrielli, quienes les prometieron la continuidad de los viejos planes Trabajar y la elaboración de un nuevo convenio “pero no les impusieron un plan de tregua social”.
Los piqueteros tenían conocimiento desde el jueves que podría haber represión en el corte de Dock Sud, por lo que, en una asamblea, decidieron retirarse en caso de que apareciera la policía “para evitar un desastre, ya que en el piquete había muchas familias”, señaló Pitrola. Asimismo, Amnistía Internacional y Correpi recibieron ayer denuncias sobre un barco cargado de prefectos que habría partido del puerto de La Boca hacia Avellaneda para disolver la movilización.