EL PAíS › LOS PLANES DE LOPEZ MURPHY PARA DESPUES DE LA DERROTA
“Pelearemos distrito por distrito”
El ex ministro de Economía de Fernando de la Rúa aspira a convertir el 17 por ciento de votos en el piso de su crecimiento territorial.
Por José Natanson
“Ahora, a pelear distrito por distrito.” Habían pasado unos minutos de las diez de la noche del domingo y Ricardo López Murphy, resignado al tercer puesto, analizaba con sus operadores el futuro inmediato de su partido, que de aquí a fin de año debe enfrentar una seguidilla de elecciones provinciales. En la Capital, donde hasta ahora se vota el 8 de junio (ver página 10), la candidata es Patricia Bullrich, la ex delarruista que conquistó algunas simpatías porteñas peleándose con los sindicalistas, y que tiene por delante la difícil tarea de romper la polarización entre Aníbal Ibarra y Mauricio Macri. En la provincia, el postulante es otro ex sushi, Hernán Lombardi, que aspira a conseguir el voto de los radicales disconformes, pero que aparece lejos, muy lejos, de los candidatos peronistas. En síntesis, el desafío de López Murphy, convertido desde el domingo en el nuevo referente del centroderecha, es ampliarse ideológicamente y convertir el 17 por ciento en el piso –y no el techo– de su incipiente carrera política.
Descartada cualquier posibilidad de acuerdos de cara al ballottage, la prioridad de López Murphy pasa ahora por fortalecer la estructura política de Recrear, que hasta el momento no es más que la unión electoral de un grupo de partidos y partiditos provinciales.
El psicótico calendario electoral establecido por los gobernadores incluye, de aquí a septiembre, comicios en casi todas las provincias. Un desafío clave para López Murphy, que obtuvo un buen resultado nacional gracias a una astuta campaña publicitaria centrada en su figura, pero que ahora tiene por delante la difícil tarea de empujar a sus postulantes locales, que no tienen ni el nivel de conocimiento ni los antecedentes –para bien o para mal– del candidato-bulldog. La Capital y la provincia de Buenos Aires, donde decidió presentar candidatos propios, son un ejemplo.
En la Capital, el ex ministro cerró un acuerdo con Bullrich. Aunque es una dirigente conocida, que durante su gestión en Trabajo sedujo a algunos sectores de la clase media por su enfrentamiento con los gordos de la CGT, las encuestas coinciden en que Bullrich tiene que crecer mucho para hacer pie en un escenario dominado por Macri e Ibarra.
“Vamos a hacer una campaña amplia ideológicamente, con mucho énfasis en la educación y en la cultura y con algunas ideas claras, como la no privatización del Banco Ciudad”, señalaban ayer los operadores de Bullrich, aludiendo –sin nombrarlo– al dogmatismo ultraliberal de López Murphy, y subrayando de paso sus diferencias con Macri. “Igual, las elecciones no van a ser el 8 sino en septiembre”, se entusiasmaban ayer cerca de la ex ministra, con la esperanza de que un fallo de la Corte Suprema postergando los comicios les dé más tiempo para instalar su candidatura. Se trata, en realidad, de una jugada de doble filo, ya que el tiempo podría licuar el efecto positivo que produjo la buena elección de López Murphy en la Capital.
En la provincia de Buenos Aires no se registró el record de la Capital, aunque el ex titular de Economía tuvo una performance aceptable: tercero, con el 16,6 por ciento. En este caso, lo interesante es el mapa de la elección, que confirmó la implantación de López Murphy entre los votantes radicales. En el Conurbano, obtuvo un primer puesto en San Isidro (donde hasta hace poco reinaba Melchor Posse, el candidato a vice de Adolfo Rodríguez Saá) y en Vicente López, donde consiguió el apoyo –silencioso pero decidido– de Enrique “El Japonés” García. Peleó el segundo lugar con Carrió en Morón, quedó tercero en Avellaneda y se acercó al quince por ciento en distritos impensados como Lanús, Lomas de Zamora y Avellaneda.
La lectura es sencilla: al ex ministro le va muy bien en el norte del Gran Buenos, donde se concentran los votantes con mayor nivel adquisitivo, y en el primer cordón, donde viven muchos ciudadanos de clase media. Su performance disminuye a medida que uno se aleja de la Capital y se interna en las barriadas más pobres. En el interior bonaerense, tradicional plaza fuerte de la UCR, López Murphy hizo una elección aceptable, con algunos picos. Ganó la sexta sección, donde suele imponerse el radicalismo y que tiene su epicentro en Bahía Blanca, donde gobierna el radical Jaime Linares. Otro dato: salió tercero, con el 16,3 por ciento, en Chascomús, donde ni el apoyo de Raúl Alfonsín le alcanzó a Leopoldo Moreau, que quedó sexto.
“La clave es buscar la amplitud. Tenemos que hacer una coalición lo más amplia posible”, aseguraban ayer cerca de Lombardi. El candidato a gobernador de Recrear no tiene el perfil del clásico cacique radical de la provincia, lo cual es una ventaja para atraer voluntades independientes y una desventaja para cosechar el apoyo de sus ex correligionarios. Igual que en la elección nacional, el principal empujón para Recrear puede provenir de la UCR, que en la provincia decidió candidatear a Margarita Stolbizer, una diputada respetable pero poco conocida.