Jueves, 5 de julio de 2012 | Hoy
EL PAíS › RICARDO PIGNANELLI, SECRETARIO GENERAL DEL GREMIO DE LOS MECáNICOS (SMATA)
“Yo no creo que el Gobierno se tenga que meter (en la interna de la CGT), pero tampoco creo que haya que ir a una plaza a intentar voltear a un gobierno”, señala el líder gremial. Dice que se “agotó” la forma de conducir de Moyano.
Por Julián Bruschtein
“Alguien que se dice peronista habría dado un paso al costado para evitar todo el malestar que está causando, en la sociedad y en la CGT.” Rodeado por las fotos de Juan Perón y Eva Duarte y una pintura de Eva hecha por su esposa, Ricardo Pignanelli, secretario general del gremio de los mecánicos (Smata), dialogó con Página/12 sobre la interna de la central obrera, que entra en zona de definición. “Moyano no se va a resignar a ser uno más dentro de la CGT y esto lleva a la fractura”, explica apuntando “al personalismo” del que acusan al camionero. “Yo no creo que el Gobierno se tenga que meter, pero tampoco creo que haya que ir a una plaza a intentar voltear a un gobierno”, agregó, integrando a los sectores de la oposición que asistieron a la movilización de Moyano en Plaza de Mayo.
–Muchos dirigentes plantean que el acto exhibió la debilidad de Moyano. ¿Cree que Moyano se debilitó en los últimos tiempos?
–Creo que él mismo se vio débil cuando dijo que era un paro de camioneros y no de la CGT. El vio la realidad de toda la plaza. Movió el país camionero y tuvo una gran ausencia de dirigentes que son pesados adentro del movimiento obrero. Estoy convencido de que el Gobierno no se tiene que meter, pero tampoco creo que haya que ir a una plaza a intentar voltear a un gobierno. Resulta que hoy todos los que eran sus enemigos son sus mejores amigos y los que lo ayudamos durante tanto tiempo somos los enemigos. Nuestro gremio participó en casi todas las movilizaciones a las que convocó Moyano. Cómo le explico yo a mis compañeros que el año pasado fuimos a la cancha de River a apoyar el modelo y hoy, con la crisis que hay en el mundo, mando a todos los trabajadores en contra del Gobierno. El que tiene que hacer una reflexión muy profunda de sus actos es él.
–¿Cómo queda el escenario de la CGT?
–Soy un convencido de que el escenario termina desgraciadamente en una ruptura de parte de Moyano. Si bien va a quedar unificada en gran parte y un pequeño espacio se va a quedar afuera. Porque Moyano no se va a resignar ser uno más dentro de la CGT y ahí está el porqué de la fractura. Creo que el cambio de Moyano es inminente, porque se agotó la forma de conducir la CGT, es decir que no se agotó Moyano, pero sí su forma de conducirla. Pero la división en la CGT no es de ahora, viene desde que el triunvirato dejó todo en manos de Moyano y se empezó a tomar una forma de conducción que hizo desertar a algunos gremios. Moyano se va a quedar afuera por una decisión de él. La última movilización fue el punto desencadenante, porque tomó un camino distinto al resto y lisa y llanamente fue una movilización política. Me parece que tiene que hacer un mea culpa porque el principal divisionista en el movimiento obrero fue él. Por sus caprichos, porque muchas veces los compañeros intentaron hacerle ver que se estaba manejando mal y no aceptó consejo.
–¿Moyano podría haber consensuado las elecciones en la CGT?
–Alguien que se dice peronista habría dado un paso al costado para evitar todo el malestar que está causando en la sociedad y en la CGT. Le dio mucho al movimiento obrero, pero tendría que haberse dado cuenta de que su tiempo se acabó. La CGT tiene que cambiar la forma de conducción. Tiene que ser un solo secretario general, porque con el triunvirato tuvimos una mala experiencia, aunque no me voy a oponer si en el conjunto se define un triunvirato.
–¿Cómo plantea que tiene que ser la futura conducción de la CGT?
–La conducción tiene que ser plana en el debate y con consenso mayoritario para el bien de todo el movimiento obrero y no la apetencia de alguno. Porque los problemas son comunes, el salario familiar es común, el Impuesto a las Ganancias es común, las obras sociales y el tema de la vivienda también es común. Lo que es igual para todos los trabajadores tiene que reflejarse en respuestas también para todos y no sólo para un sindicato. Tiene que haber un cambio positivo, un cambio para que la CGT, más allá de los reclamos, lleve propuestas y debate, entendimiento, asuma el rol que tiene que asumir la CGT según los momentos que pasa el país. La defensa del modelo es fundamental para eso.
–Existe un fuerte reflujo de militancia juvenil. ¿Al sindicalismo no le vendría bien un recambio generacional?
–Tenemos muchos pibes jóvenes acá, hay pibes de 22, 23 años, de 30 y de 40. Estamos tratando de prepararlos para que conduzcan el gremio. Siempre decimos que intentamos rodearnos de los más inteligentes, los más activos y ojalá que cuando asuman la responsabilidad quieran más al gremio y lo hagan más grande. Lo único que les enseñamos son las tareas gremiales y a querer a la organización, porque es la base de sustento de los trabajadores. Es una tarea que cada uno en su gremio la está haciendo. Yo no tengo ningún hijo que me vaya a suceder. Mis hijos están trabajando en la fábrica. Si alguna vez llegan al gremio es porque laburaron y se van a tener que ganar el respaldo de sus compañeros, salir delegados, y bueno, si algún día les toca seguramente van a llegar.
–Están preparando el trasvasamiento generacional...
–Bueno, el trasvasamiento generacional lo entiendo igual que como lo dijo Perón. Enseñaba a los jóvenes y los preparaba para conducir con respeto y siempre les repetía: “El trasvasamiento generacional no es tirar un viejo por la ventana”. Moyano hizo de Camioneros un gremio muy grande y muy poderoso. Si dentro de diez o doce años a él lo quieren tirar por la ventana me va a doler mucho, porque me voy a acordar de la historia de él.
–Usted hablaba de la defensa del modelo. ¿Cómo se relaciona esa defensa con la actividad gremial?
–Quizá los gremios industriales lo vivimos en carne propia. Cuando se cae el país, lo primero que cae es la industria. El ejemplo más clarito lo tenés en los 25 mil afiliados que teníamos en el 2003, después de haber tenido 75 mil en los ’90. Y hoy, con un modelo industrial, que todavía está naciendo, llegamos a los cien mil. Si profundizamos el modelo industrial, si logramos que haya componentes nacionales... Hoy hay un contenido nacional del 25 por ciento, pero sabemos que podemos arrimar al 45 o 48 por ciento. Cada punto que sumamos son cinco mil puestos de trabajo directo, indirecto un montón más. La Presidenta lo explica bien cuando dice “protejan al modelo y no a Cristina”. Creo que lo que tenemos que proteger, más allá de los problemas que tengamos, es el modelo industrial y con esto me refiero a un modelo integral de país: científico, tecnológico, agrícola, ganadero, de servicios, en todos los aspectos del proceso de desarrollo.
–Si se fractura la CGT, quedarán cinco centrales de trabajadores, con las dos CTA y la CGT Azul y Blanca de Barrionuevo. ¿No debilita mucho al movimiento obrero?
–No es bueno que esté tan fraccionado el movimiento obrero. Quiero creer que en algún momento va a llegar la unificación. Ojalá que venga por la inteligencia de los hombres, que venga por despojarse de los intereses personales y las ansias de poder, porque si no, seguramente va a venir por el espanto.
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