EL PAíS › LA PRESIDENTA LE DEDICO UNA FRASE AL JEFE DE GOBIERNO, MAURICIO MACRI

“Por ahí hay algún procesado”

Cristina Kirchner lo dijo en la Bolsa de Comercio, frente a Macri, al ironizar sobre las acusaciones al SPF. “No trajimos ningún convicto”, aseguró. También aludió, sin nombrarlo, al camionero Hugo Moyano.

 Por Julián Bruschtein

Imagen: Pablo Piovano.

El gobierno nacional jugó de local en cancha ajena. A pesar de que las miradas en el acto por el 158 aniversario de la Bolsa de Comercio estaban puestas en la ausencia del vicepresidente Amado Boudou, las diferencias entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el jefe de Gobierno Mauricio Macri se llevaron todos los premios. “No trajimos ningún convicto al acto, pero por ahí hay algún procesado”, ironizó la Presidenta apuntando, sin nombrarlos, a la campaña mediática contra el Servicio Penitenciario Federal y el procesamiento firme de Macri en la causa de las escuchas telefónicas a familiares de las víctimas de la AMIA. Macri se esforzó por mantenerse serio y no aplaudir a la Presidenta, que también se acordó elípticamente del camionero Hugo Moyano.

“Era lógico que no esté (el vicepresidente Amado) Boudou en el acto. La idea del gobierno nacional siempre va detrás de la concordia defendiendo sus ideas”, señaló a Página/12 un integrante del gabinete al ser consultado por la ausencia del vicepresidente. El aniversario de la Bolsa de Comercio fue el lugar elegido por la Presidenta para anunciar el pago de los bonos que generaron la crisis del 2001, el Boden 2012. La disputa entre Boudou y el presidente de la Bolsa, Anselmo Gabbi, generó alguna incertidumbre sobre su presencia en el acto, que finalmente se enfocó sobre el discurso presidencial.

Desde que la locutora anunció el ingreso de la Presidenta, las miradas se posaron en la actitud suelta de Fernández de Kirchner y la rigidez de Macri. “Se está esforzando para parecer serio y con cara de malo”, confió divertido un diputado del Frente para la Victoria mientras señalaba a Macri, sentado, con señales de aburrimiento en el rostro. Sólo una silla lo separaba de la Presidenta, que escuchaba con atención a Gabbi. Abajo del escenario, la distribución de los invitados parecía estar a la medida de sus convicciones. El gabinete nacional con funcionarios y legisladores se sentó a la izquierda y los integrantes del Gobierno de la Ciudad en el ala derecha, cruzando el pasillo que los separaba, junto a empresarios e integrantes de la Bolsa.

“No trajimos ningún convicto al acto, pero por ahí hay algún procesado”, sostuvo Fernández de Kirchner en el medio de su discurso, soltando un dardo envenenado para Macri, que no pareció darse por aludido. La negación de Macri del traspaso del subte a manos de la Ciudad mantiene la relación tensa entre ambas jurisdicciones. La ocurrencia generó más de una sonrisa entre el público, pero Gabbi no pudo contenerse y tuvo que hacer un ademán para taparse la boca con las manos y disimular. Macri se mostró desinteresado del acto en todo momento: se lo vio preocupado por no aplaudir y mantener un gesto duro.

Después de mencionar a “un sindicato como el mayor tenedor de bonos” en el país, la Presidenta acusó a “los sindicalistas que no se alinean con las políticas que favorecen a los trabajadores” y mientras hablaba de los mercados como si fueran clubes de fútbol señaló que “hay muchos en Argentina, River, Boca y Comunicaciones”. Todas menciones que apuntaban a Moyano, aliado del kirchnerismo durante ocho años y hoy en la vereda de enfrente y cada vez más aislado incluso en el ámbito gremial. Entre el público también se encontraba el gobernador Daniel Scioli, aunque se lo vio un poco fuera de sintonía con los kirchneristas que lo rodeaban: la ministra de Seguridad, Nilda Garré, dialogaba con su par de Defensa, Arturo Puricelli. Scioli estaba al lado, pero no le prestaban atención.

Veinte minutos antes del inicio del acto, comenzaron a ingresar los funcionarios, legisladores e invitados especiales. Los integrantes de La Cámpora se sentaron juntos, como es su costumbre. Los diputados Mayra Mendoza, Eduardo De Pedro y Andrés Larroque conversaban con el diputado provincial José Ottavis mientras se acercaba el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda. A medida que entraban los kirchneristas demostraron jugar de locales a pesar de no ser anfitriones. Al final, algunos militantes entonaron el clásico “Cristina, Cristina, corazón, acá tenés los pibes para la liberación”, mientras la Presidenta se retiraba y se encontraba en la calle una columna de agrupaciones kirchneristas que también cantaba en su apoyo “en las buenas y en las malas”.

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