Con la polémica sobre el dragado del canal Martín García como ruido de fondo en la relación entre los gobiernos de la Argentina y Uruguay, funcionarios entrerrianos comenzaron a activar nuevas quejas sobre la situación en la pastera UPM-Botnia. El senador del Frente para la Victoria, Pedro Guastavino, aseguró que las mediciones que se están realizando en el río Uruguay –que aún no se han hecho públicas por desacuerdos en el comité científico– muestran que la planta contamina, y acusó a los integrantes uruguayos del grupo binacional encargado del control de poner todo tipo de trabas. “Hay funcionarios uruguayos que parece que respondieran más a las directivas de la multinacional que a las del propio Estado”, advirtió, tras recordar que el comité científico ya entró a la planta catorce veces a tomar muestras, pero no dio a conocer los resultados de esos ingresos.

Guastavino fue vicegobernador de la provincia y forma parte del círculo de dirigentes con acceso al grupo de científicos y diplomáticos vinculados con el monitoreo de UPM-Botnia. “Hay funcionarios en la Dinama (la Dirección de Medio Ambiente uruguaya) y la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay) que no están trabajando en función de hacer un control efectivo en beneficio de la calidad de vida de la población, ni en línea de lo acordado por los presidentes. Tienen una actitud permanente de dificultar todo el monitoreo”, denunció. En ese sentido, consideró que “se está llegando a un punto límite” y planteó que la Cancillería argentina debería dar a conocer los resultados.

El senador señaló que, como en el comité científico, formado por dos argentinos y dos uruguayos, “los informes deben hacerse por unanimidad, nunca pudo redactarse nada”. Pero aseguró que le consta “de buena fuente que hay emisiones que están contaminando, inclusive es más de lo que se cree”.

El viernes, el canciller Héctor Timerman hizo una protesta formal ante Uruguay en la que denunció que la pastera está superando el límite de producción de un millón de toneladas de pasta de celulosa anual fijado como tope por la Corte de La Haya. Esta producción extra causa preocupación no sólo porque viola los acuerdos bilaterales sino porque estaría incrementando la contaminación.

En esta línea, Guastavino puso como ejemplo algunos números sobre la pastera. Sostuvo que la fábrica vuelca “800 litros por segundo de efluentes” al río, equivalentes “a los efluentes cloacales sin tratar de una ciudad de 276 mil habitantes”. Las cantidades de nitrógeno desechadas por la planta –agregó– son equiparables a las que generaría “una ciudad de 24 mil habitantes”, y las de fósforo, a las de una población de casi el doble, 42 mil.

“Verdaderamente esta planta está haciendo un desastre. Antes era una presunción, cuando fuimos a la Corte de La Haya hablábamos de que la contaminación podría causar un daño irreparable. Hoy ha dejado de ser una presunción, es una lamentable realidad”, concluyó el legislador. Guastavino, que es nacido en Gualeguaychú, aseguró que en la ciudad “hay mucha ansiedad por saber cuáles son los resultados del monitoreo, y recordó que no sólo la asamblea ambiental sino también “el gobernador de la provincia” ha pedido que se den a conocer los datos.