La presidenta Cristina Kirchner encabezó ayer un acto en el Museo del Bicentenario para conmemorar el centenario de la Ley Sáenz Peña que instauró el voto universal en la Argentina. En rigor, la fecha se cumplió en febrero, pero recién ayer (en otro aniversario, el número 50 de la creación de la Cámara Nacional Electoral) fue celebrado con la presencia de gobernadores, ministros, el titular de la CNE y el presidente de la Corte Suprema e incluso el ex diputado radical Leopoldo Moreau, en representación del centenario partido que, tres años después de la sanción de la ley, ganaba las primeras elecciones libres en la Argentina.

La Presidenta definió como “elecciones minoritarias” los procesos electorales que se dieron entre la sanción de la Constitución, en 1853, y 1916. “Lo que algunos sectores marcan como la época de esplendor y de oro de la República Argentina, o nos presentan las históricas presidencias de Mitre, Sarmiento o Avellaneda, lo cierto es que los argentinos no votaban. Votaban muy pocos y de modo fraudulento, porque el voto, además, era cantado”, recordó, antes de “rendir homenaje a la fuerza política que protagonizó tres alzamientos cívicos armados que permitieron concluir en la Ley Sáenz Peña.”

Aquel fue apenas un primer paso hacia la universalización de la democracia criolla, en el que estaban empadronados 1.189.000 de los más de siete millones de habitantes que había en la Argentina. Sin embargo, destacó CFK, fue en aquella ocasión que “por primera vez el voto fue secreto y obligatorio, punto de partida para todas las conquistas que más tarde vinieron”. Se refería, primero, a la irrupción del peronismo frenando una década de “fraude patriótico”, a la incorporación de la mujer y luego de los argentinos que viven en el exterior. En el mismo tenor, también, de la ley que ahora debe aprobar la Cámara de Diputados, extendiendo el derecho a voto hasta los 16 años.

“La constante ampliación de esa base electoral es, al mismo tiempo, la ampliación de la sustentabilidad de la democracia. Cuanto más gente participa, cuanta más gente decide, cuando más gente ejerce no solamente el derecho, sino el deber de elegir, porque los ciudadanos no solamente tenemos derechos, también tenemos obligaciones y deberes. Y cuando uno vota, se entremezclan los dos: el derecho a elegir y el deber también de ejercer la responsabilidad de ese voto”, señaló CFK.

Y también, agregó, en un mensaje pleno de actualidad política: “Una clara enseñanza para los ultras, que siempre juegan a todo o nada, y que la democracia y la política no se construye solamente con la voluntad o con lo que uno tiene ganas, sino también con las relaciones de fuerzas que se van dando en los distintos momentos históricos”.