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Por Martín Notarfrancesco Desde Córdoba @“Esto no es una FUA paralela, es la FUA de los estudiantes. Si ellos no reconocen la voluntad de la mayoría, que armen otra”, dice Joaquín Cortez, que vino desde La Plata y graficó así el encuentro que concluyó ayer en esta ciudad: “Somos como la CGT de Caló”. El 15 de junio pasado se realizó el último congreso de la Federación Universitaria Argentina (FUA). Fue el número 27 desde la recuperación democrática. Un sector de agrupaciones estudiantiles kirchneristas e independientes decidió no ingresar, no acreditarse, y entre los dirigentes de ese espacio comenzó a circular una idea: con los estatutos vigentes y con “la discrecionalidad” con que maneja la federación la Franja Morada, es imposible la democracia interna. En ese marco, con el propósito de refundar la federación, unos dos mil jóvenes participaron este fin de semana del Consejo Nacional de Centros de Estudiantes Universitarios. Se aprobó un nuevo estatuto para la federación y se convocó a un congreso de elección de autoridades para mayo del año que viene. “Nos quieren desprestigiar diciendo que somos la FUA kirchnerista. Lo que planteamos no es kirchnerismo versus radicalismo, sino una FUA democrática o una fraudulenta”, dice Leonardo Moyano, del MPE de Río IV. Camilo Serra Di Lollo pertenece al movimiento La Bisagra, de Córdoba, y afirma que, en el esquema vigente, el radicalismo otorga acreditaciones de manera discrecional. Hay facultades de 3 mil estudiantes con 27 congresales y facultades de 3 mil estudiantes con 8. Además, sobre las 49 universidades que hay en el país, sólo 21 están reconocidas y tienen posibilidades de votar. Entre las excluidas están las nueve universidades más nuevas, creadas bajo gestión kirchnerista. Entre los cuestionamientos al actual funcionamiento de la federación universitaria, administrada por Franja Morada desde la restauración de la democracia en 1983, los dirigentes estudiantiles destacan la falta de transparencia, por ejemplo, en las elecciones de autoridades: el voto no sólo es colegiado, sino que se cristaliza en los mentados “cartones” –explican–, ésos son los verdaderos votos; un mismo congresal puede manejar cientos de “cartones” y ponerlos a discreción sobre un candidato, o peor aún, repartirlos entre dos para perjudicar a un tercero. Después de retirarse del congreso de junio, agrupaciones kirchneristas e independientes como La Cámpora, JP Descamisados, JUP Mesa Nacional, Movimiento Evita, Miles, Partido Comunista Congreso Extraordinario, Nuevo Encuentro, Kolina, Frente para la Victoria Tecnológico, PC, MUP, Forja, La Jauretche, Peronismo Militante y otras, convocaron a siete encuentros regionales: Patagonia, Centro, Cuyo, NEA, NOA, zona metropolitana y Capital Federal. En estos cónclaves se resolvió convocar al Consejo Nacional de Centros de Estudiantes que sesionó sábado y domingo en la UTN Regional Córdoba. “Hace 10 años que no se convocaba. Vinimos cien centros de estudiantes, sobre los 320 que hay en todo el país. La idea es abrir la participación a todas las fuerzas”, contó Leonardo Moyano, del MPE. En el consejo se armaron treinta comisiones de trabajo, en las que se discutió la situación de las universidades, la vinculación con la sociedad, el perfil profesional y los planes de estudio. Entre las resoluciones del encuentro se aprobó desconocer a las autoridades ungidas en el último congreso de la FUA, se convocó a reeditarlo en mayo de 2013 y se aprobó un nuevo estatuto que busca dar previsibilidad al momento de repartir los “cartones”, incluyendo a todas las universidades. Así cada centro de estudiantes, sin importar facultad ni provincia, tendría el mismo peso. Lo mismo ocurre con cada federación. El resto de los congresales se dividirá de manera proporcional a la composición de las fuerzas estudiantiles. El Consejo de Centros de Estudiantes cerró ayer con un acto en la entrada de la UTN, del que participaron funcionarios y legisladores, además de docentes y militantes universitarios.