EL PAíS › DE LA SOTA RETUVO LA GOBERNACION
DE CORDOBA CON MAS DE LA MITAD DE LOS VOTOS
Premio consuelo del presidente que no fue
La abrumadora inversión en publicidad funcionó: José Manuel de la Sota fue reelecto gobernador pese al sonoro fracaso de sus ambiciones presidenciales. Los radicales lograron el 37 por ciento y ya sueñan con la intendencia de la capital.
Por Mónica Gutiérrez
El plan B de José Manuel de la Sota funcionó: el peronista retendrá el poder en Córdoba por los próximos cuatro años y medio. Con 15 puntos de diferencia, su coalición Unión por Córdoba se impuso al radical Oscar Aguad en la elección más polarizada de los últimos años. La fórmula De la Sota-Juan Schiaretti ganó con el 51,35 por ciento de los votos seguida de Aguad-Benigno Rins con el 37,49. Tercera quedó Liliana Olivero, de Izquierda Unida, y muy lejos se ubicaron el resto de las fuerzas, incluidos los disidentes justicialistas Oscar González (menemista) y Horacio Obregón Cano (adolfista). La sexta vez que los cordobeses eligen gobernador desde 1983 estuvo caracterizada por una gran apatía ciudadana: la elección quedó relegada por la escena política nacional y a pesar de la cantidad exuberante de publicidad, la campaña no logró vencer el escaso entusiasmo. Conocido el resultado de las encuestas en boca de urna, los festejos no se hicieron esperar: el marketing delasotista había previsto hasta el cotillón para celebrar el triunfo. El gobernador indicó que recibió una felicitación del presidente Néstor Kirchner y la invitación para viajar con él a Brasil la semana que viene (ver aparte). En la Casa Radical evaluaron como positivo el resultado que según los principales dirigentes los posiciona para recuperar la intendencia de la ciudad de Córdoba en octubre próximo.
No es precisamente su sueño, pero lo acerca bastante. Retener el poder por otros cuatro años más en Córdoba es su mejor plafón para seguir en carrera presidencial, el objetivo que comenzó a desvelarlo a fines del año pasado, aunque luego las encuestas le dieran la espalda. De la Sota llegó a la Casa de Gobierno antes de que comenzara el escrutinio; a las nueve de la noche estaba exultante con el triunfo: “Es un resultado histórico, nuestros rivales deberán hacer una lectura de la elección”, exclamó ante unas 200 personas que lo vivaban frente a la sede del gobierno cordobés, con los jingles de campaña de música de fondo.
En la sede de la UCR, más cautos, aparecieron caras conocidas: las de Mario Negri, Eduardo Angeloz y Rubén Martí, padrino del candidato.
Los resultados provisorios de la elección cordobesa confirmaron las encuestas que se habían difundido en la provincia en las últimas semanas: escrutadas el 75 por ciento de las mesas, recién a las once de la noche, la coalición oficialista ganaba con el 51,35 por ciento por encima del 37,49 del radicalismo. Ninguno de los justicialistas que fueron por su cuenta obtuvieron números significativos en la elección de ayer: la Ucedé, otrora socia de De la Sota en Unión por Córdoba, tuvo una actuación pobrísima con el menemista Oscar González que reunió un 2,45 por ciento de votos, mientras el referente de Adolfo Rodríguez Saa en Córdoba, Horacio Obregón Cano, alcanzó apenas el 0,97.
La tercera fuerza fue la sorpresa de la elección: Liliana Olivero, candidata de Izquierda Unida, alcanzó ese lugar con el 3,6 por ciento. Los votos blancos y nulos no alcanzaron en conjunto el 4 por ciento. En la capital cordobesa las diferencias se achicaron a favor de Aguad, que sacó el 38,08 frente al 47,09 de De la Sota. A pesar de tener menos votos que en el interior provincial, el mandatario demostró con el resultado que logró despegarse de la pésima imagen de su ex socio Germán Kammerath.
Con 2,2 millones de electores habilitados, en Córdoba votó ayer el 76 por ciento del padrón, según la Justicia Electoral. El día del comicio transcurrió tranquilo y con la maquinaria política más activa que nunca: la mayoría del transporte privado estuvo afectado a la elección, contratado por los partidos mayoritarios.
Sin foto presidencial
De la Sota no tuvo la foto de festejo con Kirchner, pero tampoco la esperaba. Nadie le había alentado expectativas desde Buenos Aires ni desde Santa Cruz, donde el presidente estuvo hasta anoche. Sí se ocupó el gobernador de difundir convenientemente el llamado de felicitación que recibió de Kirchner y la invitación que recibió de Juan Carlos Mazzón para que acompañe a la comitiva presidencial en el primer viaje al exterior de la gestión del santacruceño, con destino Brasil. Los gestos medidos de Kirchner son producto de una relación que ambos están componiendo, luego del magro resultado que el Presidente tuvo en Córdoba el 27 de abril, distrito en el que salió quinto. De la Sota recién expresó su apoyo a la candidatura de Kirchner el 9 de mayo, cuando las encuestas lo daban ganador y a pocos días de la deserción de Carlos Menem.
El resultado de Córdoba recibió diversas lecturas en la provincia, según el intérprete. Para De la Sota, la victoria expresó “un plebiscito para nuestro gobierno, que ocurre después de haber tenido que gobernar en los tiempos más difíciles de la Argentina”. Aguad, por su parte, expresó que tuvieron “que armar una candidatura, las candidaturas no se arman de un día para otro. Hemos recorrido en dos meses la provincia en medio de una elección nacional, en medio de una guerra, así que yo creo que es satisfactorio lo que se ha logrado hasta acá”. El radical recordó que la UCR viene “de graves problemas”, como el fallecimiento de su candidato natural, Ramón Mestre, y la enfermedad de Rubén Martí, el dirigente mejor posicionado en las encuestas. “Esto es una marcha, nosotros la iniciamos proponiéndole a la sociedad un cambio, un cambio en la forma de hacer política”, sostuvo.
En la campaña Aguad había recibido el apoyo explícito de Ricardo López Murphy, quien se mostró varias veces en Córdoba haciendo campaña por el candidato. Los números entusiasmaron a los radicales con la posibilidad de recuperar la intendencia de la capital cordobesa en octubre próximo, para la que ya hay varios anotados.
Teniendo en cuenta que hace tres meses Aguad inició la campaña con una intención de voto de menos del diez por ciento, el resto de los dirigentes que lo miraban con desconfianza no tuvieron mucho que decir anoche. En la misma época, el justicialismo evaluaba si presentaba o no como candidato a De la Sota, quien orillaba el piso en su imagen pública. La volatilidad del voto –según el análisis de los consultores– y la feroz maquinaria de marketing puesta en marcha desde el oficialismo fueron claves para la elección que anoche hizo el gobernador. Para el titular del bloque radical en la Legislatura, Jorge Font, el resultado es producto de que “la gente está cautiva de la ayuda social y prefirió priorizar la caja de alimentos, el subsidio, el programa. Esto no es criticar a la gente sino un alerta de lo que tenemos que cambiar”, señaló. En Córdoba hay más de 20 mil familias beneficiarias de planes de empleo subsidiados por el Estado y el doble que reciben asistencia social del gobierno.
De la Sota expresó que el triunfo de ayer pone “punto final a una etapa y abre otra” en su gobierno y anunció cambios a partir del 12 de julio, fecha en que asumirá su segundo mandato, hasta diciembre de 2007. No se privó de recordarle al radicalismo que “hizo la peor elección de la historia de su partido”.