EL PAíS › VIDELA HIZO UN LLAMADO A TOMAR LAS ARMAS CONTRA EL GOBIERNO

La nostalgia del dictador

Entrevistado por una revista española, Jorge Videla convocó a “los más jóvenes que aún están en aptitud física de combatir” a “armarse nuevamente en defensa de las instituciones básicas de la República, hoy avasalladas por este régimen kirchnerista”.

Desde la celda en la que vive en la cárcel de Marcos Paz, en donde purga dos condenas a prisión perpetua y otra a 50 años de encierro, y aguarda la definición de otros juicios que se le siguen por delitos de lesa humanidad, el genocida Jorge Rafael Videla volvió a bajar línea a través de la prensa. A poco de un nuevo aniversario del golpe de Estado que junto a otros represores encabezó el 24 de marzo de 1976, Videla habló con la revista española Cambio 16, que volvió a darle espacio al dictador después de haberlo hecho también hace un año. Desde esas páginas, Videla insistió con su teoría de que en la Argentina hubo una guerra interna, negó los 30 mil desaparecidos, acusó de “cobarde” a la actual oposición política y se dio el gusto de arengar a “los más jóvenes que aún están en aptitud física de combatir” a “armarse nuevamente en defensa de las instituciones básicas de la República, hoy avasalladas por este régimen kirchnerista encabezado por la presidenta Cristina y sus secuaces”.

Con la ayuda significativa de Ricardo Angoso, el mismo periodista español y militante de ultraderecha que lo entrevistó en 2012, el dictador Videla volvió a opinar sobre la política nacional desde la cárcel de Marcos Paz. Las preguntas de Angoso, colaborador de un grupo intelectual dedicado al análisis de la seguridad internacional ligado al Partido Popular español (el Grupo de Estudios Estratégicos) y confeso antikirchnerista, fueron apuntes precisos para que el genocida explayara su bajada de línea desfasada, aunque no por eso menos reveladora de su visión sobre la manera en la que obró durante sus años de jefe máximo del terrorismo de Estado.

La arenga a “impedir” la continuidad del “unicato totalitario”, como calificó a los gobiernos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y de Néstor Kirchner, la pronunció cuando Angoso lo invitó a dar un mensaje “a sus compañeros de armas que sufren presidio hoy”. Cabe remarcar que el entrevistador define como presos políticos a quienes purgan condenas por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura.

“Quiero recordarles a cada uno de ellos, principalmente a los más jóvenes, que hoy promedian las edades de 58 a 68 años, que aún están en aptitud física de combatir, que en caso de continuar sosteniéndose este injusto encarcelamiento y denostación (sic) de los valores básicos, ameriten el deber de armarse nuevamente en defensa de las instituciones básicas de la República, hoy avasalladas por este régimen kirchnerista encabezado por la presidenta Cristina y sus secuaces”, se despachó el genocida.

Convencido de su proceder en aquellos años, Videla se explayó sobre la necesidad de evitar la “perpetuidad” del gobierno nacional, posibilidad que atribuye “ya sea merced a una reforma constitucional o por la fuerza, en la estólida senda de trocar nuestro sistema representativo, republicano y federal por un fracasado comunismo a la cubana”. Aseguró que “nuevamente serán las Fuerzas Armadas y de Seguridad que junto a su pueblo del cual provienen (las que lo) impedirán”.

No hubo repregunta de parte de Angoso, quien ofreció el grabador sin peros y con muchos guiños. “¿Qué mensaje les daría a las futuras generaciones de argentinos que están confusos y desilusionados?”, le solicitó al represor. Como si se tratara de una voz autorizada en cuestiones de paz, Videla respondió que “se ha producido una clara tergiversación” mediante una “visión hemipléjica” de la verdad que logró “sembrar el odio y el resentimiento en muchos corazones argentinos, postergando la tan ansiada unión nacional”. Y se atrevió a abogar por la reconciliación y la paz.

“Argentina no parece que vaya por el mejor de los caminos”, le comentó Angoso a Videla, con más tono de aseveración que de interrogante. El genocida devolvió la pelota y redobló la apuesta, con el camino libre: “Argentina soporta hoy una nueva guerra, tomando las instituciones como rehenes y desacreditando los principios y valores que les dieron origen y razón de ser”. Todavía le quedaron ganas de provocar al represor, quien se permitió seguir haciendo uso de la palabra “desaparecido”: “La República ha desaparecido”, advirtió. “No hay otro camino para este país (que) reaccionar en la búsqueda de los principios y valores (para) reencontrarse con la República hoy desaparecida”, continuó, como si no hubiera sido suficiente.

En otro tramo de la entrevista, Videla se consideró víctima de una “persecución judicial que ha llevado a la cárcel a numerosos militares que no son más que presos políticos”, iniciada por “el matrimonio Kirchner”, que “se encargó de dejar sin efecto” las leyes de obediencia debida y de punto final que habían creado “una suerte de pacificación interior frente a las secuelas dejadas por la guerra interna librada contra el terrorismo y ganada por las Fuerzas Armadas”. ¿Terrorismo de Estado? ¿Torturas y robo de bebés? No fueron ejes de repreguntas de parte de Angoso, quien, tal cual hizo hace poco más de un año, ayudó al genocida a lavar su imagen y la de la última dictadura cívico-militar que lideró. Entonces volvió a negar a los 30 mil desaparecidos.

Por último, Videla reiteró su deseo de que “el rechazo de la ciudadanía a los procederes dictatoriales del kirchnerismo y sus secuaces” le haga “morder el polvo para siempre” al “unicato totalitario que gobierna actualmente” en la Argentina, y tiró un último dardo a la oposición política local, a la que lisa y llanamente tildó de cobarde: “Ha sucumbido al miedo y a las dádivas que el gobierno impone en todos los campos”.

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El represor cumple condenas a perpetuidad en la cárcel de Marcos Paz.
 
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