En vísperas de la ceremonia de asunción del papado, el ex cardenal Jorge Bergoglio recibirá hoy en Ciudad del Vaticano a Cristina Fernández de Kirchner. La Presidenta llegó ayer a Roma acompañada por parte de la comitiva oficial que asistirá al acto de entronización. También ya está en Italia la mandataria de Brasil, Dilma Rousseff, que tendrá una audiencia con el nuevo Papa mañana.

Vestida con pantalón, tapado siete octavos negro y con lentes oscuros, la jefa de Estado llegó en la tarde romana al hotel donde se hospedará hasta el martes. Ingresó acompañada por el canciller Héctor Timerman, sin hacer declaraciones a los periodistas que la esperaban para que opinara sobre el nuevo Papa.

Al llegar al aeropuerto, después de un viaje de diez horas, la presidenta Cristina Fernández había sido recibida por el embajador en Italia, Torcuato Di Tella, y el representante diplomático ante el Vaticano, Juan Pablo Cafiero.

La reunión del Papa con la jefa de Estado está agendada para las 12.50 de este mediodía. Consistirá en un almuerzo en la Casa Santa Marta, donde está viviendo el pontífice hasta que se terminen los arreglos de lo que será su residencia en el Palacio Apostólico. Si bien la reunión tiene carácter protocolar, será a agenda abierta.

Cristina Fernández será la primera mandataria en ser recibida por el pontífice. “Se trata de un gesto de cortesía, de atención hacia la Argentina y su Presidenta”, aseguró el vocero de la Santa Sede, Federico Lombardi, cuando se confirmó la audiencia. El portavoz remarcó que es “natural” que la Presidenta del país al que pertenece el nuevo Papa tenga un recibimiento “diferente” al resto de las delegaciones.

Hoy, además de la reunión protocolar, CFK participará de las actividades oficiales previas a la asunción del nuevo pontífice y mañana asistirá a la ceremonia de asunción junto a una comitiva integrada por miembros de la Corte Suprema de Justicia, el Congreso, la Iglesia Católica y dirigentes gremiales. La integran doce personas: el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti; el canciller Héctor Timerman; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el diputado radical Ricardo Alfonsín; el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo; el titular de la Pastoral Social, Carlos Alberto Acaputo; los dirigentes gremiales Antonio Caló, Omar Viviani y Omar Suárez; el vocero presidencial Alfredo Scoccimarro; el titular de la Unión Industrial Argentina, Ignacio de Mendiguren, y el presidente de la Federación Argentina de Municipios, Julio Pereyra.

En el Vaticano estiman que serán más de 150 los países que enviarán sus representantes a la ceremonia de iniciación (ver más información en página 8). Otros de los presidentes de la región que tendrán audiencias con el Papa argentino son la brasileña Rousseff y el mexicano Enrique Peña Nieto. Se trata de los mandatarios de dos naciones claves para la Iglesia, ya que Brasil y México son los países con más católicos en el mundo. En el caso de Brasil, donde se estima que hay 123 millones de católicos (sobre un total de 194 millones de habitantes), se da por seguro que el Papa les hará una visita en julio, cuando se realice la Jornada Mundial de la Juventud. Por su parte, el mexicano Peña Nieto, que se ha mostrado siempre en favor de defender la continuidad del Estado laico, hizo saber que invitará formalmente al pontífice a su país.

Entre los mandatarios latinoamericanos que confirmaron su asistencia están también la costarricense Laura Chinchilla y el paraguayo Federico Franco –cuyo mandato no es reconocido por la Unasur–. Costa Rica tiene al catolicismo como religión oficial, tanto Chinchilla como Franco son declarados devotos y es frecuente que incluyan en sus agendas de campaña actividades religiosas. En cambio, en representación de Uruguay, que es un país laico, no irá el presidente José Mujica sino su vice Danilo Astori.

En la grilla de los que están viajando a Italia figuran además el ecuatoriano Rafael Correa y el hondureño Porfirio Lobo. Por otra parte, la nobleza europea tendrá entre sus enviados a la argentina Máxima Zorreguieta, futura reina de Holanda, que irá con su marido, el príncipe Guillermo Alejandro, y el primer ministro holandés, Mark Rutte.