Lunes, 18 de marzo de 2013 | Hoy
Por Nicolás Alessio *
Elegir al cardenal Jorge Bergoglio como Papa es una jugada maestra de la diplomacia vaticana. La Iglesia Católica, a punto de naufragar entre escándalos financieros y sexuales, necesitaba urgente otra “imagen” ante la opinión pública mundial y mucho más en Latinoamérica. El perfil de Benedicto XVI, un alemán, duro, rígido, inquisidor, no logró poner a flote la “barca de Pedro”. Por el contrario.
Necesitaban un hombre en Latinoamérica, el último bastión de católicos que debe ser preservado de las desviaciones populistas en política y de las herejías de los teólogos de la Liberación.
Latinoamérica, la tierra de los mártires por la justicia –Romero, Angelelli y tantos otros– es un humus peligroso para la ortodoxia religiosa.
La tierra del socialismo del siglo XXI y de gobiernos posneoliberales huele a “izquierda” y eso no es del agrado vaticano.
Particularmente en Argentina, porque es el primer país latinoamericano que produce avances profundos en los derechos de las minorías sexuales, haciendo ley de la nación el matrimonio igualitario. Esto es una ofensa grave al pudor romano y a la dogmática moral católica. Un mal ejemplo que debe ser exorcizado. De hecho, Bergoglio escribió a las hermanas carmelitas que “es la pretensión destructiva al plan de Dios... no se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una ‘movida’ del padre de la mentira”. Para los neófitos en términos religiosos, el “padre de la mentira” es el demonio. Se trataba de una guerra “santa”.
Además, Argentina es pionera en llevar adelante los juicios a los genocidas a lo largo y ancho de todo el país. Para una Iglesia que todavía no se hace cargo de sus complicidades con los delincuentes de lesa humanidad, los “juicios por memoria y justicia” son una bomba a punto de estallar en sus propias narices. En los atrios de cada palacio episcopal. Hay que desactivarla.
Argentina es un modelo para todo el continente en estos temas y también un modelo para todos los pueblos víctimas de las distintas formas del terrorismo de Estado y la homofobia. Esto Roma no lo puede ni perdonar, ni tolerar, ni dejar avanzar, atenta contra su pretendida imagen de santidad celestial.
A muchos les queda la sensación de que algo comienza a cambiar y hablan de tener “esperanza”. Me parece que es sólo eso, una sensación. O un gran deseo convertido en ilusión. Por otro lado, vale la pena recordar que la esperanza cristiana no se funda ni en el Vaticano y menos en el Papado. Sólo se funda en el Jesús del Evangelio.
Que me digan que es sencillo, austero y que anda en subte ni le quita ni le agrega nada. Primatesta usaba una sotana derruida, no tenía auto ni propiedades, también era sobrio y frugal.
Es cierto que tal vez era peor un papa del Opus Dei, o no sé, porque a veces es mejor tener claro al adversario. Un conservador derechoso de buena imagen no deja de ser un problema. Confunde.
Que se llame Francisco poco honor le hace a Francisco de Asís, la “hermana pobreza” de los franciscanos no se sentía cómoda en los palacios romanos. Y por más que se llame “Francisco”, el Papa es un monarca romano medieval. Cambia la imagen, sólo la imagen. La estructura de poder es la misma, sus intereses los mismos.
En Argentina y en el continente, los sectores de la derecha serán fortalecidos, tanto los políticos como los religiosos, ya están brindando. Les agarró un fervor religioso desconocido.
Pero como el Espíritu seguro no está en Roma y sí entre los excluidos que claman justicia, a dormir tranquilos y a seguir peleando. No nos silenciaron antes, tampoco podrán ahora.
* Presbítero, teólogo, integrante del Grupo Angelelli. Alessio fue suspendido a raíz de su postura sobre la ley de matrimonio igualitario.
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