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Un testigo con amnesia sobre el misterio del motor

Un comisario declaró en la causa AMIA. Los jueces le pidieron datos sobre el motor de la Trafic usada como coche bomba.Fue tan esquivo que ordenaron demorarlo y analizan procesarlo.

 Por Raúl Kollmann

El hallazgo de la prueba clave de la causa AMIA, el motor de la camioneta Trafic usada como coche bomba, sigue estando envuelto en el misterio. Ayer terminó demorado el actual jefe de la Brigada de Explosivos de la Policía Federal, comisario Jorge Urgu, que dijo que no se acordaba de nada. Fue uno de los que buscó entre los escombros, pero curiosamente a lo largo de las dos horas de interrogatorio sólo tuvo una respuesta: “No me acuerdo”. Los jueces decidían anoche si iniciarle una causa por testigo reticente.
Hace dos días, declararon dos jefes de Bomberos que actuaron en los días del atentado: ambos coincidieron en que el motor se encontró el día 19, o sea seis días antes de lo que figura en la causa. Sin embargo, el segundo jefe de la brigada de socorro israelí que vino a la Argentina, Naum Frenkel, había declarado judicialmente que él mismo encontró el motor entre los escombros y fue el día 25, como dice el acta oficial. Para redondear, desde la cárcel, el principal imputado Carlos Telleldín se comunicó con este diario para poner en duda toda la historia del motor al señalar que “yo vi otro motor en la Federal, un motor bastante entero, que no es el que muestran ahora”.
Todo esto evidencia que alguien mintió y quedan expuestas también las irregularidades de la pesquisa. La situación se asemeja a la del arma de un crimen que se encuentra, se oculta, luego vuelve a aparecer y nada queda claro.
El comisario inspector Urgu logró ayer sacar de sus casillas a los jueces. El presidente del tribunal, Gerardo Larrambebere, le advirtió que “la vaguedad de su testimonio no se compadece con lo que aquí se está tratando”. Pese a ello, Urgu siguió contestando “no me acuerdo” o usaba frases en las que empezaba con la palabra “supuestamente”. Ya furioso, el juez Jorge Gordo embistió: “Hace dos horas que está declarando y no he logrado entender qué hizo usted tras el atentado”. El comisario sólo contestó: “Ya se lo dije”. En verdad, el papel de Urgu fue de importancia en los días posteriores al ataque ya que formó parte de un grupo que colaboró con los bomberos para encontrar evidencia. Sin embargo, no se acordó de nada. Los jueces lo dejaron demorado, pero seguramente le iniciarán una causa.
En estos días, el hallazgo del motor está en el centro de la escena.
- Los dos jefes de bomberos que declararon el martes dejaron en claro que se encontró el motor el 19 de julio de 1994, o sea al día siguiente del atentado. Sostuvieron que no puede haber confusión porque el jefe fue relevado el día 23 y el hallazgo se produjo varios días antes.
- El abogado de Familiares de las Víctimas, Julio Federik, exhibió ayer la declaración del subjefe de los socorristas israelíes. Naum Frenkel sostuvo, consultando los diarios que llevaba hora por hora, que el motor lo encontró él mismo en la tarde del día 25 de julio. Esto coincide con las actas oficiales.
- En la causa judicial está la famosa foja 114 en la que se pide la intervención de una serie de teléfonos, en especial los de la banda de Telleldín. Eso aparece incorporado el día 20 de julio. Significa que ya ese día sospechaban de Telleldín, es decir que habían encontrado el motor o tenían al Enano –como le dicen a Telleldín– en la mira desde antes del ataque. Esto sólo lo pueden contestar el juez Juan José Galeano y la SIDE.
- Para complicar todo mucho más, Telleldín se comunicó con Página/12 para señalar que cuando estuvo preso, unos diez días después del atentado, vio un motor en la Policía Federal que no es el que se exhibe ahora. “Hay varios testigos, entre ellos los policías que estaban en la custodia, la esposa de Enrique Gorriarán Merlo, Ana María Sívori, que estaba presa en el mismo lugar y varios otros detenidos. El motor tenía la caja develocidades, el semieje y no estaba destruido como éste que muestran ahora”, sostiene El Enano.
Como se ve, el incidente del hallazgo del motor echa otra vez sombras sobre la pesquisa. El juez, la SIDE, la Policía Federal aparecen metidos en una historia llena de actas, documentos y testimonios que no encajan.
Tal vez lo único que sigue firme, al menos desde las siete pericias que se hicieron, es que el motor estuvo en la explosión y era parte del coche bomba, pero será clave que el Tribunal Oral Federal esclarezca tantas contradicciones.

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Carlos Telleldín, el principal acusado en la causa AMIA, se comunicó con este diario.
Puso en duda la versión oficial sobre el motor de la Trafic. “Yo vi otro motor en la Federal.”
 
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