El Ministerio de Educación consiguió ayer consensuar con la mayoría de los gremios docentes universitarios –excepto Conadu Histórica– un aumento salarial del 29 por ciento en un plazo de 16 meses y en 4 etapas: primero un 16 por ciento retroactivo a marzo, luego un dos por ciento en junio, un cuatro por ciento en noviembre y finalmente un siete por ciento en enero. Tras el acuerdo, el ministro Alberto Sileoni resaltó, en diálogo con Página/12, la importancia de superar el plazo de 12 meses para evitar que la próxima discusión salarial afecte el inicio de clases. Además, Sileoni resaltó la actitud de “madurez” de los docentes bonaerenses que, a pesar de su reclamo salarial, decidieron suspender las medidas de fuerza a raíz de la tragedia que se cobró la vida de más de 50 personas. Por último, anticipó distintas líneas de apoyo económico a los colegios.

–¿Cuál es su evaluación de la paritaria universitaria?

–Fue un acuerdo muy positivo, porque siempre llegar a un acuerdo es el objetivo de toda negociación. Cinco gremios acompañaron y la Conadu Histórica iba a dar su posición hoy. Es un acuerdo muy interesante porque por primera vez en una paritaria educativa se supera el año calendario y se llega a mediados del año que viene. Es un acuerdo que tiene varios puntos. En términos de aumento salarial son 4 etapas: 16 por ciento retroactivo al 1º de marzo, el 1º de junio 2 por ciento más, el 1º de noviembre 4 por ciento más. Eso totaliza un 22 por ciento para este año, que es la cifra que ofrecimos en la paritaria de los docentes no universitarios. Y se le añade un 7 por ciento a partir del 1º de enero de 2014. Junto con esto, se ha generado una comisión para estudiar una recomposición en el nomenclador de los docentes universitarios y preuniversitarios. O sea que también hemos logrado generar allí una mejora...

–¿Pero ya se acordó la mejora o se acordó la creación de la comisión?

–Se acordó que va a haber una comisión que va a trabajar en la recomposición en dos tramos, que va a producir rápidamente su dictamen. Hay un acuerdo en torno de que eso ocurra efectivamente. Además ratificamos y ampliamos un programa de capacitación docente, que lo llevamos a ocho millones de pesos, que tiene relación con un programa de fortalecimiento de la docencia universitaria. Hay un programa de capacitación de condiciones y medio ambiente de trabajo, que tenía una inversión de dos millones de pesos y pasamos a cuatro millones. Se agrega al de doctorado y maestría un adicional por título de especialización. Se incorpora la garantía salarial para aquellos docentes que tienen un cargo simple. Es un año que ratifica el rumbo de lo que venimos haciendo en los últimos 10, duplicar el PBI universitario, generar nueve nuevas universidades, aumentar un 40 por ciento los docentes.

–¿Por qué el acuerdo fue mayor a los 12 meses?

–Fue una propuesta de algunos gremios que nos marcaron esa posibilidad en la primera reunión. Nos pareció innovadora porque nos permite salir de ese asedio que siempre tenemos en febrero-marzo. La paritaria docente siempre tiene un alto componente estacional. Naturalmente se discute antes del inicio del ciclo lectivo, lo que genera una carga extra. Vemos una cantidad de beneficios en hacer un acuerdo que trascienda marzo, que se inicien las clases normalmente, que permita discutir a mitad de año de un modo más tranquilo y con una economía con indicadores más claros.

–¿No hay riesgo de que queden desactualizados los salarios con un plazo tan largo?

–No, me parece que al contrario. Es un acto de previsibilidad, de confianza, de apuesta al futuro, de certidumbre. Así lo expresaron las organizaciones gremiales durante la discusión salarial.

–¿Entonces, a partir de la próxima, las paritarias serán en junio pero por doce meses?

–Esto lo vamos a ir viendo. Es interesante habernos permitido una innovación. Eso tiene un valor, que sea una paritaria docente la primera que pueda superarlos nos parece muy importante, tiene un valor político muy importante. Ojalá pudiéramos trasladar esta posibilidad a la paritaria no universitaria. Y poder superar esa cíclica circunstancia de zozobra e incertidumbre de todos los comienzos de año.

–Pero entonces habría que adaptarlo con las paritarias en las provincias...

–Sí, por supuesto. Son dos paritarias distintas. Este acuerdo abona lo que decíamos respecto de la paritaria no universitaria, que esa tiene sólo una función que es orientadora, que fija un salario mínimo para el docente sin antigüedad, jornada simple. Y esta otra paritaria donde somos efectivamente el Estado empleador, que construye el salario, tenemos posibilidades más amplias.

–¿Cómo es la situación educativa en la provincia de Buenos Aires por el temporal?

–Estamos en comunicación con la ministra (Nora de Lucía) y vamos a estar recorriendo escuelas mañana (por hoy). Tenemos varias líneas de recursos que van a llegar rápidamente a las escuelas. Nos dicen que en muchas escuelas los pibes han perdido útiles o elementos de trabajo. Tenemos otra línea de equipamiento inmobiliario con la cual también estamos trabajando y una de mayor envergadura presupuestaria que tiene que ver específicamente con infraestructura. Los recursos los generamos a través de un fondo rotatorio que tiene la ventaja de ir con bastante premura.

–¿Cómo queda la situación de la paritaria provincial a partir de esto?

–Quiero resaltar la actitud madura de los gremios, de poner lo importante por delante, excluyendo otras discusiones cuando hay muerte, desolación, pérdidas materiales... han tenido una actitud que hay que reconocer. Y espero que quizás este impacto sea un elemento más que pueda acercar a las partes y se pueda llegar a un acuerdo. Pero ese es un tema que tendrá que resolver la mesa gremial con las autoridades de la provincia.