EL PAíS › EL BALLOTTAGE EN TIERRA DEL FUEGO, MUY PAREJO
El PJ perdería una provincia
Por R. K.
El justicialismo podría perder mañana una provincia que gobierna. En los sondeos previos, el candidato radical, Jorge Colazo, se impone por seis puntos al actual gobernador, Carlos Manfredotti, con uno de cada diez fueguinos sosteniendo que todavía están indecisos, no irán a votar o lo harán en blanco. Descartando a esos ciudadanos con el llamado voto negativo, Colazo aventajaría a Manfredotti por siete puntos. Esa diferencia, sin embargo, en el distrito más chico del país, es más que exigua porque se trata de una brecha de apenas 3000 votos. Ello hace muy difícil hacer encuestas y, por otra parte, hay acusaciones de fraude, de nivel desusado de movimiento de gente entrando a la provincia, lo que significa que incluso con un fraude hormiga se puede alterar el resultado.
La encuesta sobre la elección de Tierra del Fuego fue realizada por la consultora OPSM, que encabeza Enrique Zuleta Puceiro. El trabajo, teniendo en cuenta las dimensiones de la provincia, fue de envergadura: 200 encuestas en Ushuaia y 200 en Río Grande.
Para el Gobierno, la pelea de Tierra del Fuego produce sensaciones contradictorias. Por un lado, al presidente Kirchner no le gustará nada que su partido, el PJ, pierda una provincia y menos todavía en su región, la Patagonia. Al mismo tiempo, es sabido que Kirchner no le tiene la menor simpatía personal a Manfredotti, que jugó a favor de Carlos Menem en la elección presidencial y en las últimas semanas se dio vuelta convirtiéndose al kirchnerismo. Optima, en cambio, es la relación del Presidente con Daniel Gallo, el candidato a vicegobernador del PJ, que fue uno de los primeros dirigentes justicialistas que respaldó al santacruceño, mucho antes de las elecciones presidenciales. Tampoco es mala la relación de Kirchner con el candidato radical, Jorge Colazo, al que conoce desde hace muchos años.
En Tierra del Fuego se habla mucho del antimanfredottismo, asimilándolo al antimenemismo. Ahí podría estar una clave de la elección: el actual gobernador pagaría los platos rotos de su asociación con el riojano.
Como la elección es peleada, muchos aseguran que la del domingo será una jornada larga, sin resultados claros hasta bien entrada la noche.