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Daniel Scioli concluyó ayer en París una visita exploratoria por varios países europeos, entre ellos España, Italia y Francia. El vicepresidente argentino tuvo el placer de asistir en la capital francesa a la ceremonia durante la cual la Unesco declaró patrimonio de la humanidad a la Quebrada de Humahuaca (ver página 15). Página/12 eligió hablar con el vicepresidente de la política argentina, de las elecciones recientes y por venir, de su visión del gobierno.
–La elección de este fin de semana en Tucumán volvió a poner en el primer plano a uno de los hombres que representan la peor hora de la Argentina, Antonio Bussi. ¿Cuál es su posición frente a una elección que trascendió las fronteras del país?
–Hay que destacar la voluntad de un porcentaje importante del pueblo de la ciudad de Tucumán. Toda la provincia la ganó un peronista, un hombre que impulsa el desarrollo económico con un gran sentido social, que es un defensor de los derechos humanos, de la libertad de prensa y la democracia. Estoy convencido de que la provincia de Tucumán va a resurgir con mucha fuerza. Ahora claro, hay un tema puntual que es el de la capital. En el marco de la democracia cada pueblo elige por mayoría lo cree que es mejor para que lo represente. No quiero abrir juicios de valor porque es un resultado muy fresco.
–Bussi tiene un pedido de captura internacional. En el contexto de lo que ocurrió con Ricardo Cavallo, ¿hay alguna posibilidad de que se sancione una ley para apartar de la vida pública personajes semejantes?
–El Gobierno viene demostrando que, en el marco del respeto al orden jurídico y el equilibrio de los poderes, se facilitan en todo momento las posiciones que pueda tener el Ejecutivo con respecto a estos casos. Así ocurrió con el caso Cavallo. En cuanto a los demás casos, habrá que ver. La Argentina tiene ahora al fiscal Luis Moreno Ocampo en la Corte Penal Internacional, que es justamente uno de los tribunales donde se van a juzgar este tipo de delitos.
–¿El nombramiento de Eugenio Zaffaroni en la Corte Suprema de Justicia termina para usted con una fase turbia de la historia jurídica argentina?
–Es una nueva etapa. Es obvio que uno de los máximos objetivos de nuestro gobierno es recuperar la credibilidad, la fortaleza de las instituciones, la percepción de la sociedad sobre qué es la política, qué son las instituciones. Es allí donde se podrá darles respuesta a los problemas. Desde la política se llegó a esta situación, es en el marco de la democracia en donde hay que solucionarla. Sabemos muy bien los cuestionamientos que hubo en torno al tema de la Corte. Esto es fundamental para el respeto entre los poderes y para que, según el poder de cada uno, se esté en sintonía con las demandas de la sociedad en cuanto a transparencia y eficiencia. Desde el inicio de nuestra gestión el Congreso viene sancionando las leyes que pide el Ejecutivo. Esto es muy bueno. Lejos de ocurrir lo que algunos decían, es decir, que por causa del desarrollo electoral y la primera vuelta con el 20 por ciento, iba a ser muy difícil encontrar los consensos, está ocurriendo todo lo contrario.
–Al final de esta gira europea, ¿percibe que las expectativas de sus interlocutores son diferentes?
–Sí, me llevo realmente un gran entusiasmo. Más allá de los lazos que nos unen, particularmente con España e Italia, y las inversiones que ha realizado Francia, veo que estamos empezando a revertir la imagen en el exterior. Argentina se va a reinsertar con mucha fuerza en el mundo y vamos a hacer grandes cosas con la Unión Europea en todo lo que hace al comercio internacional. Por ejemplo, en Italia hablamos mucho de las asociaciones productivas. Ya no se trata de pensar qué más le podemos vender a Italia sino qué podemos venderle al mundo con Italia.
–Aunque en un contexto muy polémico debido a las tribulaciones de Silvio Berlusconi con la Justicia, Italia preside desde ayer y por un período de seis meses la Unión Europea. Roma puede empujar un poco más a favor de acuerdos entre la Argentina y la Unión Europea.
–Hablé de esa tema con el ministro de Comercio e Industria y con el presidente de la Cámara de Diputados. Se abre ahora una posibilidad para nosotros a través de la presidencia italiana y de nuestras relaciones históricas. Necesitamos que nos abran mercados para poder exportar más, porque eso significan divisas y fuerzas de trabajo.