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El impulso dado por Beliz a la “ayuda” contra la inseguridad bonaerense puede quedar en palabras por razones ajenas al plan en sí mismo. El odio histórico que se profesan bonaerenses y federales, sumado al que enfrenta a prefectos y gendarmes, puede transformar al Gabinete de Seguridad del Area Metropolitana en un cuadrilátero múltiple con disputas feroces y no siempre solapadas. Desde los pasillos oficiales la interna se niega, aunque en los hechos se manifiesta: cada grupo actuará en zonas diferenciadas. “No es para tanto, pero tampoco son Blancanieves”, reconocen off the record.
El plan de actuación conjunto entre provincia y Nación no es el primero que surge como respuesta a la crisis de la inseguridad. En el ‘97, con Menem en el gobierno y Duhalde en la provincia, se elaboró un Plan de Operaciones coordinado como Grupo de Intervención Conjunto (GIC). En el 2002, con Duhalde como Presidente y Solá en la provincia, se puso en marcha el Comité de Crisis, impulsado por el ex ministro de Justicia Juan José Alvarez. El 2 de junio pasado, el gobierno de Kirchner apenas asumido puso en funcionamiento el Gabinete de Seguridad Metropolitana. El plan de Beliz no es nuevo sino la puesta en marcha del plan, que no se había iniciado hasta tanto no estuvieran definidas las cúpulas de las fuerzas.
“De juntar perros y gatos o zorros y gallinas vienen hablando hace rato –confió un ex comisario–. Si los federicos (por la Federal) hacen inteligencia en la provincia, ¿quién convence a los patas negras (por la Bonaerense) de que no se van a meter en sus negocios?” El retirado puso como ejemplo los desarmaderos, de donde surge una buena cuota de la caja negra policial. “No sé cómo van a evitar el odio que existe”, deslizó la misma fuente. Pero además de federicos y bonaerenses, también prefectos y gendarmes mantienen una guerra fría. “Son como River y Boca. La mayoría se burla del rival, pero cuando se cruzan las barras bravas es otra cosa. Puede haber muertos.” En el área de Seguridad de Nación sostienen que ese conflicto histórico “está superado hace tiempo”.
De todos modos, y aunque la dirección sea conjunta, la rivalidad queda evidenciada en el mismo plan de trabajo: ninguna de las fuerzas tendrá actuaciones en contacto con las otras. Así, la Federal custodiará la frontera de la ciudad (además de las tareas de inteligencia), Prefectura realizará operativos en Zona Norte (con la excusa de permanecer próxima a sus bases) y Gendarmería en Zona Sur y Oeste (“en las zonas más duras”, según la fuente), mientras que la Bonaerense continuará distribuyendo sus uniformados según las propias jurisdicciones provinciales. Desde el pasillo oficial desconocen motivos para la actuación distante. “Pero tampoco estamos tratando con Blancanieves.”