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Fue el primer encuentro entre el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y los integrantes del bloque de diputados del PJ. Si bien la mayor parte del tiempo el clima de la reunión fue distendido, el cónclave sirvió para que algunos legisladores expresaran sus quejas por el apoyo presidencial a candidatos no peronistas en diferentes distritos. Fernández ni siquiera se inmutó y para responder trajo al salón una particular versión de una anécdota de Juan Domingo Perón: “Hace poco estuve viendo La República Perdida II. ¿Se acuerdan de la escena de cuando Perón se reunió con los diputados críticos de la JP. Es ésa donde el general les dice que si no estaban de acuerdo con su gobierno debían cambiar de camiseta e irse porque a lo sumo perdía uno o dos votos”. Tras la respuesta, un intenso silencio inundó el salón del bloque justicialista.
Verborrágico como siempre, Fernández se explayó largo y tendido sobre futuras iniciativas legislativas del presidente Néstor Kirchner. Los legisladores lo escucharon con ganas de que terminara pronto. Cuando finalizó, el reutemista Angel Baltuzzi pidió la palabra y se quejó del supuesto apoyo que Kirchner está dispuesto a darle al candidato socialista de Santa Fe, Hermes Binner. No fue el único, el rionegrino Carlos Larreguy hizo suyo el reclamo y se refirió al caso del candidato del Movimiento de Acción Rionegrina, Eduardo Rosso, que competirá contra el justicialista Carlos Soria, ex jefe de la SIDE y sospechado de haber espiado a los Kirchner durante la gestión de Eduardo Duhalde.
Fernández se limitó a escuchar. Incluso no abrió la boca cuando el porteño Gerardo Conte Grand justificó el respaldo de Kirchner a Aníbal Ibarra en detrimento de Mauricio Macri que cuenta con el apoyo del PJ capitalino. El que reaccionó fue Diego Santilli, quien rechazó la calificación de “desastroso” que hizo Conte Grand del partido. “No somos un desastre, lo que sucedió es que nos quedamos sin candidato porque entregamos el nuestro para que sea vicepresidente”, dijo en referencia a Daniel Scioli. Conte Grand lo miró con una sonrisa socarrona.
Una vez superado el cruce, el ministro se dispuso a responder. En primer lugar aseguró que el Presidente le ordenó desmentir cualquier tipo de apoyo a candidatos que no fueran del PJ. Sin embargo, dijo que si bien “Kirchner es un hombre político y no llegó a ese cargo a través de un aviso clasificado, hay que conocerlo y dejarlo galopar”, tampoco se debe descartar en el futuro “posibles definiciones” al respecto. Rápido de reflejo, Fernández recordó la escena de Perón con los diputados de la Juventud Peronista. No hubo más quejas, así que el ministro emprendió su retorno a la Rosada, no sin antes generar en varios legisladores un mismo pensamiento: “Parece un kirchnerista de la primera hora”.