EL PAíS › CABANDIE DECLARO EN EL JUICIO POR LOS CRIMENES COMETIDOS EN LA ESMA

“La venganza es ser felices”

El diputado del Frente para la Victoria contó su historia y describió la militancia política de sus padres en el juicio que investiga la permanencia de su madre y de él mismo en el centro clandestino de la Marina.

 Por Alejandra Dandan

“Vengo a vengarme, hoy no hay ninguno de los imputados, quizás alguno está viendo en circuito cerrado desde la cárcel, y les quiero decir en la cara que vengo a vengarme, porque para nosotros la venganza es ser felices con mi mujer, mi hijo y mis compañeros que están acá presentes.” Juan Cabandié estaba cerca de terminar su declaración en el juicio por los crímenes de la Escuela de Mecánica de la Armada. En la sala no estaban los represores. Una pequeña hinchada de compañeros se había sentado al fondo y aplaudió fuerte en ese momento. Poco antes también se habían hecho sentir. Se oyeron algunas risas cuando el diputado del Frente para la Victoria confundió dos veces el nombre del partero y médico de la ESMA –Magnacco– por el nombre del CEO del Grupo Clarín.

Juan Cabandié contó su historia muchas veces. En esa sala de Comodoro Py donde ayer volvió a sentarse había prestado declaración también en el juicio por el plan sistemático de robo de bebés. Cada vez los énfasis son distintos. Este juicio investiga la permanencia de su madre y de él mismo en el centro clandestino de los marinos. Cabandié acentuó en el testimonio los vericuetos y detalles de las militancias políticas de sus padres. Los prisioneros de la ESMA aparecieron evocados en términos de “compañeras” y “compañeros”. Situó pruebas contra Carlos Galián, reconocido como Pedro Bolita, y sobre Jorge Magnacco; habló de sus apropiadores y homenajeó nuevamente a su “hermana” Vanina Falco –hija biológica de las personas que lo robaron a él– por el modo de acompañarlo.

“Mis padres desarrollaron sus militancias políticas en el ámbito social”, dijo. Damián Cabandié y Alicia Alfonsín militaron en la agrupación Montoneros y en una unidad básica cuyo trabajo estaba situado en la ex Villa Mitre del barrio de Colegiales. Después del pase a la clandestinidad, se fueron a vivir al barrio de Congreso. “Mi padre era un delegado gremial de la ex empresa telefónica Entel.” Tenían 19 años él y 16 Alicia cuando los secuestraron, el 23 de noviembre de 1977.

Ambos fueron llevados al centro clandestino El Atlético, luego los derivaron al Banco y más tarde Alicia fue vista con vida y embarazada en la maternidad clandestina de la ESMA. “La Marina solamente se llevó a mi madre; de mi padre ya no se conoce el paradero”, dijo. “Según testimonios de la ex ESMA, el 25 de diciembre es la fecha en la que mi madre llega y fue puesta en ese lugar que vulgarmente llamaban la ‘Sardá clandestina de Massera’, producto de que alojaron a distintas compañeras, mujeres embarazadas, y en ese mismo lugar, mi madre está detenida hasta un par de semanas después de mi nacimiento.”

Varias sobrevivientes vieron a Alicia en el centro clandestino. Suelen mencionarla como la secuestrada más joven. “Como solía suceder en estos casos en que compañeras embarazadas daban a luz, previamente o producto del nacimiento, una persona del Grupo de Tareas y genocidas le propone a mi madre escribir una carta para mis abuelos donde les encarga el cuidado de mi persona”, dijo. Las compañeras de Alicia le dijeron a Juan que su madre no creía que eso fuera cierto. “Descreía de la posibilidad de que mis abuelos estuvieran a mi cuidado. También descreía de la comunicación que le brindaban estas personas que cumplían tareas en la ex ESMA. También descreía de que las enviasen a un centro de recuperación, pero así y todo mi madre escribe esa carta.”

“Como muchos de los nacimientos de los que hemos nacido en la ex ESMA fue ‘ayudado’ médicamente, entre comillas, ‘asistido’ por el doctor Magnetto”, dijo al comienzo y luego corrigió. Dos semanas después del parto se pierde contacto con Alicia. “Las personas que estaban detenidas en este centro clandestino ya no pueden dar cuenta de la existencia de mi madre.”

Juan Cabandié fue sacado de la ESMA y apropiado por el ex policía Luis Falco. “Yo crecí con esta familia, que me apropió desde el 2 de abril en adelante hasta los 25 años, donde doy con mi identidad verdadera y biológica.” Sabe que era ese día porque “testimonios de personas cercanas a los apropiadores que falsifican mi identidad me cuentan que el 2 de abril de 1978 en la casa donde vivían las personas que me apropian, llegó Luis, convoca a amigos y familiares a concurrir a su domicilio a la tarde y se presenta conmigo en brazos diciendo en ese momento: ‘Este es mi hijo’ y nada más”.

Desde las querellas le preguntaron si sabía si el propio Falco lo había sacado de la ESMA: “No tengo a ciencia cierta el dato concreto de si fue Falco o no el que me sacó de la ESMA, sí puedo intuir que él tenía una relación muy cercana con otro represor, un sangriento represor miembro también de la Policía Federal que llegó al grado de subcomisario, cuyo nombre es Samuel Miara”. Falco está condenado y en la cárcel por la apropiación de Cabandié, que recuperó su identidad en 2004. Miara se apropió de los mellizos Reggiardo Tolosa. Cuando la Justicia buscaba a Miara, prófugo, Cabandié oyó a Falco jactarse de que lo había ayudado con los documentos. Ese fue uno de los elementos que más tarde le sirvieron para rearmar el rompecabezas de su historia.

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Falco “tenía una relación muy cercana con otro sangriento represor, Miara”, dijo Cabandié.
Imagen: Bernardino Avila
 
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