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El presidente del Frente Amplio Progresista (FAP), Hermes Binner, apuesta a la “institucionalidad” del acuerdo sellado con la UCR con vista a un frente nacional para las presidenciales de 2015 y a definir sus candidatos en las PASO. Mientras tanto, buscarán sumar a Fernando “Pino” Solanas y la Unidad Popular de Víctor De Gennaro a la alianza electoral, donde no descarta la posibilidad de incorporar a posibles desprendimientos del kirchnerismo. Sostiene que “no se puede dar marcha atrás” con los aumentos salariales firmados con las policías provinciales tras los acuartelamientos de diciembre y propone buscar canales de diálogo para discutir el salario de los uniformados, pero afirma que “la sociedad no está preparada para la sindicalización” policial: “Eso es para el Primer Mundo, no para nosotros todavía”, sentenció.

–Terminaron 2013 con un acuerdo institucional entre el FAP y la UCR para avanzar en un frente común para 2015. Pero comenzaron el año con varios precandidatos presidenciales que quieren competir en esa interna...

–No me parece mal, estamos en democracia y lo importante es que la gente participe. Tenemos que cambiarles la dinámica a los partidos políticos, que la verdad es que todos están bastante deshilachados y hay que estar atento a lo que dice la gente, que considera que una de las instituciones más desprestigiadas son los partidos mientras que los más prestigiados son los movimientos sociales. La tarea es ver cómo los juntamos.

–¿Cuál sería el desafío? ¿Hacer creíbles a los partidos o volcarse a los movimientos sociales para parecer más creíbles?

–Creo que hay que darles cabida a los movimientos sociales en las listas. Hay que tener generosidad en ese sentido porque las candidaturas, según la ley, deben resolverse a través de los partidos políticos y, si no lo hacemos, no tienen la oportunidad de hacerlo.

–¿Resolvieron con la UCR cómo se dirimirán las candidaturas para 2015? Porque el radicalismo tiene por ahora más de un postulante.

–Hay dos fases: primero el consenso y después las elecciones internas, están las PASO para esa oportunidad. Partimos de respetar la institucionalidad porque los partidos políticos son casi imprescindibles para formular una propuesta alternativa. Luego hacia el interior de esa propuesta hay que definir qué es lo que se quiere hacer como gobierno y la formación de equipos técnicos para llevar adelante las ideas.

–¿Los equipos técnicos van a ser parte de la estrategia parlamentaria común para este año?

–Nos hemos fijado utilizar todo lo que fuese necesario para que haya una votación unívoca. Ahí nos vamos a encontrar con una necesidad, que es mostrarle a la población que hay capacidad de acuerdo.

–Proyecto Sur no fue parte de la reunión de Rosario. ¿Qué le van a proponer a Solanas?

–No estuvieron pero surgió la necesidad de hablar con él. Es una persona interesante para sumarla. Vamos a ir varios en representación de los distintos partidos que estuvimos en la mesa de Rosario a hablar con él.

–¿Y con la Unidad Popular?

–Con ellos seguimos dialogando, nunca se ha cortado el diálogo. Nos parece una fuerza importante desde su representatividad gremial. Ese es un punto importante para coincidir.

–Desde la UCR criticaron duramente la intención del Frente Renovador de cooptar dirigentes radicales. Tratándose de aliados suyos, ¿qué opina?

–Se trata de un problema institucional de la UCR. Así como con (Julio) Cobos no tenemos ningún problema y nos parece una persona interesante, pero nuestra postura es la de los acuerdos institucionales, y que cada sector resuelva sus problemas, como lo hemos hecho en Santa Fe. No es que uno no tenga opinión, pero deben resolverlo ellos. Recuerdo que cuando sucedió lo de Borocotó se caía el mundo, y hoy eso es moneda corriente.

–Para el sector de centroizquierda no peronista la experiencia de la Alianza ha sido traumática. Desde la UCR, Ernesto Sanz dijo, que “hay que espantar el fantasma” y Leopoldo Moreau, que “no hay que repetir esa experiencia”. ¿Con quién coincide más?

–Con la institucionalidad, y Sanz es el presidente de la UCR.

–El socialismo participó de esa experiencia. ¿Qué conclusiones sacan?

–Y que hay que aprender de lo que no hay que hacer. Nos deja muchas enseñanzas y eso también es bueno.

–Entre quienes respaldan el acuerdo de la UCR y el PS, algunos sugieren no limitar el frente electoral a fuerzas no peronistas y hasta abrirles las puertas a sectores que puedan emigrar del kirchnerismo...

–Opino en el mismo sentido. La gravedad de la institucionalidad del país nos obliga a buscar puntos de acuerdo. Y en ese sentido hay algunas experiencias internacionales interesantes.

–¿Por ejemplo?

–El acuerdo por México, donde se pusieron en debate 95 temas, que iban desde tópicos menores, como la comida chatarra en las escuelas, hasta mayores, como el concesionamiento de hidrocarburos. En Alemania (Angela), Merkel le entrega la mitad de los cargos ministeriales al Partido Socialdemócrata. Así que la voluntad de acordar y sumar tiene una perspectiva extraordinaria en función del crecimiento económico y social del país.

–Hay quienes opinan que los acuerdos salariales conseguidos por distintas policías provinciales con la rebelión y los amotinamientos de diciembre pasado son nulos jurídicamente y hay quienes propician la sindicalización de las fuerzas de seguridad para canalizar sus reclamos. ¿Con qué postura acuerda?

–Es un problema complejo y hay que debatirlo. Antes tenía dudas, ahora ya no: la policía tiene que ser una fuerza vertical al gobierno elegido a través del voto popular, que le asigna la tarea del cuidado de la vida de las personas y los bienes materiales. Sobre lo que pasó en diciembre, no todas las experiencias son buenas y las hay unas mejores que otras. Lo que tenemos que pensar es que de ese acuerdo la que toma nota es la sociedad y que si los gobernantes asumieron un compromiso, no se puede dar marcha atrás.

–¿Es lo que hay que hacer en Santa Fe?

–Lo responsable es, por ejemplo, la valentía que tuvo el gobernador (Antonio) Bonfatti, que además de las presiones y el atentado a su vida decidió tener una posición muy firme sobre el tema policial. Dijo “hay tanto para distribuir”, contestaron que no y firmó un decreto afirmando su postura de lo que podía pagar.

–Si ese aumento conseguido fue a través de una extorsión, ¿cómo se evita que la situación no se repita?

–Creo que hay que buscar alguna forma de debatir el salario. Pero no estamos preparados como sociedad para la sindicalización policial. Me parece que es algo para el Primer Mundo, no todavía para nosotros.