La suba del dólar y la respuesta del Gobierno generaron reacciones dispares en las centrales de trabajadores. La CTA que encabeza Hugo Yasky denunció “intentos de desestabilización” y anunció que reunirá a su mesa nacional “para evaluar la situación generada por la feroz embestida de quienes quieren convertir a la Argentina en un casino al servicio de la timba financiera”. La CTA de Pablo Micheli, en cambio, sostuvo que “repudia y condena la brutal devaluación del peso”, reclamó la convocatoria del Consejo Económico y Social, al Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo y pidió “abrir de inmediato las paritarias con un piso de aumento salarial del 35 por ciento”. Juan Carlos Schmid, del sindicato de Dragado y Balizamiento, encuadrado en la CGT de Hugo Moyano, sugirió que “muchos gremios seguramente pedirán adelantar las discusiones paritarias”. Desde la CGT que encabeza Antonio Caló no hubo todavía ningún pronunciamiento. El diputado kirchnerista Héctor Recalde, en tanto, pidió “tener cuidado con las expectativas que se generan” en torno de las paritarias “porque influyen en la economía y hay que entender que si al Gobierno le va mal, les va mal a todos”.

“Ante los evidentes intentos de desestabilizar al Gobierno por medio de corridas cambiarias y las más burdas operaciones mediáticas, la CTA no puede y no debe mantenerse neutral”, sostuvo la central de Yasky. “Sin renunciar a sus banderas históricas, ni ceder en la puja distributiva de las mesas paritarias”, la central cercana al oficialismo denunció a la Sociedad Rural, el poder financiero, los bancos extranjeros, los grupos empresarios, las corporaciones mediáticas y las multinacionales por “generar un clima de desmadre de la economía” con el objetivo de “que el kirchnerismo termine como el gobierno de Raúl Alfonsín, para después aplicar sus recetas de ajuste”. Como respuesta, anunció una reunión de su mesa nacional, el martes, para evaluar cursos de acción. Advirtió que “esta ofensiva de los que se quieren quedar con todas las riquezas del país va dirigida principalmente contra el pueblo argentino”.

Bajo el lema “Sin justicia social no hay paz”, la CTA opositora difundió un comunicado firmado por Micheli, Ricardo Peidro y Juan Carlos Giuliani para rechazar la devaluación y convocó “al conjunto de las centrales sindicales, a los cuerpos de delegados, a los trabajadores y al pueblo a movilizarse, ganar la calle y construir un Gran Paro Nacional para decirle al poder que los trabajadores no vamos a pagar el ajuste”. “Estas medidas tienen un impacto negativo fuerte sobre el poder adquisitivo de los trabajadores. En este momento estamos analizando cuán importante será el impacto”, dijo el moyanista Schmid al diario La Nación. “Ahora no sabemos dónde estamos parados. Si a la devaluación le agregás la inflación, es muy difícil determinar qué hay en el horizonte. ¿Cómo te sentás a negociar en estas circunstancias?”, planteó.