“Se estableció un plan para erradicar la descendencia de mis padres, pero no pudieron. Por el amor, no pudieron.” En la segunda entrevista que ofrece a la prensa de su ciudad de crianza, Olavarría, Ignacio Guido Montoya Carlotto, el nieto recuperado de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, destacó la importancia de la restitución de su identidad a nivel colectivo y abogó por que la Justicia “descubra quiénes fueron los responsables” del despojo que sufrió su mamá, Laura Carlotto, quiénes lo arrebataron apenas nacer. “Nadie contó con que el amor es más fuerte que todo y lo pudo todo, por encima de las cosas más terribles que se hayan pensado”, dijo en la entrevista en profundidad que ofreció para la señal de televisión Canal Local.

“De afuera se ve más complejo de lo que en realidad me resultó”, se sinceró el joven, quien insistió en la evaluación que brindó a los medios durante la conferencia de prensa que ofreció junto a su abuela y que reiteró en las pocas apariciones públicas que protagonizó en los últimos días. “Es una alegría, una grata noticia que implica conocer a dos familias que me estaban esperando, buscando. Siento una enorme dicha por cómo se desarrolló todo y lo que voy encontrando.”

No obstante, no dejó de mencionar el acoso que sufrió no bien se supo su nombre, inmediatamente después de difundida la noticia de la recuperación del “nieto de Estela”. “Rápidamente asumí la idea de que era cierto y no tuve mucho tiempo para caer, pero desde que me enteré de la noticia hasta la conferencia, sufrimos todos los que me rodean un raid estúpido”, en alusión a los medios de comunicación, que lo buscaban sin pausa. Dijo que le parecía “una estupidez” hablar con los medios antes de hablar con su familia de crianza. En ese sentido, calificó la conferencia de prensa que ofreció como la acción de “dar un poco la cara y aliviar la tensión”.

Lo colectivo

Durante la entrevista televisiva, Montoya Carlotto dijo que “el caso ha resonado mucho más de lo que imaginé, sabía que iba a ser un quilombo, pero no para tanto”, evaluó sobre la repercusión nacional y mundial. Ignacio remarcó el rol “público” que la restitución de su identidad tiene. “Tengo la dicha de que sea una verdad mía que también aporta a la felicidad colectiva”, mencionó.

En cuanto a las demandas de charlas y entrevistas y encuentros que le “llenaron la agenda”, el hijo de los militantes asesinados por la última dictadura Laura Carlotto y Walmir Montoya advirtió que lo vive “feliz”, ya que “está relacionado con una buena noticia, con la figura de Estela y la institución que se creó casi a partir de mi caso”, sostuvo, en relación con Abuelas de Plaza de Mayo.

En ese sentido, explicó que su decisión de dar algunas entrevistas –en Olavarría “antes que en ningún otro lugar”– tuvo que ver con su intención de “animar a quienes sienten algún ruidito, alguito que no les termina de cerrar, alguna duda, a que ingresen en el camino de la búsqueda de su identidad”, porque “lo que se encuentra siempre es bueno”. Claro, como lo fue desde el primer momento en que tuvo que enfrentar a los medios, Ignacio/Guido habló también a “la sociedad”: “Está bueno el intento para esclarecer algunas cosas que nos ha traído nuestra historia, que es fundamental no sólo por uno mismo, sino por la construcción colectiva de la verdad, tan importante para cicatrizar heridas”.

Olavarría “es mi lugar en el mundo y quiero seguir aquí”, dejó en claro el nieto recuperado 114, y no sólo por el “cariño” que les tiene a sus padres de crianza, a quienes quiere “como el primer día”. Es que a su permanencia en Olavarría le encuentra un sentido público: “Siento que estando yo acá se podrá destapar no sólo la olla sobre la ruta que me trajo hasta aquí y se dé con los responsables, sino otras ollas. Es posible que no haya sido yo el único bebé apropiado criado en Olavarría”, remarcó.

Cuando se lo consultó por Carlos Francisco “Pancho” Aguilar, patrón de quienes lo criaron y uno de los nombres que primero resonaron como implicados en su apropiación, Montoya Carlotto respondió: “Lo conocí poco, sólo como patrón de mis padres, pero además de saber qué pasará con él, hay que ver qué sucederá con otra gente, porque acá en Olavarría hay mucha gente implicada evidentemente –mencionó–. Hay una mayoría que está feliz de lo que ocurrió conmigo. Pero en esta ciudad hay un grupo pequeño que no lo está para nada, y sabe que se le viene la noche. Deberán responder por lo que hicieron, sin ánimos de ser revanchista sino en la búsqueda de justicia.”