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Pese a que no faltan los que lo tildan de populista, siete de cada diez argentinos consideran que Eduardo Duhalde gobierna para los más ricos, especialmente para las grandes empresas. Apenas una de cada diez personas cree que beneficia a los trabajadores. El Presidente también está afectado por la sensación que existe entre los ciudadanos de que los dirigentes de los dos partidos mayoritarios, el PJ y la UCR, suelen beneficiar a los poderosos y postergar a las clases medias y los sectores de menos recursos. Entre las iniciativas que tienen más consenso está el juicio político a la Corte y la pesificación de las deudas, pero las opiniones están muy divididas respecto del FMI: la mitad de los ciudadanos no ve conveniente pedirle ayuda al Fondo.
Las conclusiones surgen de una encuesta realizada por la consultora Analogías, que conduce Analía Del Franco. En total se entrevistó en sus domicilios a 1500 personas de todo el país. El sondeo abarcó no sólo a las grandes ciudades sino también a localidades de Neuquén, Tucumán, Salta, Santiago del Estero, Chaco, Chubut, Corrientes, Misiones, Mendoza, San Juan y Río Negro. Por el tamaño y la extensión de la muestra se trata de una encuesta de envergadura.
Del Franco sostiene que la imagen de Duhalde no es mala –42 por ciento positiva–, pero que igualmente la gente tiene la sensación de que los gobiernos juegan a favor de los grandes grupos económicos y el de Duhalde no es una excepción. Paralelamente son muy pocos –14 por ciento– los que creen que la administración del ex gobernador bonaerense favorece a las franjas más humildes. En general, el panorama que afronta Duhalde es un fuerte rechazo en la Capital Federal, aceptación en el conurbano bonaerense y muy poca llegada por ahora en el interior del país. Su gobierno, integrado en una enorme mayoría por bonaerenses, refuerza más esa imagen.
Respecto de las medidas que adoptó o alentó la administración Duhalde, sin dudas la que tiene mayor aprobación es el juicio a la Corte. El máximo tribunal tiene hoy en día un enorme desprestigio en la sociedad, lo cual trae aprobación a casi cualquier medida que se tome en su contra. En general, los argentinos tienen muy mala opinión de la Justicia.
La abrumadora mayoría que respalda la pesificación de deudas obviamente debe referirse a las deudas de las personas –hipotecarias, prendarias o producto de compras de electrodomésticos–, una deducción más bien lógica si se considera que gran parte de los argentinos piensa, críticamente, que se ha favorecido a los poderosos. Tomando la encuesta en su conjunto, los ciudadanos demuestran estar a favor de pesificar las cuotas en dólares y en contra de la pesificación que le licuó pasivos a los grandes grupos económicos.
Llaman la atención otros dos datos.
El primero es que el ciudadano está a favor de que el Banco Central intervenga en el mercado de cambio, obviamente con el objetivo de que el dólar, y por consiguiente la inflación, no se disparen.
El otro elemento sorprendente es que casi la mitad de los consultados se opone a que se le pida ayuda al FMI, superando a los que favorecen la negociación con el Fondo. Parece que la gente percibe que del Fondo nada bueno puede venir.