EL PAíS › GARZóN ENCABEZó UN DEBATE SOBRE LA JURISDICCIóN INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

“La justicia universal es una convicción”

El jurista español Baltasar Garzón abogó por “mostrarles a los jueces locales que son jueces universales y tienen la obligación de serlo”. Estela de Carlotto dijo que “no es posible pensar políticas de derechos humanos sin justicia”.

“La justicia universal es un principio y una convicción”, afirmó ayer el jurista español Baltasar Garzón. “Hay que mostrarles a los jueces locales que son jueces universales y que tienen la obligación de serlo”, destacó al exponer en el panel Presente y futuro para la Justicia Universal, de un curso coorganizado por la Fundación Internacional Baltasar Garzón (Fibgar) y la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET). La jornada concluyó con una conferencia de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, quien destacó que “no es posible pensar políticas de derechos humanos sin justicia”, y contrastó los avances en las restituciones de niños apropiados en la Argentina con la situación de los bebés robados durante la dictadura de Francisco Franco en España. “Es como si estuvieran secuestrados, no pueden ser libres”, remarcó Carlotto. El curso continuará hoy, desde las 10.30, con una conferencia del juez Raúl Zaffaroni sobre Reforma del Código Penal y su posible persecución universal, y una mesa sobre Los abusos del sector bancario y financiero: ¿crímenes económicos y financieros?

El primer disparador del panel lo planteó la fiscal española Dolores Delgado. “¿Por qué la jurisdicción universal relativa a los derechos humanos tiene un tratamiento político y social marcado por la ideología? ¿Por qué los sectores conservadores rechazan la jurisdicción universal como si fuera un ataque a la estructura ideológica?”, planteó la fiscal ante la Audiencia Nacional. Garzón arriesgó una respuesta: “Hay ideologización a partir del momento en que se mató por ideologías”, sugirió. “No quiero decir que la lucha por los derechos humanos tenga que tener ideología, hay que desideologizarla, no debe ser una cuestión de progresismo o conservadurismo”, aclaró. El fiscal general Jorge Auat recurrió a Michel Foucault: “La justicia no es igual para todos. Para el opresor es consolidación; para los sectores oprimidos, reivindicación. Las víctimas siempre son sectores vulnerables, aun los grupos políticos”.

–¿Existe una ideología de los derechos humanos? –preguntó el periodista Martín Granovsky, que ofició de moderador.

–Me gustaría que existiera. El mejor programa de un gobierno sería uno fundado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los pactos internacionales –respondió Garzón. Debería haber una ideología permanente de los derechos humanos –dijo, y aclaró que no era contradictorio con su deseo de desideologización.

Delgado cuestionó al Supremo Tribunal de Justicia de España al repasar el intento de Garzón de investigar los crímenes del franquismo. “Uno de los jueces llegó a decir que el derecho de las víctimas a la verdad histórica no forma parte del derecho penal, o que hubo una guerra civil con dos bandos que cometieron crímenes aberrantes, y por eso el proceso no podría ser neutral”, recordó la fiscal. Garzón, a su turno, consideró que “la judicatura española no tiene conciencia de lo que fue el franquismo”, y lamentó que “se sigue desconociendo lo que es la jurisdicción universal cuando hay dos sentencias” favorables a la aplicación de ese principio por parte del propio Tribunal Supremo. La fiscal también se refirió a la dimensión económica de la justicia universal, y recordó que en al menos dos oportunidades, en ambos casos con actores vinculados con China, tribunales españoles debieron “archivar causas por motivos estrictamente económicos”, luego de que “el Poder Legislativo invadiera posiciones del Judicial”.

“La justicia universal es un principio y una convicción”, afirmó Garzón. Destacó que su fundación apunta a actualizar ese principio y “avanzar sobre graves delitos que se cometen contra la naturaleza, el medio ambiente, la explotación laboral de menores” y otras “agresiones desde ámbitos distintos de los tradicionales”. “La idea es avanzar desde el consenso y el conocimiento, para que distintos países puedan asumir la iniciativa como propia. Se hace camino al andar, decía Machado.”

A la hora del intercambio con los presentes, en respuesta a algunas posiciones pesimistas sobre las posibilidades reales de avanzar, el abogado Carlos Slepoy apuntó que “los poderes no se enjuician a sí mismos, pero tampoco son monolíticos, aun en un estamento conservador” como el judicial. Impulsor de la investigación sobre el franquismo en nuestro país, Slepoy recordó ejemplos de fiscales que dieron pelea mientras regían las leyes de impunidad, y destacó “la influencia del momento político”. “Todo está en permanente movimiento y en última instancia depende de la sociedad que triunfen grandes principios como la jurisdicción universal”, dijo. “Es un principio que protege a cualquier clase de víctimas y que lleva más de un siglo andando. Hay que educar en su necesidad y su bondad”, propuso Garzón. “Hay que mostrarles a los jueces locales que son jueces universales y que tienen la obligación de serlo –concluyó–. Es lo que nos va a proteger.”

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Garzón propone avanzar sobre delitos económicos y contra la naturaleza.
Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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