La presidenta Cristina Fernández de Kirchner continuó internada ayer en el Sanatorio Otamendi y luego del alta deberá “mantener reposo” en la quinta de Olivos y no podrá realizar desplazamientos “como mínimo por diez días”. De esta forma, quedó descartada su participación en la cumbre de mandatarios del G-20 que se hará a mediados de mes en Australia. Así, la comitiva argentina estará encabezada por el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el canciller Héctor Timerman, según informó ayer el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro.

El parte médico dado a conocer por la noche indicó que la jefa de Estado se encuentra “estable”, “cumpliendo tratamiento sintomático y con antibióticos por vía endovenosa” luego de que el domingo se le detectara un “cuadro de sigmoiditis”. La Presidenta “continúa internada para completar tratamiento con control evolutivo”, dice el comunicado, que no especifica cuánto tiempo más permanecerá CFK en el Sanatorio Otamendi.

“Posterior al alta de internación, que se otorgará oportunamente, la señora Presidenta deberá mantener reposo con control evolutivo en la residencia presidencial de Olivos, contraindicándose la realización de desplazamientos, inicialmente y como mínimo, por diez días”, completa el parte de la Unidad Médica Presidencial, firmado por los doctores Daniel Ballesteros y Daniel Fernández. De esta forma, se descarta el viaje de la mandataria a Brisbane, previsto para el 15 y 16 de este mes.

En Australia, Fernández de Kirchner tenía previsto asistir al debate para la conformación de un sistema que regule la reestructuración de deuda de países soberanos, iniciativa que surgió por pedido argentino en el marco del conflicto con los fondos buitre y que cuenta con el apoyo de Brasil, Rusia y China. Además de la reunión cumbre con los jefes de Estado, tenía concertada una entrevista bilateral con su par brasileña, Dilma Rousseff, recientemente reelecta para un segundo mandato.

Además, aunque no había sido confirmada, estaba la posibilidad de que la Presidenta mantuviera un nuevo encuentro mano a mano con el presidente chino, Xi Jinping, luego de la visita del mandatario a Buenos Aires en julio. Por otro lado, su ausencia en el encuentro en Brisbane le evitará a Cristina Kirchner tener que compartir la foto de familia con su par de los Estados Unidos, Barack Obama. La relación entre ambos pasa por un momento sensible luego de que CFK le escribiera para pedirle explicaciones por la presencia de Nancy Soderberg, una importante lobbista de fondos buitre, como representante de un organismo oficial de desclasificación de información.

A raíz de esta enfermedad, además, CFK postergó la reunión que tenía prevista con la presidenta chilena Michelle Bachelet, que iba a llevarse a cabo el martes pasado para conmemorar los treinta años del Tratado de Paz y Amistad entre ambos países.