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No se los llevará a Montevideo. Pero para ejercer como presidente del Mercosur, cargo en el que fue designado ayer por aclamación, Eduardo Duhalde los quiere bien cerca. Por eso ya decidió crear un cuerpo de asesores, con sede porteña, integrado básicamente por ex funcionarios de su gabinete. Hasta ahora los elegidos son Alfredo Atanasof, Carlos Ruckauf, Eduardo Amadeo y Luis Verdi.
El cuerpo, una suerte de gabinete reducido, no tendrá registro en los papeles, ya que no está contemplada una estructura de ese tipo para acompañar al ex presidente en Uruguay. Sin embargo, tendrá una participación importante en la actividad de Duhalde desde el otro lado del Río de la Plata.
Atanasof fue convocado por sus contactos, especialmente con integrantes de la Unión Europea. Al fin, el Mercosur busca recrear en gran parte el desarrollo del mercado común del viejo continente. Pero el ex jefe de Gabinete y ahora diputado electo también supo tender redes en norteamérica.
De hecho, Atanasof acaba de retornar de una gira por Washington y Nueva York en la que se contactó con el titular del BID, Enrique Iglesias, el subsecretario de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, Roger Noriega; y el ex enviado del FMI a la Argentina, Anoop Singh, entre tantos otros.
Duhalde convocó a Atanasof mientras coordinaba la última campaña electoral bonaerense. Le pidió “una mano”, aunque aún no le tradujo exactamente a qué se refería.
De Ruckauf, Duhalde espera lo obvio: asegurarse una llegada directa con el poder económico de los Estados Unidos, país del que retornó el último fin de semana luego de visitar a su hija. En sus tiempo de canciller, el ahora diputado electo también hacía gala de sus vínculos con el secretario de Estado norteamericano, Collin Powell.
La participación en este nuevo emprendimiento demuestra que, contrariamente a lo que muchos creían cuando abandonó la gobernación bonaerense, Ruckauf logra día a día mayor presencia política gracias a los buenos oficios del ex presidente.
Si alguien aún tiene dudas de ese vínculo, anoche se sumó un rumor a tomar en cuenta: ambos habrían conversado en El Ombú con agenda abierta. Se cree, de todos modos, que el tema principal fue la situación de Roberto Giacomino, quien –como Ruckauf– tiene una propiedad en ese country y habría participado de la reunión (ver página 2).
Del que poco y nada se sabía era de Amadeo. Retornó en junio de Washington, luego de su difícil misión como embajador en los tiempos de negociaciones con el Fondo Monetario. El tema evidentemente lo marcó. A tal punto que, en silencio, está poniendo broche a un libro de 350 páginas. Por lo que se sabe, allí cuenta su experiencia en las distintas misiones, las diplomáticas y de las otras, que lo tuvieron de protagonista, incluso mientras ejercía como vocero de Duhalde y acompañando a los ministros de Economía Jorge Remes Lenicov y Roberto Lavagna.
De los que integraron el gabinete nacional durante la gestión duhaldista, Amadeo es uno de los pocos que no fue “premiado” por el ex mandatario. Al resto los “colocó” como candidatos a vicegobernador, diputados o, en el peor de los casos, logró que permanecieran en sus puestos con Néstor Kirchner.
Hace dos semanas, Amadeo recaló en las oficinas que el bonaerense tiene en Puerto Madero. Y allí Duhalde lo convocó a participar en su nueva aventura desde el 14 de diciembre, día en que asumirá formalmente el cargo durante la cumbre de presidentes en Montevideo.
El caso de Verdi es distinto al resto. Se trata del histórico “ghost writter” de Duhalde. Dicho en criollo: el hombre que le hace los discursosy con quien confronta ideas desde el tiempo en que era gobernador de Buenos Aires. Será, en todos los aspectos, el encargado de la comunicación.
La presidencia de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, tal es el nombre completo del cargo, se transformará así en una pieza trascendental del primer organismo supranacional con valor comunitario.
El canciller Rafael Bielsa puso al tanto a Duhalde de las características de su designación, realizada ayer en Montevideo en la sede de la Cancillería uruguaya, con la anuencia de los ministros de Relaciones Exteriores de Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay. Si bien Bielsa no será parte de su cuerpo de asesores, evidentemente mantendrá un “diálogo permanente” con el ex mandatario.
De hecho, ayer mismo ultimaron detalles del viaje que mañana emprenderán ambos junto a Kirchner, a Montevideo para el almuerzo con el presidente uruguayo Jorge Batlle.