Cuando los porteños vayan a votar este año ya no encontrarán las boletas, los sobres y las urnas características de todas las elecciones que se realizaron hasta ahora: el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad rechazó el planteo de la Unión Cívica Radical contra el voto electrónico y convalidó su utilización en las primarias del 26 de abril y las generales del 5 de julio. Se reservó, de todos modos, la potestad de controlar el sistema que finalmente implemente el Poder Ejecutivo local. Al mecanismo de votación previsto por la administración macrista sólo lo apoyan el PRO, el Frente para la Victoria y el Frente de Izquierda; el resto de las fuerzas políticas lo rechazan porque en la primera pantalla que verán los electores aparecen los partidos y no los candidatos.

El radicalismo porteño había cuestionado la constitucionalidad del sistema de votación electrónico que se anunció para las elecciones de este año. Adujo en su planteo que la Legislatura delegó de manera indebida sus competencias en materia electoral al Poder Ejecutivo al transferirle la decisión de incorporar tecnologías electrónicas ya que no se cumplió la norma que exige que la adopción del voto electrónico debe comunicarse al Poder Legislativo para que lo debata y ratifique. Además, sostuvo que los decretos reglamentarios violan el espíritu de la boleta única al disponer que el voto se realice mediante una secuencia de pantallas.

El Tribunal Superior de Justicia porteño rechazó el planteo de la UCR. Los jueces Ana María Conde, Inés Weinberg, Alicia Ruiz y Luis Lozano coincidieron en sostener que no hubo delegación de potestades legislativas al Ejecutivo y estimaron prematuro pronunciarse sobre las objeciones a la reglamentación del Ejecutivo.

La discusión gira en torno del sistema de pantallas. En el primer menú de opciones que aparecerá a la hora de votar figurarán los partidos políticos, recién después de esa pantalla se verán los candidatos. Se trata de un asunto que divide aguas como quedó en evidencia en una audiencia que el propio Tribunal Superior de Justicia porteño realizó hace diez días para conocer la postura de las fuerzas políticas locales frente a la implementación del voto electrónico. De un lado, a favor, se plantaron el PRO, el Frente para la Victoria y Frente de Izquierda, fuerzas políticas que analizan que su sello puede atraer al electorado tanto o más que los candidatos que vayan en sus boletas; del otro, en contra, se alinearon el Frente Renovador, el MST, Aníbal Ibarra.

Aunque convalidó la constitucionalidad del voto electrónico, el Tribunal Superior de Justicia porteño no saldó definitivamente la discusión en torno de si es correcto o no que antes de los candidatos aparezcan los partidos. En su resolución dejó en claro que en su calidad de autoridad de aplicación todavía deberá aprobar la Boleta Unica o las pantallas que finalmente se adopten, luego de la audiencia con los apoderados de los partidos políticos fijada para el 27 de marzo en el cronograma electoral. Entonces se sabrá qué verán los electores en las pantallas cuando vayan a emitir su voto; lo que ya no está en discusión es que habrá computadoras en lugar de boletas, sobres y urnas.