Algunos la comparan con la Convención Nacional en la que se definió el Pacto de Olivos. Otros sostienen que será más parecida a la de 2007, que tras una dura disputa aprobó llevar al peronista Roberto Lavagna como candidato presidencial. En cualquier caso, radicales de las distintas líneas internas coinciden en que hoy será uno de esos días clave para el futuro del partido político más longevo de la Argentina. De un lado, el sector comandado por el titular del Comité Nacional, Ernesto Sanz, impulsará armar una coalición con el líder del PRO, Mauricio Macri, y con la de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Del otro, el diputado Julio Cobos, con el grupo de Gerardo Morales, propondrá un “acuerdo amplio”, que convoque a todas las fuerzas opositoras, incluidos el PRO y también el Frente Renovador de Sergio Massa. Como si esa discusión no fuera suficiente, hoy también se definirá la candidatura presidencial del radicalismo: el sector que imponga su política de alianzas en la Convención, se llevará la candidatura. El que pierde se baja.

Las negociaciones y el conteo de votos para la asamblea de más de 300 convencionales que se realizará este fin de semana en Gualeguaychú comenzó hace meses. Tras la lenta y constante agonía del Frente Amplio Unen, las distintas posiciones en la UCR fueron decantando hasta llegar a las dos posturas que se conocen hoy. La “rosca” se repartía ayer entre la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Entre Ríos, donde ya se encontraba anoche la mayoría de los dirigentes de peso.

En un cónclave integrado por Cobos, Morales, Ricardo Alfonsín, Angel Rozas, José Cano y Luis Naidenoff, entre otros, se redactó el documento que será puesto a consideración de la Convención. La propuesta implica ratificar el acuerdo del 22 de abril, que constituyó el Frente Amplio Unen, e invitar a sumarse a todas las fuerzas políticas de la oposición, sin exclusiones. Además, se nominará a Cobos como candidato a presidente por la UCR, que deberá competir con todos los partidos y candidatos que acepten la convocatoria y suscriban acuerdos parlamentarios y de gobernabilidad. Este espacio propondrá realizar una única votación, en la que el que el sector que gane se queda con todo: la política de alianzas y la candidatura presidencial. Entre otros puntos, también contemplan la creación de una comisión que sería la encargada de conversar con las otras fuerzas políticas para lograr esa gran primaria opositora en agosto próximo.

Del otro lado, la postura que llevará el sector de Sanz implica “jerarquizar y priorizar” el acuerdo con el PRO y la Coalición Cívica, descartando “cualquier variante del populismo”. Según los operadores del titular de la UCR, no descartarán incorporar luego otras fuerzas, pero siempre y cuando sean avaladas por sus nuevos socios. En la práctica, saben que eso implicará cerrarle la puerta a una primaria con Massa, ya que tanto Carrió como Macri desestimaron esa opción. Para evitar las objeciones de los dirigentes con chances de llegar a una gobernación que puedan verse perjudicados por la negativa a Massa, dejarán en libertad de acción a los distritos. Concretamente, se permitirá que realicen un “convenio de adhesión” por lo que, con el aval de la coalición, se podrá pegar la boleta de gobernador a la de distintos candidatos a presidente por fuera del frente UCR-PRO-CC. En este sector se inscriben Sanz y buena parte de los mendocinos, el cordobés Oscar Aguad, los porteños Coti Nosiglia y Jesús Rodríguez, el bonaerense Federico Storani, entre otros.

Con esas dos posturas plasmadas, cada uno trataba ayer de juntar la mayor cantidad de convencionales. El sanzismo se mostraba confiado en que obtendría una mayoría con relativa comodidad, mientras desde el tándem Cobos-Morales preferían la cautela de un resultado “cabeza a cabeza”. Anoche se pronosticaba una larga lista de oradores para defender cada posición, por lo que la resolución podría llegar recién después de la medianoche. Un tercer sector, minoritario, liderado por Leopoldo Moreau, no asistirá a Gualeguaychú.