EL PAíS › LOS TRABAJADORES OCUPARON LA PLANTA DE GATIC
Máquinas llenas de telarañas
Por Irina Hauser
Los trabajadores de Gatic, una empresa símbolo de la década menemista, ocuparon ayer la planta ubicada en el partido de San Martín. Tomaron la decisión después de dos años de conflicto con la firma –que tiene deudas por 500 millones de pesos, incluyendo salarios– y al cabo de un mes de no poder producir nada por falta de insumos. “Las máquinas se están llenando de telarañas ¿Por qué no dárselas a los trabajadores? No podemos tolerar más la indefinición”, dijo Jorge “Coco” Torres, presidente de la Cooperativa Unidos por el Calzado, que armaron los obreros.
La ocupación del edificio, en la esquina de J.D. Perón y Eva Perón, se concretó después del mediodía y fue protagonizada, pacíficamente, por unas 60 personas de dos plantas de la misma zona. En una de ellas se confecciona ropa y calzado deportivos y en otra se elaboran e imprimen cajas y folletería. “Esperamos extender el proyecto autogestivo a las fábricas de esta misma empresa que están en otros lugares”, alentó Torres. Si eso ocurriera, Gatic se convertiría en la empresa recuperada más grande del país ya que tiene 4500 trabajadores distribuidos en sus sedes de Pilar, Las Flores, San Martín, Pihué, Coronel Suárez, Corrientes, La Rioja y Córdoba.
Gatic, que pertenece a la familia Bakchellian, tuvo su época dorada durante la convertibilidad y fue famosa por ser la licenciataria de Adidas, Nike y Reef y producir ropa y calzado para equipos de fútbol. Por aquellos días recibió –igual que los Yoma– créditos multimillonarios de los bancos públicos que llegaron a los 600 millones. Sobre fines de 2001 la compañía entró en concurso de acreedores y logró una quita del 30 por ciento en sus deudas. Después fueron despedidos 400 empleados, lo que llevó al comienzo de largas protestas, que incluyeron la instalación de una carpa obrera en la puerta de la textil y la fundación de la cooperativa. Los patrones terminaron ofreciendo la reincorporación y reconocieron la escala salarial vigente. “Pero no cumplieron, no pagaron sueldos y no saldaron sus obligaciones. En poco tiempo le aparecieron 21 nuevos pedidos de quiebra. Tienen una deuda impagable”, explicó Diego Kravetz, abogado del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER).
“Esto es simple: nos estamos muriendo de hambre. Tenemos un proyecto de autogestión que queremos conversar con el Gobierno y el directorio, pero no tuvimos respuesta. Como cooperativa, y en equipo con la Universidad de San Martín, hemos diseñado tres modelos nuevos de zapatillas, tenemos proveedor de materia y a quién vendérselas. Estamos en condiciones de tomar el control de la fábrica”, dijo Coco Torres, que lleva 19 años en Gatic y es encargado de producción en el área de armado de calzado.
Una de las opciones que manejan los obreros es, como en muchos otros casos, reclamar la expropiación y plantear el manejo de la empresa, o por lo menos de algunas plantas, a través de la cooperativa. Pero estarían dispuestos a conversar con los gobiernos bonaerense y nacional si –como trascendió– estuvieran dispuestos a impulsar la formación de un fideicomiso que garantice el protagonismo de los trabajadores.
“Mientras sigamos sin definiciones y sin cobrar, la única salida que tenemos es plantearnos la recuperación de la empresa, que nos parece posible y tiene un potencial competitivo fuerte. Acá todos tenemos un oficio de años”, señaló Torres, instalado con sus compañeros, varones en su mayoría, en el área de vestuarios de la planta baja de la fábrica, dispuestos a pernoctar. Celso Villaba, de 41 años y 13 manejando una máquina que se usa para hacer cajas, dice que está desesperado y que hará “lo que sea por preservar la fuente de trabajo”.