Juan Patricio Mussi y Fernando “Chino” Navarro ya no compiten por la gobernación bonaerense.

Con la interna presidencial del Frente para la Victoria reducida a la disputa entre el gobernador Daniel Scioli y el ministro Florencio Randazzo, la mira del Gobierno sigue puesta en la grilla de candidatos a la gobernación bonaerense donde –a pesar de las declinaciones que siguieron al pedido presidencial de “baño de humildad”– siete de doce precandidatos siguen aún en carrera: el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el secretario de Seguridad, Sergio Berni; el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza; el vicegobernador Gabriel Mariotto; el presidente del Grupo Provincia, Santiago Montoya; y el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. Una oferta demasiado numerosa para la estrategia del oficialismo en el principal distrito electoral del país.

Las declinaciones de varios presidenciales del kirchnerismo produjeron un efecto dominó en territorio bonaerense, pero no de la magnitud que hubieran preferido en el Gobierno. El titular de la Anses, Diego Bossio, fue el primero en dejar de lado su campaña para bajar su precandidatura interpretando el pedido de la Presidenta. El viceministro de Desarrollo Social, Carlos Castagneto, siguió los pasos de Bossio. Lo mismo hizo el joven intendente de Berazategui, Patricio Mussi: “Dije que teníamos que sumar al proyecto y no ser caprichoso”, planteó ayer Mussi para declinar su candidatura y anunciar que irá por su reelección en el municipio.

Ayer, el Movimiento Evita hizo público un comunicado en el que anunció que “ha decidido declinar las precandidaturas a presidente de la Nación del compañero Jorge Taiana y a gobernador de la provincia de Buenos Aires del compañero Fernando “Chino” Navarro para ponernos a disposición de la estrategia que nuestra Presidenta crea más conveniente”. Desde el Gobierno valoraron las decisiones, pero aspiran a que la grilla se reduzca más, a poco más de un mes para que venza el plazo de la presentación de listas.

El último en subirse a la disputa provincial fue Aníbal Fernández, tras dejar de lado sus aspiraciones presidenciales, antes de que CFK dijera desde el Chaco que “para los verdaderos dirigentes políticos no hay cargos menores” y reclamara para los precandidatos propios “un baño de humildad”. No hay duda de que el jefe de Gabinete cuenta con el aval presidencial para competir en territorio bonaerense.

También tiene la venia de la Casa Rosada otro ex aspirante presidencial: Julián Domínguez. El titular de la Cámara baja fue el primero dentro del oficialismo en declinar su precandidatura presidencial para dar pelea en la provincia alentado desde el Gobierno. Una decisión que fue ratificada en la Quinta Presidencial de Olivos para que Domínguez siga en campaña.

El resto de los precandidatos a gobernador por ahora sostienen sus propias motivaciones y algunos recibieron hasta algún guiño oficial, en su momento. Berni estuvo también entre los últimos que se subieron a la disputa provincial del oficialismo, luego de haber negado cualquier candidatura mientras varias encuestadoras comenzaron a medirlo como candidato en la provincia. Con afiches propios en la calle, ahora el secretario de Seguridad de la Nación deberá definir si sigue en la pelea.

Desde el distrito más populoso de la provincia y como jefe del PJ bonaerense, Espinoza también alimentó su sueño de llegar a la gobernación. El jefe comunal de La Matanza fue uno de los que más trajinaron por mantener en pie su precandidatura, pero ahora llegó el momento de las definiciones. Más rezagado aparece en la grilla y en los sondeos el vicegobernador Mariotto, que podría sumarse a quienes declinaron sus aspiraciones de ocupar el sillón de Dardo Rocha, aunque en su entorno imaginan que podría ser el complemento de alguna de las fórmulas provinciales que queden en pie y sacaron a relucir la “vieja amistad” que mantiene con el jefe de Gabinete.

Montoya, en cambio, se resiste a abandonar sus aspiraciones. Ayer, el titular del Grupo Provincia recorrió Tandil y Mar del Plata en tono de campaña. “Daniel Scioli es el candidato mejor preparado para ocupar la presidencia en las próximas elecciones”, dijo Montoya y afirmó que por su parte “desea darle continuidad a este proyecto y gobernar la provincia de Buenos Aires”. Insaurralde, el precandidato más resistido dentro del kirchnerismo por su coqueteo con el massismo y que ahora se sumó a la “ola naranja” del gobernador, tampoco dio señales de renunciamiento.

Muchos incluían en la lista de aspirantes a la gobernación a Martín Sabbatella, como una forma del oficialismo de mantener dentro de su electorado a quienes se sumaron al kirchnerismo desde la “transversalidad” y que no provienen de la estructura del PJ. Pero cerca del presidente de la Afsca sostienen que “Martín no se baja de algo a lo que nunca se subió”, en referencia a que Sabbatella nunca lanzó ni anunció su candidatura. “Va a hacer lo que le pida la Presidenta”, afirman.