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“Yo no la llamo la maldita policía porque está lleno de benditos policías”, señaló ayer el gobernador bonaerense, Felipe Solá, en un día donde el tema dominante fue la inseguridad: decidió que la Prefectura Naval y la Gendarmería Nacional aumentaran su presencia en el conurbano. Esa temática fue uno de los ejes de su reunión con Néstor Kirchner. Por la tarde, junto con el Jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, decidieron diseñar políticas comunes en seguridad, salud y el tratamiento de los residuos domiciliarios para el área metropolitana.
“Se incrementará la presencia de Prefectura y Gendarmería dentro de nuestro plan de seguridad que anunciamos el lunes. La gente se va a sentir más protegida y los delincuentes se van a cuidar más en la medida que tengan menos oportunidades de atacar”, explicó Solá y anticipó que Prefectura Naval “por ejemplo, intervendrá en el próximo operativo Sol de Verano para mejorar la prestación de seguridad en los balnearios y otros centros turísticos”.
Por la tarde, el titular bonaerense estuvo en La Plata reunido durante tres horas con Ibarra. Los mandatarios bonaerense y porteño acordaron coordinar el patrullaje de las policías Federal y Bonaerense en el ámbito cercano a la avenida General Paz. “En la ciudad estamos trabajando con puestos fijos en los accesos y tenemos que coordinar esta tarea con la que hace la Policía Bonaerense en el conurbano porque la mayor presencia de efectivos disuade la idea de cometer delitos”, afirmó Ibarra. Y añadió que “compartimos con el gobernador que la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano constituyen una gran metrópoli y que a pesar de ser diferentes jurisdicciones deben encontrarse salidas colectivas”.