EL PAíS › EL PRIMER DIA DE ZAFFARONI EN LA CORTE SUPREMA

Cambios con pie de plomo

El plenario de los supremos no ofreció grandes novedades. Lo único, decidió que el caso Astiz vuelva a Bahía Blanca.

 Por Irina Hauser

Poco antes de entrar a su primera reunión plenaria en la Corte Suprema, Eugenio Raúl Zaffaroni trató de bajar las expectativas sobre la posibilidad de generar grandes transformaciones de un día para el otro en el tribunal. “Deben cambiar unas cuantas cosas –dijo–, pero no necesariamente debe ser en el primer día.” Los jueces supremos acordaron ayer postergar la elección de presidente del cuerpo, que estaba prevista para la semana próxima. Mientras tanto, continuará en el cargo Carlos Fayt. También dejaron resuelto enviar nuevamente a la Justicia de Bahía Blanca el pedido francés de extradición del represor Alfredo Astiz.
El acuerdo de ayer tuvo clima protocolar. El propio Zaffaroni concurrió, dijo, como “todo nuevo”, con espíritu de “estar viendo, mirando, oyendo cómo es todo esto”. Entre cuestiones que deberían cambiar volvió a decir, como la semana pasada, que la Corte no debería “hacer casación de la forma en que lo hace”. “Una Corte de control constitucional no puede ser una Corte de unificación de jurisprudencia”, dijo. En otro orden, aclaró que antes de opinar en causas sobre la pesificación, escuchará a las partes.
Fayt intercaló durante la reunión algunos comentarios aludiendo a declaraciones públicas de su nuevo compañero. Dijo que desde la presidencia de la Corte está haciendo lo posible por recortar funciones para lograr que el alto tribunal opere sólo como una instancia de excepción y se limite el número de expedientes que debe resolver. Con esa meta, insistió, presentó la semana pasada un proyecto de ley a través del diputado del PJ Rodolfo Martínez Llanos. También deslizó una provocación: sostuvo que las declaraciones juradas de los supremos pueden ser consultadas en la Administración General por cualquiera que justifique su pedido, un comentario que contradice lo que acordó el tribunal años atrás. Además, si es por los gestos de transparencia, el año pasado todos los entonces ministros –salvo Enrique Petracchi– se negaron a revelar su patrimonio durante el juicio político, según fuentes parlamentarias.
Muy instalado en la cúpula de la Corte, donde está desde que renunció Julio Nazareno, Fayt recibió el aval de sus colegas para continuar allí por lo menos hasta diciembre. Sus Señorías prefieren no agregar cambios en un momento de renovaciones. La elección de presidente podría ser el mes próximo, o luego de la feria de enero.
Zaffaroni participó durante el plenario en el debate de cuestiones jurídicas, comentaron funcionarios de la Corte. Entre las resoluciones que los ministros tomaron ayer ninguna fue de fondo. Decidieron pedir al procurador general de la Nación un dictamen sobre el planteo de un grupo de diputados que solicitó que en todo lo relacionado con el juicio político a Moliné, en lugar de que intervengan conjueces magistrados lo hagan conjueces abogados. Además, devolvieron la causa sobre la extradición de Astiz a la Justicia bahiense porque nunca fue resuelta la recusación del juez Alcindo Alvarez Canale, que había rechazado el pedido para enviar al ex marino a Francia, donde ya fue condenado.
Una de las sorpresas que recibió Zaffaroni fue una recusación para obstaculizar su intervención en la causa sobre el asesinato de Walter Bulacio. La hizo el abogado Pablo Argibay Molina, del comisario Miguel Angel Espósito, y le atribuye al juez, según la agencia DyN, “interés directo en el resultado de la causa”.

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El flamante ministro de la Corte, Eugenio Raúl Zaffaroni.
 
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