EL PAíS › EL FRENTE PARA LA VICTORIA SE IMPUSO AYER EN LAS PASO EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Un distrito donde el peronismo revalidó sus títulos

Aníbal Fernández le ganaba anoche por estrecho margen a Julián Domínguez la primaria a gobernador bonaerense del oficialismo, que conseguía el 39 por ciento de los votos. El segundo puesto fue para Cambiemos y el tercero para UNA.

 Por Santiago Rodríguez

Aníbal Fernández, María Eugenia Vidal y Felipe Solá, protagonistas de las PASO bonaerenses.

El Frente para la Victoria se impuso ayer en las primarias de la provincia de Buenos Aires. Anoche los dos precandidatos del oficialismo a la gobernación, Aníbal Fernández y Julián Domínguez, sumaban entre los dos el 39 por ciento de los votos en el marco de una interna en la que por estrecho margen el jefe de Gabinete derrotaba al titular de la Cámara Diputados. Cambiemos salió segundo, con el 31,92 por ciento de los votos y a su candidata a gobernadora, María Eugenia Vidal, le quedó el consuelo de ser la más votada en las PASO. El candidato de Unidos por una Nueva Alernativa (UNA), Felipe Solá, terminó en tercer puesto, con un 18,7 por ciento y muy por debajo de lo que el massismo consiguió hace apenas dos años cuando ganó las legislativas de 2013. Otros dos precandidatos, de los trece que se presentaron a las primarias, superaron el piso del 1,5 por ciento de los votos: Jaime Linares, de Progresistas, y Néstor Pitrola, del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), quienes así consiguieron su boleto para las generales que en dos meses y medio definirán quién sucede a Daniel Scioli. Los candidatos kirchneristas a diputados y al Parlasur también fueron los más votados.

La complejidad del escrutinio demoró el recuento de los votos en varias provincias y Buenos Aires no fue la excepción. Al cierre de esta edición, se habían escrutado menos del 20 por ciento y Fernández ampliaba su ventaja sobre Domínguez. Del total de votos del Frente para la Victoria, algo más del 53 por ciento eran para el jefe de Gabinete y algo menos del 47 para el titular de la Cámara de Diputados. La lentitud del escrutinio y la paridad que se planteó al comienzo entre ambos hizo que tanto Fernández como Domínguez decidieran llamarse a silencio y no hacer declaraciones hasta conocer la tendencia definitiva.

Para presidente, Daniel Scioli sacaba el 38 por ciento, un punto menos de la suma de los votos de los dos precandidatos a gobernador del FpV. Cambiemos totalizaba entre sus tres precandidatos el 31,22 por ciento de los votos (el 84,7 por ciento de ellos de Mauricio Macri) y UNA el 20,13 por ciento (el 87,33 por ciento de ellos de Sergio Massa).

El mayor atractivo de las primarias de ayer, además de ver cómo quedaban posicionados para las generales de octubre los precandidatos presidenciales, era la disputa entre Fernández y Domínguez. La atracción estaba dada por el hecho de que el ganador de la interna bonaerense del Frente para la Victoria se perfila para ser el próximo gobernador. Los números de las PASO favorecen al oficialismo, que le sacaba casi siete puntos de ventaja a Cambiemos y más de 17 a UNA, cuando faltaba aún cargar muchos resultados de secciones electores. En la provincia de Buenos Aires de Buenos Aires no hay ballottage. Con sólo conservar el caudal de votos que el kirchnerismo consiguió ayer, su candidato se asegurará el sillón que hoy ocupa Scioli.

Sin competencia dentro del frente Cambiemos, donde el radicalismo y la Coalición Cívica decidieron no presentar precandidatos para despejarle el camino, la expectativa de la macrista Vidal –secundada por el radical Daniel Salvador– era achicar al máximo posible distancia con el Frente para la Victoria y asegurar un piso de votos para mantener en pie las aspiraciones del líder del PRO. La provincia de Buenos Aires es clave para cualquier proyecto presidencial porque allí vota casi el 40 por ciento de los electores del país y siempre fue el punto más débil del armado del macrismo, a tal punto que hace cuatro años ni siquiera presentó candidato a gobernador y en 2013 colgó candidatos a diputados en la lista del Frente Renovador.

La historia fue diferente esta vez con Macri puesto a disputar la Presidencia y traccionando desde el tramo principal de la boleta. “Hoy dimos un gran primer paso”, celebró Vidal cuando le tocó hablar en el comando de campaña de Cambiemos en Costa Salguero y le agradeció al ahora ya consagrado candidato presidencial de ese espacio por su “apoyo”.

Solá, junto a Daniel Arroyo en su boleta, no tuvo adversario que le compitiera dentro de UNA porque el acuerdo entre Sergio Massa y José Manuel de la Sota fue que el bonaerense definía el armado de las listas en su territorio y el cordobés en el suyo. UNA terminó lejos del Frente para la Victoria y la cosecha electoral de Solá fue muy inferior al 43,95 por ciento de los votos que en 2013 sacó Sergio Massa, cuando ganó las legislativas de ese año. El massismo, de todos modos, trató de instalarse como una tercera opción de cara a las generales del 25 de octubre. A eso apuntó Solá en el dircurso que dio en el bunker que el Frente Renovador armó en Tigre: “El pueblo eligió que hubiera tres grandes espacios y no dos. Existimos, somos la tercera fuerza. Vamos por la gobernación y la presidencia”.

Con el Frente para la Victoria, Cambiemos y UNA monopolizando casi el 90 por ciento de los votos, poco les quedó al resto de las fuerzas políticas y solo dos pudieron pasar el corte del 1,5 por ciento. Una de las que consiguió ese objetivo fue Progresistas, que obtuvo el 3,88 por ciento. Su candidato a gobernador será Jaime Linares, con Juan Carlos Pugliese como compañero de fórmula. Dirigente del GEN, hombre de confianza de Margarita Stolbizer y senador nacional, Linares se ganó el derecho de representar a Progresistas en la pelea final por la gobernación al derrotar en la primaria de ese frente a Jorge Ceballos, de Libres del Sur. La proporción de votos a su favor fue 7 a 3.

La oferta electoral para la gobernación la completará el FIT, que consiguió el 3,43 por ciento de los votos, y llevará de candidato a Néstor Pitrola, secundado por el delegado ferroviario Rubén “Pollo” Sobrero. Se trata de la fórmula que proponía el Partido Obrero, que le ganó la pulseada interna al binomio Christian Castillo-Darío Hermosilla que puso en cancha el Partido Socialista de los Trabajadores. Seis de cada diez votantes bonaerenses del FIT eligieron a los candidatos del PO.

El Frente para la Victoria también se imponía para diputados nacionales, con Eduardo “Wado” de Pedro al frente de la boleta, y en las categorías Parlasur, tanto en el tramo nacional de la boleta como en el distrital, y senadores provinciales. Lo hacía en todos los casos con porcentajes del orden del 38 por ciento, seguido por Cambiemos y UNA. En cambio, perdía por dos puntos en diputados provinciales a manos de Cambiemos, categoría en la cual UNA también quedaba en un lejano tercer puesto.

En la interna para diputados nacionales de Cambiemos la lista que armaron el PRO y la UCR encabezada por el macrista Fernando Niembro barrió a la de la Coalición Cívica. Tan pocos votos sacó la boleta en la que Elisa Carrió puso a María Campagnoli, hermana del fiscal José Campagnoli, que el espacio de la chaqueña no tendrá en las generales ningún candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires.

En Progresistas también había interna para diputados y, al igual que en la categoría a gobernador, el GEN se impuso a Libres del Sur. El primer candidato a diputado en octubre será Omar Duclós.

Lo mismo pasó en el FIT: el PO también le ganó al PTS la pulseada en la interna para la Cámara baja. Los protagonistas eran los mismos que en primaria para la gobernación: Castillo y Pitrola, quien se llevó 6 de cada diez votos del frente de izquierda y encabezará la boleta de candidatos a diputados.

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