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“No. Fui muy claro, dije que los bloques de diputados estuvieron hablando acerca de la necesidad de un cambio en el sistema electoral. Están trabajando diputados de Cambiemos, del frente UNA y de Margarita Stolbizer (Progresistas).” La respuesta del candidato presidencial Mauricio Macri dejó finalmente de lado un eventual acuerdo con Sergio Massa y otros referentes opositores de cara a la primera vuelta del 25 de octubre. De esta manera el líder del PRO ratificó lo que ya había dicho el jueves el jefe del Frente Renovador. A pesar de las presiones de sectores económicos y mediáticos, cada espacio llevará su propia lista en las distintas categorías.

Las especulaciones desatadas por la foto conjunta de los tres principales postulantes presidenciales de la oposición terminaron de estrellarse ayer cuando el propio Macri dejó de lado la posibilidad de un acercamiento. El motivo de aquella imagen había sido respaldar al radical José Cano, el candidato a la gobernación tucumana, que salió a denunciar “fraude” luego de su derrota por más de 14 puntos ante Juan Manzur, del Frente para la Victoria.

“No puede ser interpretado como un acuerdo electoral, sino como una responsabilidad institucional y madurez democrática, que tiene que pasar sobre los temas que nos interesan”, fue la explicación de Massa luego de aquella conferencia de prensa. En su espacio hubo incluso cierto malestar por la foto. Los dirigentes del ala más peronista del Frente Renovador, como Facundo Moyano o Alberto Fernández, salieron a marcar públicamente sus diferencias con Macri. “La primera imagen que la foto brinda es la idea de que la oposición se ha unido. Pero en verdad la oposición no está unida, cada uno tiene su rol y sus posiciones diferentes”, insistió ayer el ex jefe de Gabinete, quien reveló que no votaría por Macri ni en un ballottage.

Respecto del acuerdo, Fernández reconoció que hay sectores, “incluso de muchos medios”, que tienen “cierta vocación de unificar esa oposición”. Sin embargo, fue terminante: “No existe posibilidad de que eso ocurra, ni siquiera legalmente. El momento ya pasó, que fueron las primarias, cuando Massa le propuso a Macri ir a una interna común para competir entre sí y Macri se negó”.

Ayer el jefe de Gobierno ensayó una autocrítica, pero no por su estrategia electoral sino por no haber realizado un planteo conjunto para reformar el método de votación. “Tenemos que hacer la autocrítica por no habernos juntado para hacer este reclamo antes”, reconoció el líder del PRO, que encargó a sus diputados trabajar este tema con otras fuerzas parlamentarias.

El jefe de Gobierno aprovechó la situación para criticar a su principal adversario, Daniel Scioli, y socavar la legitimidad de una eventual victoria del FpV. “Si hay vocación de Scioli de ser el ganador de un escrutinio que nadie discuta, él debería hacer que se sienten las autoridades actuales”, afirmó Macri. El candidato de Cambiemos aclaró que no cree que a raíz del conflicto en Tucumán “se haya roto la relación” personal que lo une a su par del kirchnerismo, aunque reiteró que le dio “mucha vergüenza” que el gobernador bonaerense “haya ido a Tucumán a avalar y a decir que fue un escrutinio impecable”.

En contra de la opinión de la Cámara Nacional Electoral, el ministerio de Justicia y distintas ONG especializadas en temas electorales, el jefe de Gobierno porteño aseguró que “si hubiese vocación política, sin duda se puede cambiar” el sistema de votación. “El Gobierno se sabe minoría y en su debilidad porque más del 60 por ciento de la gente ha dicho ‘no queremos continuar con este gobierno’, recurre a un sistema con el que cree que puede garrapiñar (sic) votos”, sentenció el candidato presidencial. Y para graficar ese intento, relató que se le envió una de las máquinas de Boleta Unica Electrónica (BUE) utilizadas en las elecciones porteñas a la presidenta Cristina Kirchner pero “ni siquiera se la dejaron entrar a la Casa Rosada”.