EL PAíS
En medio de indirectas, Alvarez dice que se queda
Solá hizo una virtual invitación a su renuncia, pero el ministro dijo que en diciembre no asumirá como diputado para seguir en su cargo.
Por Raúl Kollmann
Las palabras de Felipe Solá sonaron a una invitación a su ministro de Seguridad, Juan José Alvarez, para que el 10 de diciembre deje su cargo y asuma como diputado nacional. “El se preparó mentalmente para ser diputado (razón por la que podría dejar el cargo), y tomó un desafío pesado que no es para todos.” Por su parte, Alvarez se desentendió de la indirecta: “Dejar el ministerio no es algo que yo estoy evaluando. Sigo considerando que debo seguir con el plan de seguridad y poder comenzar a mostrar resultados”. Algunos dicen que detrás de estas declaraciones no hay misterio y que Solá en verdad quiere que Alvarez se quede y Alvarez quiere quedarse. Otros, en cambio, interpretan que Solá empezó a sintonizar con el resquemor que la Casa Rosada tiene con Alvarez, pero por ahora sólo lo invita a retirarse del cargo porque el ministro tiene el apoyo de Eduardo Duhalde. En esta última línea parecen inscribirse también las declaraciones de los diputados bonaerenses (duhaldistas) que ratificaron su apoyo a Alvarez y lo respaldaron para que se quede en el ministerio.
El tironeo viene desde hace rato. En el gobierno nacional siempre consideraron que Alvarez es una figura inadecuada para conducir la seguridad en territorio bonaerense. El análisis es el siguiente:
- Tal cual hizo público Gustavo Beliz, el diagnóstico de la Casa Rosada es que una clave de la inseguridad es el pacto entre figuras políticas, caudillos e intendentes de los principales municipios del conurbano con comisarios corruptos de la Bonaerense. El mayor ejemplo eran los desarmaderos, protegidos por comisarios y políticos municipales, que llevaron a la muerte a centenares de personas en el robo de autos.
- Juan José Alvarez se inscribe, en ese diagnóstico, como un funcionario que justamente se lleva bien con las partes acusadas, tanto los comisarios como los dirigentes políticos, en especial los duhaldistas.
Ya la designación de Alvarez resultó una sorpresa, porque era conocida su escasa sintonía con Solá, pero el gobernador –algunos dicen que por presión de Duhalde y otros porque quería a alguien con experiencia en seguridad– lo designó en el ministerio más difícil de la provincia de Buenos Aires. En la última semana, tras el relevo de los comisarios Angel Casafús y Claudio Smith, Solá se acercó mucho más que antes a la óptica de la Casa Rosada. Es más: evaluó como fracaso la investigación del secuestro de Pablo Belluscio y esbozó la posibilidad de crear otra policía para el Conurbano.
Ante la pregunta sobre la continuidad de Alvarez, Solá ya no respondió “no, de ninguna manera, seguro que se queda en su puesto, se lo he pedido expresamente”, sino que habló de la preparación mental del ministro para ser diputado. O sea que dejó una puerta abierta para que deje el ministerio y pase al Congreso nacional. No está claro si Alvarez se dio o no por aludido, lo cierto es que ayer insistió en que no va a renunciar, aunque sus allegados sostienen que se quedará en el cargo únicamente si en el Congreso nacional le votan una licencia que sería de seis meses. Es decir que, por las dudas, no va a renunciar a la banca y quiere tener la garantía de que podrá ocupar su lugar en el Congreso.
Por el lado del duhaldismo se ve que tampoco quieren perder un puesto clave como es el Ministerio de Seguridad. Por ello, los diputados que responden al ex presidente ya hicieron saber que están dispuestos a votarle la licencia.