Los votantes del conurbano fueron al cuarto oscuro con la tijera en el bolsillo. El corte de boleta en muchas de las intendencias ayudó a dar vuelta el resultado en la categoría gobernador en favor de la candidata de Cambiemos, María Eugenia Vidal, mientras a nivel local el municipio quedaba en manos de dirigentes del FpV, o de candidatos de UNA. Consultados por Página/12, intendentes y dirigentes territoriales hicieron su lectura del fenónemo.

“Hay una cultura del corte hace ya algunos años”, dijo el intendente de Berazategui, Juan Patricio Mussi. “Se desperdician muchos votos mal hechos, pero hay un intento de los votantes de armar sus preferencias. Yo he tenido cortes increíbles, como que la pusieran a Lilita (Carrió) conmigo en las PASO... o ayer al FIT”, agregó el dirigente y completó: “Unos años atrás nadie cortaba, pero ahora hay un porcentaje de corte considerable que puede dar vuelta una elección”.

En su municipio, un bastión peronista, Mussi (FpV) consiguió el 55 por ciento de los votos, mientras que en la categoría presidente Daniel Scioli sólo alcanzó el 43 y Aníbal Fernández, el 40.

“A veces la relación entre los intendentes y el votante tiene más cercanía, porque te cruzan por la calle, o porque tus hijos van al mismo colegio que los suyos, y eso consolida el voto de gente que jamás habría votado a tu partido. Están los que dicen cómo puede ser que Aníbal (Fernández) tenga 15 puntos menos... pero Aníbal Fernández acá sacó 40 puntos, es decir que nosotros le dimos 10 puntos más que la media que sacó, pudimos ayudarlo aportándole algunos puntos. Creo que la gente evalúa. A Vidal le dieron un voto desde la esperanza a alguien que no conocen bien, y a nivel local nos eligieron por la razón contraria, porque nos conocen. En el voto hay una mensaje que hay que saber leer”, explica.

El modelo de cómo armar la boleta no fue homogéneo. “Fue un corte raro, que no se entiende, no es por cordón. Por ejemplo, ganamos Moreno o Merlo, pero perdimos Morón, no se ve una lógica más allá del voto útil. Lo que venimos viendo es que en el orden local la gente define mucho más según lo que considere un voto útil”, apuntó un dirigente de San Martín.

En el distrito, Gabriel Katopodis (FpV) sacó 14 mil votos más que Aníbal Fernández y seis mil más que la candidatura de Daniel Scioli. El intendente fue uno de los que se fueron con Sergio Massa para regresar al kirchnerismo. Los que conocen el territorio aseguran que, con la promesa de no expulsar gente del armado que lo acompañó en la fallida aventura, repartió diez mil boletas con su candidatura por el FpV y las de UNA en las categorías a gobernador y presidente. La lectura es que en el distrito, Vidal le sacó además votos a la candidatura de Felipe Solá, de votantes que pusieron en el sobre a Massa pero no a su candidato a gobernador, y sumó a electores que votaron en blanco a presidente. El candidato de Cambiemos, Ricardo Ivoskus, también había avalado el corte de boleta pero al revés, favoreciendo a Fernández y Scioli, pero no tuvo efecto.

En La Matanza, la diferencia entre los votos a intendente y a gobernador fue de apenas un punto. La intendenta electa es Verónica Magario, de la línea de Fernando Espinoza, quien perdió las PASO frente a Aníbal Fernández. En Malvinas Argentinas, en cambio, la distancia se extendió a cuatro y en Lomas de Zamora a cinco puntos.

En Avellaneda, Jorge Ferraresi, un kirchnerista puro, fue reelecto con el 47 por ciento de los votos, mientras que Aníbal Fernández quedó diez puntos por debajo y Scioli con siete puntos menos.

“El corte fue raro y fue mucho”, definió Ferraresi. “Nosotros no llamamos a cortar, pedimos que se votara la boleta entera. El corte ha sido inédito, porque históricamente el gobernador era el que consolidaba el voto de los intendentes, y esta vez no fue así. Creo que ni María Eugenia Vidal se lo esperaba. Acá la gente hizo otra cosa que lo que le pedimos que hiciera”.