“Quienes trabajamos a diario en lugares que fueron centros del horror, el exterminio y el robo de bebés sabemos cómo se construyen estos espacios de memoria: con lucha, organización y políticas de estado, como las implementadas por el gobierno nacional desde el 2003. Pero la gestión del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a cargo de Mauricio Macri, también nos demostró cómo se destruyen: con abandono, desinversión, vaciamiento y sin preservación. Así dejó estos lugares un gobierno local que nunca se preocupó por dar el ejemplo de la Memoria, la Verdad y la Justicia.” Quienes trabajan en los ex centros clandestinos, ahora espacios para la Memoria, apoyaron la candidatura de Daniel Scioli y señalaron que la administración macrista “ha demostrado desprecio por esos lugares”.

El pronunciamiento de los trabajadores de sitios de memoria de todo el país expresa que, entre los dos proyectos que se preseentan en las elecciones del 22 de noviembre “hay uno que cambió la historia de la defensa de los derechos humanos en nuestro país”.

“No nos lo contaron –aseguraron– lo vemos a diario, lo vimos de cerca aquel 24 de marzo del 2004 en la ESMA cuando Néstor Kirchner pidió perdón en nombre del Estado por la impunidad para los genocidas, lo vimos en La Perla el 24 de marzo del 2007, lo vimos con Cristina Fernández de Kirchner pasando a la Nación los espacios abandonados por la Ciudad. Vemos todo esto, a la par de más de 600 genocidas condenados, de 117 identidades recuperadas, más de 100 sitios señalizados y tantos otros derechos garantizados para el pueblo.”

“El otro proyecto, el de Cambiemos –señalaron–, ha demostrado sistemáticamente su desprecio por los espacios de memoria. El 22 de noviembre hay dos opciones: votar contra la memoria o votar por la memoria. No tenemos dudas: no vamos a permitir que se privatice la memoria ni que se reemplace por el olvido. No vamos a retroceder ni un poco en todo lo consagrado en materia de Memoria, Verdad y Justicia. Vamos a exigir que siga la búsqueda de los nietos/as, los juicios a los genocidas y todos los derechos del pueblo, fundamentalmente vivienda, salud, trabajo, educación. No vamos a votar por el ajuste de la memoria ni de los derechos humanos: vamos a votar por más Memoria, Verdad y Justicia.”

En su declaración, los trabajadores de los espacios de memoria que funcionan en ex centros clandestinos afirmaron también que estos lugares tienen hoy “la marca de la solidaridad y el compromiso de quienes construimos una memoria colectiva en acción, visitando los espacios con la escuela o la universidad, concurriendo a un recital o la proyección de una película, realizando talleres con las organizaciones políticas, y también desde los puestos de trabajo”.