EL PAíS › EL MENEMISMO NO PUDO DILATAR EL JUICIO A LA CORTE
No salió ni el tiro del final
Los hombres de Menem en la Comisión de Juicio Político intentaron hacer lugar a un pedido de Nazareno, Moliné O’Connor y López para recusar a varios legisladores. Perdieron diecisiete a cinco.
Por Felipe Yapur
Estaba en el ambiente, en el aire. Había rumores de conflicto. El menemismo aspiraba a que la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento acepte la recusación presentada por la Corte Suprema contra los legisladores que son abogados y que forman parte del juicio político que se les instruye. Y los rumores se convirtieron en realidad cuando se encontraron con la férrea oposición de sus compañeros de bloque y un nutrido grupo de diputados de la oposición. Gritos y acusaciones de “pretender un linchamiento público” a los cortesanos partieron de las huestes menemistas, pero ningún fundamento jurídico o político que sustentara su posición. Al final, y tras una extensa y caótica discusión, los seguidores de Carlos Menem fueron derrotados por 17 votos a cinco. Y la Corte no pudo evitar que el juicio político continuara su curso.
La maniobra del menemismo tenía un doble objetivo: dilatar el tratamiento del juicio político contra la Corte, pero al mismo tiempo generar un conflicto interno en la bancada del PJ que pusiera en peligro su unidad. El primero no se consiguió. El segundo es de largo aliento.
Alejandra Oviedo, la menemista riojana que preside la Comisión de Poderes, tenía una difícil tarea por delante. Ya la Comisión de Juicio Político, que ella también integra, había rechazado la recusación presentada contra los abogados diputados por considerar inadmisibles los argumentos de la Corte que se sustentaba en un párrafo en desuso del reglamento de la Cámara baja. Igual, el menemismo jugó su última carta.
La legisladora riojana abrió la reunión leyendo la solicitud de los jueces Julio Nazareno, Eduardo Moliné O’Connor y Guillermo López. Mientras tanto, comenzaban a ingresar al salón algunos diputados que integran Juicio Político. Oviedo lucía nerviosa. Mucho más se puso cuando el justicialista de Santa Cruz Sergio Acevedo y titular de la Comisión de Juicio Político dijo que era “legítimo hacerse eco de la petición de la Corte. Pero Diputados es la cámara acusadora en un juicio de estas características y por lo tanto esta recusación es infundada”.
El que hablaba era, sin duda, el principal oponente del menemismo. Entonces Oviedo lo cortó. “Me siento aludida”, dijo y aclaró que “defiendo la facultad de la comisión de tratar un tema que no es menor. Creo que es necesario que se respeten las garantías que la Constitución consagra. No debemos tomar actitudes dictatoriales”, lanzó. Acevedo, interrumpiéndola, le devolvió la gentileza: “La Comisión de Juicio Político garantiza el debido proceso y la defensa en juicio que, en todo caso, se concretará cuando la acusación llegue a la Cámara de Senadores”, dijo con tono firme. Levantando la voz, Oviedo lo replicó: “Yo no creo lo mismo”.
El resto de los diputados observaban el cruce algo perplejos pero con un destello de goce en sus ojos: la interna del PJ se estaba dirimiendo frente a ellos. Igual, el radical Pascual Capelleri dio la posición de su bloque. Con algunos matices se puso del lado de Acevedo y pidió desestimar la solicitud. Igual actitud tomaron el ARI y el Frente Grande.
A su turno, Carmen Falbo (PJ) acompañó la posición de Acevedo. La posición de la duhaldista era importante, por la recomendación que ese sector recibió del Presidente la semana pasada, quien les dijo que “tengan cuidado con lo que hacen (con la Corte) porque el mundo los está mirando”.
Adrián Menem quiso ayudar. Dijo que lo único que él pretendía era “no participar de un linchamiento público contra la Corte”. No surtió efecto. Y ante un inminente fracaso, Oviedo trajo a la mesa las advertencias sobre la seguridad jurídica que llegan desde el exterior. “Esta es una decisión política. O se decide juzgar a la Corte por las causales concretas y objetivas que existen o se deja ganar por el reclamo externo de la seguridad jurídica”, dijo Acevedo casi levantándose de su silla. “Votemos”, lanzó el justicialista Gerardo Conte Grand, dejando a al menemismo prácticamente groggy.
Ante lo inminente, Oviedo esgrimió su última carta frente a una ya caótica reunión. A los gritos rogó: “Posterguemos la decisión hasta la semana que viene y que nuestros asesores se pongan de acuerdo”. Escuchó un rotundo no. Los 17 votos que rechazaron la recusación pusieron fin al intento de frenar el juicio político a la Corte.