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La Universidad Nacional de La Matanza fue el escenario del III Encuentro Nacional de la Militancia organizado por el Grupo Michelángelo, que agrupa a dirigentes justicialistas de todo el país que se encolumnan en apoyo de las políticas del presidente Néstor Kirchner. Con la presencia del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y del subsecretario general de la Presidencia, Carlos Kunkel, más de mil doscientos militantes avanzaron sobre las formas de recomponer el peronismo tanto a nivel interno como en la relación con otras fuerzas políticas que adhieran al kirchnerismo. “Trabajar para profundizar la construcción de un frente para la victoria del pueblo argentino es la tarea a desarrollar en el 2004”, explicó Kunkel.
Dos ejes centrales dominaron las discusiones y los debates que se desarrollaron durante toda la jornada: en primer lugar la reestructuración del peronismo “como instrumento que devuelva la mística, la fe y la utopía a la política”, y en segundo término la integración con otras expresiones políticas no vinculadas directamente con el justicialismo. Conceptos como apertura, convocatoria y transversalidad dominaron el tercer encuentro del Grupo Michelángelo, que es considerado la expresión orgánica del kirchnerismo ortodoxo y que, junto a Tomada y Kunkel, tiene entre sus principales referentes a Juan Carlos Dante Gullo y al vicecanciller Jorge Taiana.
La de ayer fue la tercera reunión del grupo luego de las de Tanti y Mar del Plata, y la segunda de sectores identificados con el programa político del Gobierno durante el fin de semana, luego del seminario del Grupo Confluencia que se desarrolló el sábado en el Hotel Bauen. Y aunque el del Bauen fue un encuentro del kirchnerismo “no peronista”, no estuvo del todo ausente en el plenario de ayer. Según los pronósticos, ambas tendencias podrían confluir en los próximos meses.
“Es una convocatoria que puede reafirmar el Presidente cuando lo estime oportuno, nosotros estamos tratando de hacer cauce para determinado tipo de expresiones e identidades, e instamos a que cada uno desde su lugar trabaje con un espíritu frentista, así como Marcelo Fuentes (ex militante de la JP que estuvo presente ayer) con el Grupo Confluencia está generando ámbitos de contención y participación que nuclean a partidos políticos y organizaciones sociales”, señaló Kunkel a Página/12. “Quizás –explicó– son sectores que no están identificados con la sigla política del peronismo pero, en el ‘45, Perón convocó a un movimiento de gente que venía de los más diversos sectores, entre los que había conservadores, radicales, socialistas y anarcosindicalistas: las puertas están abiertas”.
Sobre los posibles obstáculos que podría encontrar hacia el interior del PJ en la conformación de un frente semejante, y en especial en la provincia de Buenos Aires, el subsecretario general de la Presidencia fue claro: “Yo también soy parte del aparato bonaerense, el aparato bonaerense no tiene dueño, porque el pueblo de la provincia tiene sus expresiones electorales y no tiene dueño personal”.
“Estamos participando de este tercer encuentro dirigentes que representamos a distintos sectores, y que estamos abiertos a mantener un debate de ideas sin estar pendientes de las internas, los cargos o la coyuntura”, dijo durante la ceremonia de apertura Dante Gullo, uno de los principales impulsores de la convocatoria junto al vicecanciller Taiana. Luego fue el turno de un grupo de panelistas entre los que estuvo el ministro Tomada, quien luego de participar en algunos de los debates de la tarde destacó “la importancia de recuperar la movilidad social y la cohesión, en este proceso de recuperación de la utopía y la militancia, después de tanto cinismo que atravesó a la Argentina”.
Durante la tarde, los 1280 asistentes acreditados conformaron 20 comisiones de trabajo, cuyas conclusiones centrales serán presentadas hoy por la tarde en el restaurante Michelángelo que dio nombre al grupo, por ser la sede de sus reuniones habituales. “El desafío del 2004 es un proceso de profunda discusión sobre la reforma política que el país necesita.” Con estas palabras finalizó el encuentro el subsecretario de Presidencia.