Miércoles, 10 de febrero de 2016 | Hoy
EL PAíS › LA JUEZA PALMAGHINI RETOMA LA INSTRUCCIóN DE LA CAUSA NISMAN CON LA INDAGATORIA A LOS DOS POLICíAS
La jueza no los relaciona con la muerte del fiscal. Además, debe decidir si sigue con la causa en su poder o la pasa al fuero federal, como pretende Arroyo Salgado. Hay versiones que indican que el ex espía Jaime Stiuso está en la Argentina.
Por Raúl Kollmann
Los dos custodios que estaban de guardia el día en que se encontró el cuerpo de Alberto Nisman serán indagados este jueves por la jueza Fabiana Palma- ghini. A Armando Niz y Luis Miño no se los acusa por la muerte del fiscal ni, en principio, por haber liberado la zona, sino por incumplimiento de los deberes de funcionario público: según la magistrada debieron tirar abajo la puerta cuando Nisman no respondió a los llamados después del mediodía de aquel domingo 18 de enero de 2015. Según coinciden todos los forenses a esa hora Nisman estaba muerto, pero los custodios no hicieron –de acuerdo con Palmaghini– lo que correspondía: entrar de cualquier manera. Por otra parte, la jueza debe decidir en los próximos diez días si sigue instruyendo la causa o la envía al fuero federal, como pide la ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado. Todo hace presumir que Palmaghini rechazará la incompetencia y seguirá instruyendo el expediente, por cuanto hasta ahora no hay evidencia de un homicidio. En paralelo, circula la versión de que Antonio “Jaime” Stiuso el hombre fuerte de la ex SIDE, ya está en la Argentina. Por ahora, en el juzgado no presentó ningún escrito, aunque está claro que Palmaghini lo busca para que declare nuevamente y explique por qué no le atendió el teléfono a Nisman aquel último fin de semana.
En su relato coincidente, Niz y Miño contaron ante la fiscal Viviana Fein que Nisman les dijo que se presentarán en el edificio Le Parc, en Puerto Madero, el domingo a las 11 de la mañana. Ambos custodios llegaron al estacionamiento de la torre a esa hora y se quedaron abajo. “Al doctor no le gustaba que lo molesten”, declararon ambos. Niz y Miño esperaron en el subsuelo de acuerdo a lo que siempre acordaron con Nisman para los días de lluvia. Allí no había señal de celular. El fiscal era bastante inflexible con los custodios y los usaba más como cadetes que para su seguridad. El trato era más bien duro y distante al punto que Miño declaró que en los años que llevaba de custodio sólo una vez entró al edificio.
Ya cerca del mediodía, los guardaespaldas llamaron al fiscal a través del aparato Nextel y no hubo respuesta. Niz y Miño argumentaron que “tal vez el doctor se había quedado trabajando hasta muy tarde y por eso dormía”. Los llamados se repitieron cada 45 minutos.
Hay un punto discrepante en las declaraciones de Niz y Miño. Uno de ellos señaló que a las 14.30, ante la falta de respuestas, subieron por la puerta de servicio y tocaron el timbre en el departamento del piso 13. El otro custodio sostuvo que eso ocurrió recién a las 17.
Lo cierto es que después del mediodía, a raíz de que Nisman no contestaba, Niz y Miño se comunicaron con una secretaria del fiscal. Según ellos, la funcionaria de la Unidad Fiscal de Investigaciones AMIA les dijo que pasaran a buscar a la madre de Nisman, Sara Garfunkel, por su casa de Saavedra, dado que la mujer tenía llaves del departamento.
Entre idas y vueltas, problemas para abrir la puerta y convocatoria a un cerrajero, recién se pudo ingresar al departamento a las 21.50.
Niz y Miño declararán este jueves como imputados, en principio por incumplimiento de los deberes de funcionario público y abandono de persona. Lo que afirma la jueza Palmaghini es que los custodios, ambos integrantes de la Policía Federal, debieron tirar abajo la puerta ante la falta de respuestas de Nisman. Y, además, ya por la tarde, ambos dejaron el edificio para ir dos veces al domicilio de la madre a Saavedra. Es decir que –siempre según la acusación– abandonaron su obligación de custodiar a Nisman.
Las secretarias del fiscal, Mariana Pettis y Soledad Castro, declararon que los custodios llamaron cerca de las 16 del domingo para informarles que Nisman no contestaba. Niz y Miño sostuvieron que en alguna oportunidad hubo una falsa alarma porque Nisman no respondía y que no era conveniente tomar medidas drásticas. “Es mucho escándalo a 24 horas de que vaya al Congreso”, argumentaron ese día. Sobre esa base, Pettis habló con la madre del fiscal y convinieron que ella entraría con la llaves que tenía del departamento.
Con el correr de las horas, ya cerca de las 19, Castro sugirió tirar abajo la puerta porque Nisman podía estar descompuesto, pero los custodios mantuvieron la postura de buscar a la madre. “Es una puerta blindada, será más rápido abrir con llave que derrumbar la puerta”, argumentaron.
En la convocatoria a la indagatoria, Palmaghini no menciona ninguna participación ni complicidad de Niz o Miño en la muerte del fiscal. No hay referencias ni a zonas liberadas ni a vínculos con ningún plan criminal. La jueza menciona como delito, además del incumplimiento de los deberes de funcionario público, un “posible abandono de persona”, lo que significa que no le prestaron ayuda ante una eventual agonía.
Hasta el momento, los forenses dictaminaron que Nisman murió en la mañana del domingo, posiblemente alrededor de las 10, de manera que a las 15 –al menos para la junta médica– ya había fallecido. En ese caso, esta última imputación no tendría lógica porque nada cambiaba si a esa hora de la tarde irrumpían por la fuerza en el departamento. Aun así, habrá que esperar las declaraciones de ambos custodios y la evaluación que la jueza realice.
Desde el punto de vista de los hechos concretos, el relato de Niz es absolutamente coincidente con el de la madre de Nisman: ambos fueron los primeros que entraron al departamento y encontraron muerto al fiscal. Miño se quedó abajo. Niz y Garfunkel declararon que Nisman estaba tirado en el baño, que la puerta no se podía abrir y que en el departamento estaba todo ordenado. Garfunkel fue categórica al afirmar que nadie entró en el baño hasta que llegó la fiscal Fein, es decir que no hubo una alteración de la escena.
Según el dictamen de la junta médica, integrada por 16 forenses, no se observó accionar homicida en la muerte del fiscal, mientras que la junta criminalística –seis profesionales– sostuvo que no había nadie en el baño en el momento del disparo que terminó con la vida de Nisman. Ambos dictámenes sugieren la hipótesis del suicidio, mientras que los tres peritos de Arroyo Salgado firmaron en discrepancia.
De todas maneras, Palmaghini ordenó la convocatoria de una junta interdisciplinaria –pedida por los abogados de Arroyo Salgado– para que presente un dictamen global sobre lo ocurrido. Las partes se están preparando para una pericia que seguramente será multitudinaria: intervendrán unos 40 profesionales.
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