Sábado, 25 de junio de 2016 | Hoy
EL PAíS › EL RESULTADO DEL REFERENDUM GATILLO UNA FUERTE CAIDA DE LA LIBRA ESTERLINA Y DE LAS BOLSAS EN TODO EL MUNDO
La conmoción por el resultado generó de inmediato el vacío político: renunció el primer ministro, David Cameron, y entró en crisis el laborismo. En el plano económico se derrumbaron la libra y las Bolsas europeas. Cualquier parecido con el Titanic no es coincidencia.
Por Marcelo Justo
Desde Londres
El primer ministro David Cameron anunció su renuncia poco después que se conociera el resultado del referendo, el director del Banco de Inglaterra salió a calmar nervios hablando de una reserva de 250 mil millones de libras para apagar el incendio sin impedir que la libra y la bolsa siguieran bajando y bajando. La caída se hizo más pronunciada cuando poco después la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, dijo que sería necesario un nuevo referendo escocés para decidir si su país sigue formando parte de un Reino Unido que eligió salir de la Unión Europea.
Así fue la mañana y el baile recién empezaba. Poco después del mediodía, Wall Street se sumó a la caída de los mercados europeos que ya se precipitaban al vacío (pérdidas de 7% en Alemania, 8% en Francia, 12,35% en España, 13,42% en Atenas) mientras que las materias primas se sumaban a la debacle y comenzaba a revertirse la recuperación del precio del petróleo del último mes. A media tarde varias multinacionales y entidades financieras que operan en el Reino Unido dejaron trascender que tenían planes de relocalizarse parcialmente en otros lugares de la Unión Europea y advertían que había miles de puestos en peligro. Al vacío político y el agujero económico se le agregó poco después la crisis del principal partido de oposición, el laborismo, con un plan para descabezar a Jeremy Corbyn en los próximos días. Cualquier parecido entre este Reino Unido que decidió el jueves abandonar la Unión Europea después de 43 años y el Titanic no es coincidencia.
El mismo Cameron usó una analogía acuática al anunciar su renuncia. “Los británicos han tomado una decisión muy clara para cambiar de rumbo. El país necesita un nuevo líder que lo lleve en esta dirección. Yo haré todo lo que pueda como primer ministro para calmar el barco en las próximas semanas y meses, pero creo que no sería correcto que yo siga siendo el capitán de este barco y el encargado de llevarlo a su próximo destino. Creo que el país necesita tener un nuevo primer ministro para el comienzo de la conferencia del Partido Conservador en octubre”, dijo Cameron.
En Europa no tenían tan claro que el capitán provisorio del Titanic fuera políticamente relevante. Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, que reúne a los mandatarios de la UE, envió una carta a los otros miembros en la que Cameron cuenta solo a medias. “No tengo dudas que a la luz del resultado negativo del referendo en el Reino Unido, debemos dedicar nuestra reunión la próxima semana a las consecuencias políticas de este tema. Quiero tener tiempo para que lo discutamos primero con el primer ministro Cameron y luego por separado, entre los 27 miembros. El martes terminará con una cena en la que Cameron explicará la situación en el Reino Unido”, señaló Tusk.
La reunión continuará al otro día, pero sin el Reino Unido. “El miércoles los 27 miembros discutiremos el llamado ‘proceso de divorcio’ contemplado en el artículo 50 del Tratado y el futuro de una Unión Europea de 27 países”, señaló Tusk en su carta. El artículo 50 establece un período de hasta dos años para llegar a un arreglo definitivo con un miembro que decida dejar el club europeo. Como el Reino Unido es el primer caso en más de 60 años de proyecto paneuroopeo, no hay precedente.
Primer potencial choque a la vista es que Cameron dejó en claro que él no va a accionar el artículo 50 porque, no tiene sentido “que yo siga siendo el capitán de este barco y el encargado de llevarlo a su próximo destino”. A pesar de que el Reino Unido votó dejar la UE, todavía es miembro del club y solo puede dejar de serlo al activar el artículo. En declaraciones a la cadena germana ARD, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, dejó en claro que las negociaciones tienen que empezar ya. “Los británicos votaron. No tiene sentido esperar hasta octubre. No va a ser un divorcio amigable, pero tampoco fue un gran amor”, señaló.
Barack Obama buscó calmar las aguas y, al igual que el FMI, urgió a ambas partes a trabajar conjuntamente. “Mantendremos nuestra relación histórica con el Reino Unido y con la Unión Europea”, aseguró el mandatario estadounidense. A fines de abril, en una polémica intervención durante una visita al Reino Unido, había advertido que no habría acuerdo comercial rápido si los británicos optaban por el Brexit.
El posible diálogo con un “pato rengo” como Cameron, que quedará en la historia como el primer ministro que allanó el camino para la separación de Europa, plantea muchos interrogantes sobre su viabilidad. El problema es que no será fácil reemplazarlo con una figura de consenso.
En el sistema parlamentario británico no se necesita convocar a elecciones para elegir a un nuevo primer ministro. El principal partido en la Cámara de los Comunes, en este caso el conservador, elige a un líder que se convierte automáticamente en el mandatario. El favorito es el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, que lideró la campaña por el Brexit y que ayer elogió a Cameron en un intento de calmar la animosidad, resentimiento y polarización del referendo.
Muchos conservadores, sin embargo, no quieren ni oír de Johnson y están embarcados en una campaña de “anyone but Boris for leader”. La actual ministra del interior, Theresa May, sería una posibilidad, pero incluso el reticente apoyo que dio a permanecer en la UE, podría convertirse en un obstáculo insalvable. El gran peligro es que el forcejeo político conservador se termine convirtiendo en un potencial vacío de poder.
El único consuelo de los tories es que los laboristas parecen en una situación similar. El voto a favor del Brexit fue contundente en el cinturón industrial del norte de Inglaterra, otrora bastión laborista, hoy amenazado por los antieuropeístas del UKIP. Dos diputados responsabilizaron al actual líder Jeremy Corbyn por su “pobre campaña” y lanzaron una moción para sustituírlo que se trataría este lunes en la reunión del Partido Parlamentario (diputados laboristas) este lunes.
Los sindicatos y Momentum, un movimiento de base Corbynista, salieron a respaldarlo. “La renuncia del primer ministro ha disparado una crisis en el interior de los conservadores. En este momento necesitamos unirnos ante un partido Tory que está sumergido en divisiones y peleas . Lo que menos necesitamos es divisiones en nuestro partido”, señaló un comunicado conjunto de 12 sindicatos.
En medio de este vendaval político, el impacto económico del Brexit no ofrece mucho tiempo o espacio para la negociación o la duda. Ayer la libra cayó a su nivel más bajo en 31 años y el FTSE 100, de las 100 compañías más importantes, registró una caída del 8%, similar a lo sucedido durante el derrume del Lehman Brothers en el estallido financiero de 2008. En la City, Jamie Dimon, CEO del JP Morgan, advirtió que entre 1.000 y 4.000 puestos podrían migrar al continente mientras que otra entidad estadoundense, Morgan Stanley, señaló que dos mil empleados de su oficina de Londres se mudarían a Dublin o Frankfurt.
En la industria, la fabricante de aviones Airbus y las automotrices Toyota y Ford advirtieron que estaban revisando su plan de inversiones en el Reino Unido. Ford, que tiene más de 14 mil trabajadores, señaló que “tomaremos las medidas que sean necesarias para permanecer competitivos”. Tom Enders, director de Airbus, que emplea a 15000 trabajadores en el Reino Unido, señaló que el resultado era lo opuesto del famoso “win-win” que recomiendan para los negocios. “Es un lose-lose para el Reino Unido y Europa. El mundo no se para. Tampoco lo hará Europa. Espero que el divorcio trate de minimizar el impacto a todos los afectados por el Brexit”, señaló Enders.
En medio de tanta ansiedad e incertidumbre había un rostro sorprendentemente feliz en el Reino Unido. Cartón lleno, el candidato presidencial Donald Trump, de visita en Escocia, no tuvo empacho en señalar que el Brexit es “maravilloso para el Reino Unido que ha tomado el destino en sus propias manos”.
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