Martes, 28 de junio de 2016 | Hoy
EL PAíS › EL EX TITULAR DE LA UIA HéCTOR MéNDEZ Y EL PAGO DE COIMAS
En el marco de la causa por el origen de los millones de José López, el empresario dijo que la obra pública “es como Movicom, va con un 15 adelante”, pero no aportó ningún dato. Juan Chediack de la Cámara de la Construcción tampoco dio precisiones.
Por Raúl Kollmann
El ex secretario de Obras Públicas José López habló dos veces por teléfono con la hermana Alba, la superiora de Nuestra Señora de Fátima, en las horas previas a tirar las bolsas con dólares adentro del convento. Desde un celular que es parte de una flota a su nombre, López llamó al mediodía del lunes 13 y luego a las tres de la mañana del 14, cuando estaba por llegar a General Rodríguez. En ninguna de las dos llamadas le dijo a Alba que iba a llevar dinero, pero en la última –testimonió la superiora– “se lo notaba muy pero muy nervioso”.Según trascendió, en total hay unos 40 llamados hechos desde el celular que el fiscal Federico Delgado presume que estaba en manos de López. Ayer, ante el fiscal, el ex titular de la UIA Héctor Méndez protagonizó un auténtico papelón: dijo que los empresarios sabían que la obra pública es como el Movicom, que va con un 15 (de coima) adelante. Eso hacía presumir que él, como ex referente de los empresarios, iba a dar algún indicio de los pagos de los empresarios al funcionario. Sin embargo, se despachó con que “yo no sé nada específico, me hice eco de un conocimiento extendido en la población”. “Yo reflejé una voz popular”, justificó ante Radio Del Plata. En la misma línea, el presidente de la Cámara de la Construcción, José Chediack, dijo que “no les constan” los sobornos.
La investigación sobre las llamadas está a cargo del fiscal Delgado a quien el juez Daniel Rafecas le delegó esa parte del expediente. Delgado ya recibió un informe de comunicaciones, pero el problema es que algunos de los teléfonos son parte de la misma flota y no está claro quién los usaba.
De acuerdo con los registros del fiscal, el ex funcionario llamó tres veces al convento, pero se ve que la monja, de 94 años, sólo recuerda dos. En ambas comunicaciones, López anunció que visitaría Fátima, pero como es obvio la más llamativa es la de las tres de la mañana de aquel martes. En esta última comunicación, López le dijo a Alba que estaba por llegar al convento, pero no especificó los motivos. Un rato más tarde arribó al lugar. Como se sabe, a las monjas les dijo que había robado, que iba a ir preso y que quería darles el dinero antes de ser detenido.
Delgado presume que buena parte de las 40 llamadas fueron con la esposa, María Amalia Díaz, Mary, como la llama él, pero eso no está corroborado porque no está claro quién usaba cada celular de la flota.
El punto central del expediente es el origen del dinero que tenía López.
El otro interrogante está relacionado con las razones que llevaron a López a huir desesperado de su casa aquella madrugada del martes 14 y llevar los bolsos con los dólares al convento. La superiora Alba testimonió que en esa llamada que hizo a la madrugada a López se lo veía muy alterado. Las versiones son dos:
Alguien lo convenció de que estaban a punto de allanar la casa del Río Luján y que lo iban a detener. En el listado de llamadas, Delgado cree que hay una comunicación que podría estar relacionada con un ex alto cargo de la Side, que ahora sigue teniendo influencia. En esta hipótesis, López, en estado paranoico, dejó todo y huyó para esconder o sacarse de encima el dinero.
La segunda versión es que aquella noche López tuvo una furibunda pelea con su esposa, a raíz de un conflicto familiar. De acuerdo a esa versión, ella habría dejado la casa amenazándolo con denunciarlo. Lo que abona esta idea es que los dos platos servidos en el living de la casa del Río Lujan quedaron a medio comer y que la esposa no contestó después los llamados que López le hizo cuando ya estaba preso. Tampoco hay constancias de que lo fuera a visitar a Ezeiza. El flujo de comunicaciones, supuestamente entre el ex funcionario y otro celular, que podría ser el de Mary, en las horas previas al episodio del convento, encaja también con esta hipótesis.
En el sitio Voces Excluidas hay tres mapas que indican las celdas en las que se captó el supuesto celular de López en las 48 horas previas. Hay movimientos hacia su departamento en la calle Las Heras, a la casa del Río Luján, a Nordelta y a Benavidez. En los mapas no está claro el trayecto en la madrugada del 14. Para la fiscalía de Alejandra Rodríguez, en General Rodríguez, está casi probado que López salió de la casa en el Río Luján, pasó por Pilar, por el centro de General Rodríguez y fue hasta el convento.
Delgado seguirá con el trabajo sobre los teléfonos tratando de identificar quién usaba cada celular. Sobre el fin de semana, todo indica que el juez Rafecas procesará al ex funcionario por enriquecimiento ilícito y tal vez por la portación atenuada de arma de fuego. Mientras tanto, López permanece en el psiquiátrico del penal de Ezeiza, no se levanta de su cama en todo el día y hubo que arrastrarlo entre cuatro agentes cuando lo fue a visitar su abogada, Fernanda Herrera.
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