En el día de la mediación entre Cristina Fernández de Kirchner y Margarita Stolbizer no hubo cara a cara, ni acuerdo, pero sí más denuncias de ambos lados. La ex presidenta pidió no tener contacto ni siquiera visual con su demandada y así fue que, en salas separadas, cada una informó que mantenía su posición. CFK, la de acusar a la diputada de GEN de calumnias, injurias y daño moral a partir de que le atribuyó en una denuncia penal “movimientos extraños” en cuentas y cajas bancarias suyas y de sus hijos. Stolbizer, la de decir que no tiene nada de que retractarse. Ahora irían a juicio.

A la salida de la (no) audiencia, el abogado que representa a la ex presidenta, Gregorio Dalbón, se fue a los tribunales de Comodoro Py a presentar una denuncia por asociación ilícita contra el juez federal Claudio Bonadío, Stolbizer y el CEO de Clarín, Héctor Magnetto. El disparador fue un tuit de Elisa Carrió del día anterior que decía: “Es bueno que Stolbizer esté denunciando hoy con la ayuda de Clarín y Bonadio”. Dalbón explicó: “si un juez como Bonadio ayuda a una legisladora para poner en jaque a una ex presidenta, con ayuda del poder mediático, estamos hablando de que las instituciones argentinas son una vergüenza inusitada. Dicho esto por la propia Carrió, que es parte del gobierno de Macri”. La denuncia le tocó al juez Marcelo Martínez de Giorgi, el mismo que la semana pasada había ordenado la detención de Hebe de Bonafini. Dalbón pidió que Carrió sea citada como testigo, para ratificar sus expresiones en Twitter. Después, la ex presidenta podría presentarse en la causa.

Stolbizer hizo una conferencia de prensa y anunció que hará una “contrademanda” también por daños y perjuicios contra la ex mandataria porque, dijo, se sintió “agraviada” las ocasiones en que la trató de “burra” ante los medios. La diputada también hizo trascender que hoy pedirá la indagatoria de CFK, su hijo Máximo, Lázaro Báez y Cristóbal López por lavado de dinero ante el fiscal Carlos Rívolo en la causa conocida como “Los Sauces” que tramita el juzgado de Bonadío. Según Stolbizer, la sociedad en cuestión tiene un objeto amplio: se creó para alquilar bienes a empresas de Báez y Cristóbal López. Según la defensa penal de CFK, esta causa es muy similar a la conocida como “Hotesur”, otra empresa que hace operaciones inmobiliarias, de la que Bonadio fue desplazado por la Cámara Federal y ahora está en manos de Julián Ercolini. De este modo, Bonadio sigue conservando un pie en el mismo tema.

El despliegue de ayer alrededor de la mediación fallida fue inmenso para su mínimo resultado, algo que -además- era previsible. Hasta había sido vallada la zona del estudio de la mediadora María Etelvina Notari, en la calle Viamonte al 1300, cerca de Tribunales. Dalbón repitió una frase antes y después de la audiencia, para explicar por qué la mediación era un mero paso burocrático: “el honor no se negocia”. Cuando lo abordaron los movileros, habló con una gran destreza por mirar directo a la cámara, sin importar lo que le preguntaban. Ahora Cristina tiene hasta dos años para iniciar, si quiere, un juicio civil contra Stolbizer, por quien se consideró injuriada y calumniada.

El punto de partida fue que, entre la maraña de denuncias penales múltiples, Stolbizer se presentó en la causa “Hotesur”, ante Ercolini, y sostuvo que CFK tenía 5 millones de dólares en cajas de seguridad que nunca habían declarado ni ella ni Máximo Kirchner, diputado. “Se trata -precisaba- de una caja de seguridad con 2.250.000 dólares y otra con 2.214.000”, que vinculaba también con Florencia Kirchner. Por otro lado atribuía 65.995.660 pesos más a la ex presidenta, quien denunció que esa información no podía haber sido obtenida de otro lado que del allanamiento que unos días antes había hecho Bonadío en el estudio de su contador, en la causa “Los Sauces, y que para colmo la información estaba “distorsionada” porque la legisladora había contado dos veces lo mismo. CFK hizo una presentación penal contra ella, su abogada Silvina Martínez y el juez Bonadío por de tráfico ilícito de información, falsa denuncia, estafa procesal y tentativa de privación ilegítima de la libertad. Por otro carril, hizo la demanda civil, cuyo primer paso obligado era la mediación. Esa causa ahora la tiene la jueza María Servini de Cubría.

Al conocer la nueva denuncia que había motivado su tuit, Elisa Carrió dijo que era “un verdadero despropósito” y que se solidarizaba con Stolbizer. “No se puede calificar como asociación ilícita el trabajo que desarrolla una diputada de la Nación ante un Juez”, señaló. Lo cierto es que posiblemente ella misma deba presentarse en ese nuevo expediente para hacerse cargo de sus dichos.

Mañana, CFK tiene otra mediación, pero esta vez con el periodista Eduardo Feimann, quien la había tildado de “coimera”. “Que un gobierno pueda haber tenido actos de corrupción no quiere decir que Cristina sea corrupta”, dijo Dalbón. “Voy a destruir -elevó la apuesta– a quien diga esa barbaridad de que Cristina es corrupta”.