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La Cámara de Casación porteña rechazó, en dos fallos, el cambio de fuero de la causa por la muerte del fiscal Alberto Nisman y, además, desestimó sendos recursos de los familiares del fiscal para acceder a la Corte Suprema de la Nación. La madre, la hermana y la ex pareja de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, pueden intentar llegar al máximo tribunal a través de una queja, pero sería muy extraño que la Corte acepte el caso porque no se trata de una sentencia definitiva.

La sala integrada por Mario Magariños, María Laura Garrigós de Rébori y Daniel Morín ya se había pronunciado sobre el fuero. Los magistrados señalaron que no hay ninguna prueba concreta de que Nisman haya sido asesinado, por lo que el expediente debía seguir en la justicia ordinaria, a cargo de la jueza Fabiana Palmaghini. La doctrina señala que si un funcionario público es asesinado por cuestiones que tienen que ver con su función, corresponde que instruya la justicia federal. Pero si muere en un hecho común, un robo, por ejemplo, o se quita la vida, corresponde que investigue la justicia ordinaria. Esto último es lo que resolvió Casación.

Los familiares de Nisman presentaron dos recursos. El primero, recusando a los magistrados porque supuestamente son integrantes de la agrupación Justicia Legítima. Otra Sala de la Casación, compuesta por Horacio Dias, Carlos Mahiques y Pablo Jantus contestó que Magariños y Morin no son parte Justicia Legítima y en el caso de Garrigós que ello no implicaba que no podía intervenir. Ante un recurso para llevar el cuestionamiento a la Corte, la Sala rechazó el pedido por no tratarse de una sentencia firme sino de una recusación.

Hubo un segundo recurso en el que se cuestionó que el caso no fuera enviado al fuero federal. Magariños, Garrigós y Morín rechazaron el intento de llegar a la Corte por la misma razón: es un pedido de cambio de fuero, no un fallo definitivo.

De esta manera, la investigación por la muerte de Nisman seguirá en manos de Palmaghini quien, curiosamente, había alegado que tenía que pasar al fuero federal. Lo hizo después de dos extrañas declaraciones de espías, uno de ellos de Horacio Antonio Stiuso.