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Inmediatamente después de la presencia de los representantes de la Justicia Electoral, el plenario de comisiones del Senado recibió a una amplia delegación de ONG, especialistas en informática y politólogos que coincidieron en manifestar fuertes cuestionamientos al proyecto de boleta única electrónica propuesto por el Poder Ejecutivo. “El proyecto que proviene de Diputados es desastroso, con definiciones vacuas que no apuntan a un objetivo concreto”, disparó Enrique Chaparro, experto en seguridad de sistemas de información. “Lo que está en juego es el voto secreto, seguro, íntegro, igual. No hay ningún estándar que diga que tiene que ser moderno, rápido”, afirmó Delia Ferreyra Rubio, doctora en Derecho. “¿Qué es lo que este proyecto de ley está haciendo distinto para que acá sí funcione a diferencia de Alemania u otro país?”, se preguntó el politólogo Tomás Aguerre y contestó: “En lo que sí somos originales es en la celeridad de aplicarlo, sin pruebas piloto: eso es algo que no ocurrió nunca en ningún sistema”.

Si bien las audiencias con presencia de expertos continuarán el martes próximo, las críticas de distintos referentes de la comunidad científica dejaron un panorama más que desalentador para el proyecto impulsado por Mauricio Macri. Muchas de estas voces ya se habían expresado en la Cámara de Diputados, aunque sin mucha acogida por parte de la comunidad política.

Dante Zanarini, secretario académico de la Universidad de Rosario, explicó que las comparaciones respecto de la informatización del sistema bancario no son válidas para el voto electrónico ya que precisamente las transacciones económicas se realizan una vez que está registrada la identidad, algo que en el caso de una elección viola expresamente el principio de secreto establecido en la Constitución Nacional. “Las computadoras necesariamente tienen un espacio de memoria persistente”, señaló Zanarini. “Poner una computadora entre el votante y su elección es un problema. El software es algo demasiado complejo. Hay que votar en papel para defenderse de las computadoras”, afirmó en la misma línea Nicolás Wolovick, profesor de Ciencias de la Computación de la Universidad Nacional de Córdoba.

Otro de los expositores, el periodista y politólogo Ari Lijalad, detalló las irregularidades y deficiencias de la elección realizada con la BUE en la Ciudad de Buenos Aires, donde un hacker, Joaquín Sorianello, fue detenido y allanado por demostrar la vulnerabilidad del sofware utilizado por la empresa Magic Software Argentina, que jamás puso a disposición su código fuente para que sea correctamente auditado. Para el especialista en criptografía, Daniel Penazzi “tiene que existir un plan B que no dependa de la boleta electrónica, que sea tradicional en papel”. La inexistencia de un plan de contingencia fue otro de los planteos que se repitieron durante las distintas exposiciones de ayer.