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Expulsaron a Beroch, responsable de la Noche de los Lápices

Después de veintisiete años, un Tribunal de Disciplina le sacó el cargo docente a Beroch. El motivo no fue su historia en la represión.

El legajo 3675 de la Conadep lo menciona como uno de los integrantes del grupo de tareas que secuestró a los estudiantes de la Noche de los Lápices. Está acusado de comandar un operativo que en 1977 asesinó a una docente jubilada y a su hija embarazada. En la década del 60 formó parte de Tacuara y en los ‘70 de otra agrupación de ultraderecha, Concentración Nacional Universitaria (CNU). Ayer, el Tribunal de Disciplina de la Dirección General de Escuelas bonaerense expulsó a Néstor Beroch de su cargo docente. La causa no fue el nefasto currículum del profesor sino un “exceso de autoridad frente a sus alumnos”. Para llegar a este dictamen el Tribunal se tomó 8 años.
“Como escribió Sarmiento en una carta al general Lavalle, todo lo que se dice de mí es una suma de inexactitudes”, se defendió en 1996 cuando a partir de las denuncias de organismos de derechos humanos se le abrió un sumario y se lo separó preventivamente de su puesto docente. Tras 25 años como profesor de Literatura en escuelas públicas de La Plata, Beroch fue sancionado ayer con la exoneración.
En octubre del año pasado, un mes después de que Página/12 denunciara que el profesor seguía trabajando para la Dirección de Escuelas en una oficina administrativa, la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense recomendó al área que dirige Mario Oporto, que expulse a Beroch del ejercicio de la educación. “Nunca debió haber ingresado al plantel docente por sus antecedentes penales”, consideró en aquel dictamen.
Sin embargo, lo que le impedirá seguir siendo profesor no es su pasado de represor sino los métodos que usaba en la década del 90 para poner orden entre sus alumnos. La “técnica” preferida de Beroch –mínima en relación a las que probablemente utilizó durante la dictadura– era la conformación de grupos de estudiantes corpulentos que le “daban una paliza” a quienes se portaban mal en el aula. El dictamen dice en uno de sus párrafos que “el Tribunal evaluó un exceso de autoridad del docente (...) por el trato humillante a sus alumnos y por alentar la violencia”.
“No tiene idoneidad moral. No puede ser profesor la misma persona que actuó en forma directa en la represión”, denunciaron decenas de veces los familiares de los chicos desaparecidos el 16 de septiembre de 1976 por reclamar el boleto estudiantil. La participación de Beroch en los secuestros de la Noche de los Lápices aparece en los testimonios que brindaron ante la Cámara Federal de La Plata, Pablo Díaz, el único de los adolescentes sobrevivientes, y Marta Ungaro, hermana de Horacio, uno de los seis chicos que no volvieron a aparecer luego de aquella madrugada. Díaz denunció que Beroch integraba los grupos de tareas en los que participaban civiles y que habría identificado a alumnos para ser secuestrados. Incluso reconoció que el profesor “se había infiltrado entre los sectores universitarios y de trabajadores para luego charlar con la oficialidad de Inteligencia del Ejército”.
En el pedido de exoneración de la Secretaría de Derechos Humanos también se adjuntaron las denuncias fiscales que el año pasado iniciaron dos causas judiciales por la represión ilegal en La Plata. Una es la que investiga los delitos cometidos en la Unidad Penal número 9 y la otra lo ocurrido en los centros clandestinos de Arana. En los dos expedientes Beroch fue imputado como represor.
Pocos años después de la dictadura, el suboficial retirado del Ejército Orestes Vaello declaró ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) que en 1976 Beroch fue parte del grupo de tareas conformado por militantes de la ultraderechista Concentración Nacional Universitaria (CNU). En su testimonio, incorporado al legajo 3675, el militar arrepentido detalla que el docente integró el operativo que el 3 de agosto de 1977 destrozó la casa de la familia Cañás en Villa Elisa y asesinó a María Angélica Banas, y a su hija María del Carmen Cañás, embarazada de dos meses y medio. En la declaración, Beroch también es nombrado como uno de los hombres que secuestró a fines del ‘76 a Irma Ross de Rosetti, una joven de 21 años embarazada de cinco meses.
Pero la historia negra de Beroch comienza más de diez años antes. Según denunció la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, el profesor participó durante la década del 60 de otra agrupación de ultraderecha, Tacuara. En 1965 un juez de Bahía Blanca ordenó su detención en una causa por robo y asociación ilícita, en la que figuraba como “el jefe de Tacuara La Plata”, y en la que permaneció prófugo hasta 1972.
En uno de sus descargos frente al Tribunal de Disciplina, Beroch explicó que “frente al desinterés y el aburrimiento que padecen los adolescentes se necesita un marco estable y coherente como estas actividades de juego”. Esta particular dinámica grupal que aplicó el profesor le valió su cargo. Del mismo modo, la evasión de impuestos le costó la cárcel a Al Capone.

Informe: Martina Noailles.

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El profesor de Literatura Néstor Beroch.
 
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