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Los simpatizantes del ex jerarca nazi Erich Priebke que pretendían hacer una manifestación a su favor en Italia se quedarán con las ganas. El municipio de Roma les prohibió que se concentren, como planeaban, en la plaza Santi Apostoli, donde iban a pedir clemencia para el ex oficial, condenado a cadena perpetua por su participación en la masacre de las Fosas Ardeatinas en 1944, en la que fueron asesinados 335 civiles.
“Nos parece inoportuno que se celebre una manifestación el sábado para pedir que se le conceda una gracia a Priebke. No conceder la autorización es un gesto por el respeto que sentimos por todos los que murieron en esa matanza y en defensa de nuestra historia”, dijo el alcalde de Roma, Walter Veltroni, quien notificó su decisión al líder de la comunidad judía romana, Leone Paserman. Las protestas contra los intentos para que Italia conceda el perdón al ex capitán de las SS se habían hecho sentir ya el mes pasado por parte de políticos y representantes de la colectividad judía local.
La asociación Hombre y Libertad había anunciado que Alice Stoll, la esposa de Priebke, viajaría a Roma desde la Argentina, donde sigue viviendo. La mujer, de 91 años, quería participar en el pedido de gracia y en la movilización. El ex oficial nazi estuvo refugiado durante cuarenta años en Bariloche. Fue detenido en 1994 y extraditado al año siguiente para su juzgamiento en Italia. En marzo de 1998 resultó condenado a cadena perpetua por un tribunal militar de Roma. Ahora, por su edad, cumple prisión domiciliaria en la capital italiana. Su abogado y actual diputado, Carlo Taormina, miembro de Forza Italia, el partido del jefe de gobierno Silvio Berlusconi, alienta reformas del sistema de gracia que amparen al criminal nazi.